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III
CONGRESO LATINOAMERICANO DE PERIODISMO
PROGRAMA
Y PONENCIAS
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MIÉRCOLES,
16 de mayo de 2001 |
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08:30
a.m. - 09:30 a.m. |
INAUGURACIÓN |
Gran
Salón, Hotel Continental |
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Bienvenida |
Maestra de Ceremonia |
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Mayella
Lloyd |
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Palabras
de Bienvenida |
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Dr.
Fernán Vargas |
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Presidente
Centro Latinoamericano de Periodismo - CELAP |
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Minuto de Silencio por Periodistas Asesinados |
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Palabras
de Inauguración |
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Excelentísima
Señora Presidenta de la República de Panamá |
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Mireya
Moscoso |
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09:30
a.m. - 10:00 a.m. |
Receso |
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10:00
a.m. - 11:30 a.m. |
Tema:
El Poder del Idioma |
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Visión
Crítica del Periodismo Moderno |
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Rosa María Britton,
Médica, Escritora, Panamá |
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Importancia
del Dominio del Idioma dentro de la Profesión Periodística |
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Alex
Grijelmo, Periodista y Escritor, Diario El País, España |
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El
Editor como Instructor Permanente |
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Liza Gross, Semanario Éxito - Chicago Tribune, Estados
Unidos |
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Moderador:
Dr. Rafael Candanedo, Editor de Capital Financiero, Panamá |
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11:30
a.m. - 12:15 p.m. |
Preguntas
y Respuestas |
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12:30
p.m. - 02:00 p.m. |
CONFERENCIA
- ALMUERZO por la Autoridad del Canal de Panamá. |
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Ing.
Alberto Alemán Zubieta, Administrador, ACP, Panamá |
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02:15
p.m. - 03:45 p.m. |
Tema:
Periodismo de Investigación frente
a la Corrupción |
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Riesgos
Periodísticos por Denunciar Corrupción en Gobiernos
Democráticos |
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Octavio Amat, Director,
El Panamá América, Panamá |
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Riesgos de Periodistas que Denuncian la Corrupción
de Dictaduras Militares |
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Sylvia Gereda, Directora
Unidad Investigativa, Diario elPeriódico, Guatemala |
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Caso Pinochet |
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Patricia
Verdugo, Periodista y Escritora. Autora del libro "Los
Zarpazos del Puma", investigación esencial para procesar
a Augusto Pinochet, Chile |
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Moderador:
Dr. Agustín Del Rosario, Prof. de Periodismo Universidad
de Panamá, Universidad Católica Santa María La Antigua,
Panamá |
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03:45
p.m. - 05:00 p.m. |
Preguntas
y Repuestas |
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06:30
p.m. - 09:30 p.m. |
Museo
del Canal Interoceánico de Panamá |
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JUEVES,
17 de mayo de 2001 |
08:15
a.m. - 09:45 a.m. |
Tema:
El Derecho a la Información |
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Distinción
entre Libertad de Expresión e Información |
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Pedro
Anguita, Abogado, Universidad Diego Portales,
Chile |
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Límites
de la Libertad de Información: Veracidad y Dignidad
de las Personas |
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Fernando
Guier, Abogado, Diario La Nación, Costa Rica |
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Dimensión Social de la Libertad de Información: Opinión
Pública |
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Ana María Miralles,
Especialista en Periodismo Urbano, Universidad Pontificia
Bolivariana, Colombia |
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Moderador:
Lcdo. Alfonso Fraguela, Abogado y Presentador de Noticias,
TVN Canal 2, Panamá |
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09:45
a.m. - 10:20 a.m. |
Preguntas
y Respuestas |
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10:30
a.m. - 11:30 a.m |
Tema:
Cuando el Periodismo incursiona
en las Relaciones Públicas |
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De Periodista a Relacionista Público - Sector Público |
|
Abdiel Antonio Gutiérrez, Periodista, Director de Información
y Relaciones Públicas, Ministerio de Economía y Finanzas,
Panamá |
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De
Periodista a Relacionista Público - Empresa Privada |
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Itzel Velásquez, Periodista, Vocera ICA, Panamá |
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Integridad Periodística frente a las Relaciones Públicas |
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Herasto Reyes, Editor Unidad Investigativa, Diario La
Prensa- Panamá |
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Moderador:
Lcda. Maricarmen Sarsanedas, Jefe de Información, ACP,
Panamá |
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11:30
a.m. - 12:00.m. |
Preguntas
y Respuestas |
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12:30
p.m . - 02:00 p.m. |
CONFERENCIA
- ALMUERZO por MANZANILLO INTERNATIONAL TERMINAL-PANAMÁ
S.A. Impacto Económico y Marítimo del Puerto de Contenedores,
Salón Bolívar |
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02:15
p.m. - 03:45 p.m. |
Tema:
Telecomunicaciones: Ingresos e
Información |
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El Periodista de un Medio en Línea |
|
Alma Delia Fuentes, Periodista, Univisión. com, México |
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El Impacto de las Telecomunicaciones en la Radio |
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Enrique Buttini, Jefe
Departamento de Información, Radio Continental, Argentina |
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Portales Horizontales e Información Periodística |
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Patricia Lucki, Directora, Terra.com, Guatemala |
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Periodismo y Telecomunicaciones |
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Dr. Ignacio Ramonet, Escritor y Director Diario Le Monde
Diplomatique, Francia |
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Moderador:
Aris De Icaza, Presidente Asociación Panameña de Radiodifusión,
Panamá |
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03:45
p.m. - 04:15 p.m. |
Preguntas
y Respuestas |
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04:20
p.m. - 05:45 p.m. |
Tema:
Dilemas Éticos del Periodismo
Moderno |
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Carlos A. Manfroni,
Fundación Ética Pública, Argentina |
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Marco Fidel Yukumá, Director de Noticias, Radio Caracol
- Neiva, Colombia |
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Moderador:
Sr. Juan Carlos Tapia, Periodista, Panamá |
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05:45
p.m. - 06:15 p.m. |
Preguntas
y Respuestas |
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VIERNES,
18 de mayo de 2001 |
08:30
a.m. - 10:00 a.m. |
Conversatorio:
El Manejo del Poder y la Prensa |
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Belisario Betancur, Expresidente, Colombia |
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Ramiro De León Carpio, Expresidente, Guatemala |
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Guillermo Endara, Expresidente, Panamá |
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Entrevistador:
Dr. Winston Robles, Vicepresidente Editorial, Diario La
Prensa, Panamá |
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10:00
a.m - 10:45 a.m. |
Preguntas
y Respuestas (Por escrito) |
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10:45
a.m. - 11:15 a.m. |
Receso |
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11:15
a.m. - 12:30 p.m |
Tema:
Periodismo Mordaz en Medios Televisivos |
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Nuria Piera, Periodista, Telecentro, Canal 13, Rep.
Dominicana |
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Sergio Elguezabal,
Periodista, Telenoche Investiga, Argentina |
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Ileana Gólcher, Profesora
y Periodista, Panamá |
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Moderador:Alexandra
Ciniglio, MEDCOM |
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12:30
p.m. - 01:00 p.m. |
Preguntas
y Respuestas |
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01:00
p.m. - 02:30 p.m. |
CONFERENCIA
- ALMUERZO , Salón Bolívar ALCA , Ministerio de Comercio
e Industrias |
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02:30
p.m. - 03:45 p.m. |
Tema:
Periodistas, Políticos y Poder |
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Mayín Correa, Periodista y Ex alcaldesa, Panamá |
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Marcelo Araya, Periodista de Televisión Nacional - Canal
7, Chile |
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Moderador:
Lcdo. Carlos Ernesto González De La Lastra, Director
Diario El Universal, Panamá |
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03:45
p.m. - 04:15 p.m. |
Preguntas
y Respuestas |
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04:15
p.m. - 05:00 p.m. |
Clausura
Evaluaciones
Entrega de Certificados y Ponencias |
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07:30
p.m. - 11:30 p.m. |
Cena
de Clausura ofrecida por el Alcalde de la Ciudad de Panamá,
Sr. Juan Carlos Navarro Centro Turístico Mi Pueblito. |
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NOTA:
Las siguientes ponencias fueron presentadas por sus autores
durante el III Congreso Latinoamericano de Periodismo
celebrado en Panamá del 16-18 de mayo de 2001. Los autores
han autorizado a CELAP la publicación de las mismas en
esta página. Se prohíbe modificar, copiar, distribuir,
transmitir, exhibir, reproducir y publicar las mismas.
La utilización parcial o total de este material, requerirá
de la previa y expresa autorización de sus autores. |
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Discurso
de la Señora Presidenta |
Mireya
Moscoso |
En
el Acto Inaugural del III Congreso Latinoamericano de
Periodismo |
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Damas
y Caballeros:
Es para mi un honor participar en el Acto Inaugural de
este Tercer Congreso Latinoamericano de Periodismo, que
tiene como objetivo fundamental fortalecer una prensa
libre, dinámica y confiable, a través de la discusión
abierta de los temas que inciden en la profesión, de la
capacitación, del uso de la tecnología y del fortalecimiento
de la ética y la responsabilidad que conlleva el hecho
de ser comunicador, y con ello, formador de la opinión
pública.
La meritoria labor que desarrolla el Centro Latinoamericano
de Periodismo, adquiere una dimensión fundamental en el
proceso de la convivencia armónica de nuestros pueblos,
cuando logra el propósito de integrar al periodismo latinoamericano,
compuesto por periodistas, medios de comunicación y académicos,
en torno a la función real del comunicador social, su
responsabilidad frente a una sociedad que en gran medida
se mueve al ritmo de su medios, y la necesidad de actualizar
los patrones de la conducta social y económica, a los
nuevos modelos del desarrollo económico mundial.
Como cualquier otra profesión, la comunicación social
se va amoldando rápidamente a la dinámica de estos nuevos
esquemas. En este contexto, tenemos que aceptar que en
las últimas décadas, la tecnología ha rebasado todos los
patrones tradicionales del periodismo y el manejo de la
información, para colocarnos en un ambiente, en donde
en alguna medida, vale más la rapidez con que se ofrece
la noticia, que la seguridad de ella como resultado de
la investigación.
Esta tecnología moderna, expresada en herramientas como
la captación y transmisión de datos e imágenes por vía
digital, la internet y las comunicaciones portátiles,
nos permiten ver acontecimientos de incidencia global
como guerras, catástrofes naturales y accidentes trágicos,
casi al instante en que se producen.
Pero con la misma velocidad podemos apreciar hechos positivos
como acuerdos de paz, logros de la ciencia y otros de
relevancia para la vida de la humanidad. Lamentablemente
el paradigma impone que sea más común ofrecer y recibir
lo negativo que lo positivo y aquí están ustedes para
enfrentar esa realidad.
Por ello, reconozco la importancia, y aplaudo que en gran
medida el propósito fundamental de este congreso, sea
precisamente discutir acerca del balance que debe haber
entre estos tres elementos: La velocidad en que se presenta
la noticia a disposición del ciudadano, o sea, la importancia
de la primicia; la posición particular del periodista
o el medio; y la certeza, veracidad y objetividad propia
de la información que se pone en circulación.
Hace algo más de un año decía en una acto ante la prensa
nacional, que no debe existir ninguna ley o acto de poder
que coarte la libertad de expresión o de prensa, cualquiera
sea el medio de comunicación. El respeto al derecho de
los periodistas, la independencia de los medios y la pluralidad
informativa, constituyen los pilares fundamentales del
estado de derecho.
A lo largo de estos 20 meses de gobierno, al igual que
sucedió en administraciones anteriores y seguramente sucederá
en el futuro, este gobierno ha enfrentado una prensa crítica,
y sin considerar el efecto en cuanto a su imagen, lo hemos
aceptado como parte del costo de la democracia, porque
sin duda alguna entendemos que es peor una prensa coartada
en su libertad de expresarse.
Sin embargo, debo reconocer también que se trata de un
proceso que proviene de las severas restricciones a la
libertad impuesta por regímenes autoritarios y que llegará
sin duda, a una prensa que ejercerá esa libertad dentro
de los más correctos parámetros de la ética y la didáctica
periodística, enmarcada en el propósito esencial de promover
el progreso y la unidad de los pueblos.
Lo importante es que estamos en el camino correcto, y
la temática que discutirán los distinguidos panelistas
y lo participantes en el congreso, demuestra que son tópicos
que a todos nos preocupan significativamente, porque de
alguna forma inciden en la gobernabilidad y las posibilidades
de mantener niveles de diálogo y concertación, que propicien
el anhelado desarrollo social.
Los políticos, los empresarios, los sindicalistas, los
intelectuales, los estudiantes, estamos en alguna medida
en manos del periodismo moderno, cada vez sujeto a menos
restricciones y controles a su profesión. No se trata
en forma alguna de una simple conquista o derecho. Mucho
más que eso es una enorme responsabilidad que tienen que
cuidar para no retroceder en lo que se ha avanzado.
El periodismo moderno tiene la palabra.
Muchas gracias!!! |
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VISION
CRITICA DEL PERIODISMO MODERNO: EL PODER DEL IDIOMA |
Por:
Rosa Maria Britton |
En
el principio fue la voz y luego esta quedó atrapada para
siempre en primorosas inscripciones en tabletas, muros,
monumentos papiros y pergaminos. Desde que el hombre sintió
la necesidad de expresarse con símbolos escritos, mientras
unos afanosamente cincelaban, otros se ocupaban de inventar
reglas para hacerlo mejor. Ya hace muchos siglos, un hombre
del imperio romano llamado Probo, escribió una obrita
en que censuraba las formas de hablar descuidadas, que
con mucha frecuencia observaba en el vulgo que lo rodeaba.
La lengua latina se corrompía en torno suyo, por ignorancia,
o por abandono y él quería luchar contra la descomposición
del glorioso idioma, con las armas a su mano, la enseñanza
gramatical. El propósito de Probo, el hombre solo afrontando
a la multitud, no se pudo realizar. La corrupción del
latín siguió adelante y las lenguas -italiano, español
y portugués- que hoy se hablan en el antiguo imperio siguió
adelante. Los gramáticos no hacen las lenguas, no las
reforman, ni son capaces de detener su evolución. Y es
natural que así sea, una lengua es patrimonio de una comunidad,
es la masa que la hace, la altera y la deshace. Sin embargo
es la lengua escrita la que impone su sello en la lengua
oral influyendo en su fisonomía. El lenguaje no está sometido
a leyes ciegas, es un hecho humano y como tal, sometido
a la voluntad humana. El lenguaje correcto goza de una
consideración social, ya que no cabe duda que es un factor
de distinción en la persona que lo posea. Nos dice Amado
Alonso que "hay una aristocracia idiomática formada por
los mejores escritores de la comunidad lingüística, que
hereda la lengua de los mejores poetas pasados y la trasmite
a los mejores que suceden… En sus manos creadoras y en
su gusto de selección , está la dirección de la lengua
y los hablantes empujamos nuestra habla real hacia el
perfil literario forjado con el modelo literario ".
Confieso que soy una lectora
apasionada desde que aprendí a leer a los cinco años.
En mi casa había muchos libros a nuestra disposición sin
orden ni dirección. Así, antes de los once años ya estaba
enredada en la vida pecaminosa de Naná, al mismo tiempo
que disfrutaba de las heroicidades del capitán Nemo y
Miguel Strogoff, me saltaban las lágrimas ante la santidad
de Fabiola, recitaba de memoria la poesía de Sor Juana,
Rubén Darío, Santos Chocano y tantos otros y me dio por
releer muchas veces las aventuras de Rocambole, que con
más de treinta tomos aún adornan mi biblioteca y desde
luego le cogí rabia al Quijote. El internado al que me
enviaron para hacer la secundaria, no logró alejarme de
los libros, al contrario. Cuántas veces fui castigada
por Sor Rosa, por quedarme bajo las sábanas leyendo con
una linterna alguna novela que había entrado de contrabando
al colegio, o en el baño leyendo hasta que mis doloridos
glúteos me obligaran a irme a la cama. Durante el bachillerato
descubrí los periódicos en la Cuba pre- castrista, en
donde hice los estudios secundarios. Aún recuerdo con
nostalgia el Diario de la Marina, la revista Bohemia,
los comentaristas radiales de la época, que sorteaban
los turbulentos mares de la política con acertados comentarios,
con el más estricto uso del lenguaje muchas veces acerbo
o cruel, pero siempre rigurosamente correcto, la novela
del aire trasmitida desde la Cadena Azul, Albertico Limonta
y el misterio de sus orígenes que mantuvo a toda latinoamérica
en vilo mucho antes de que Betty la fea hiciera su aparición.
Aprendí el francés y el inglés y el mundo de la palabra
escrita se amplió aún más ante mis ojos maravillados.
Balzac, Colette, Maupassant, Duras, Yourcenar, mi querido
Rocambole en francés, Faulkner, Christie, Hammett, O´Henry,
O´Hara, Maughan, los clásicos rusos, franceses, ingleses,
los best-sellers, encontraba tiempo para todos, menos
para el aburrido Quijote. Debido al cierre de la universidad
por la revolución cubana tuve que emigrar una vez más
a España y en medio de una carrera tan rigurosa como la
medicina descubrí a los orfebres de nuestra lengua, Menéndez
Pidal, Unamuno, Pio Baroja, Lorca, Marañón, Valle Inclán,
Galdós, toda esa generación de intelectuales, poetas y
activistas políticos que le dieron tanta gloria a España
y a pesar de estar bajo la dominación de Francisco Franco
Bahamonde caudillo por la gracia de Dios que controlaba
todos los diarios, la radio, hasta las películas que eran
dobladas a su antojo. Doce años más en New York, tragándome
a diario entre turnos el Daily News con las incisivas
y perversamente deliciosas columnas de Jimmy Breslin -no
se me quita la manía del Times de los domingos o esa revista
llamada The New Yorker que me mantiene actualizada del
acontecer en esa gran ciudad- completaron mi educación
trilingüe y estimularon mi pasión por la palabra que me
ha llevado a escribir por los últimos 25 años. Sí, confieso
que sigo comprando periódicos a diario y en donde quiera
que viaje leo las publicaciones locales para estar al
tanto en pocos días de lo que está ocurriendo en el país
que visito. Me he sentido frustrada en Alemania -mi alemán
no es bueno- completamente a oscuras en Rusia y el oriente,
aunque esas maquilladas publicaciones en inglés preparadas
para turistas que distribuyen gratuitamente en los hoteles
en muy poco satisfacen mi curiosidad de enterarme de lo
que ocurre localmente. Basta tener acceso a CNN para conocer
todo lo que ocurre a nivel global, la destrucción del
planeta, los atentados terroristas, las interminables
guerras civiles y conflictos religiosos, las protestas
provocadas por la globalización de la economía, la lenta
agonía de los pueblos africanos abatidos por el hambre,
las enfermedades y guerras tribales, todo el abanico de
los males que azotan a la humanidad, los nuevos descubrimientos,
los viajes espaciales, el contoneo insinuante de las super
modelos en las pasarelas, los escarceos amorosos de los
ricos y famosos, los héroes en los distintos deportes
un verdadero ejemplo de globalización e integración racial,
todos estos sucesos presentados en vivo y a todo color,
en tiempo real, en perfecto inglés, español, francés,
portugués por los mejores comentaristas cuasi artistas
de cine, que con sus voces de barítono y deslumbrantes
dentaduras dan envidia. Por la pantalla chica desfilan
los científicos más ilustrados, connotados intelectuales,
bellísimas mujeres, hombres seductores, niños prodigio,
célebres artistas, 24 horas al día. Entonces, cuando hablamos
de poder del idioma, ¿a cual nos referimos? Hay algunos
muy ágiles que cambian día a día con el incremento de
las nuevas tecnologías y tendencias, otros como el nuestro
que a veces me parece que ha quedado aprisionado por la
camisa de fuerza de una academia que demora hasta veinte
años en aprobar palabras de uso común, porque provienen
de otros idiomas, de otros países de habla hispana. Los
que vociferan que hay que mantener la pureza del lenguaje,
se ve que nunca se han detenido a leer el Mío Cid escrito
en castellano antiguo o las actas de independencia de
sus respectivos países para darse cuenta cómo ha evolucionado
nuestra bella lengua. Los regionalismos y voces locales
tienen su acomodo en el idioma y han contribuido a modificar
el lenguaje. No estoy defendiendo la chabacanería ni los
descuidos en la escritura que aqueja a muchos periodistas.
¡Cómo molesta que conviertan adjetivos en sustantivos
o inventen verbos a su antojo! Ya no hay problemas sino
la problemática de tal o cual, ya no se discuten los temas
sino es la temática y desde luego, en primer lugar está
la informática que domina todos los medios. La pobreza
del idioma se manifiesta en la repetición de adjetivos
y frases, el agua es únicamente el líquido vital, todo
tranque es descomunal, en cualquier suceso el comentarista
anuncia con gravedad que "hay que deslindar responsabilidades",
el ilícito cometido se refiere a actos delictivos y desde
luego todo pero todo suceso, las huelgas, las protestas,
los tranques de calles se llevarán hasta las últimas consecuencias,
aunque nadie sabe con certeza cuales serán esas consecuencias,
ni al entrevistador se le ocurre preguntar y siempre nos
queda la duda. ¿Se irán a una huelga de trabajo o de hambre?
¿Habrá desobediencia civil? ¿Se rociarán con gasolina?
El bochinche se convierte en noticia de primera plana,
el periodismo investigador es investigativo y a nadie
se le ocurre cuestionar la legitimidad de ciertos adjetivos
o verbos utilizados con frecuencia. Les traigo algunas
expresiones que he escuchado o leído en los últimos días,
como "bandas delincuenciales están fuera de control",
"Hay que dinamizar la economía para minimizar en lo máximo
la problemática del desempleo" (esa me dejó patidifusa),
la cerca perimetral fue violada, denuncian un ocultaje
de las pruebas, la controversial propuesta, más sin embargo
hemos decidido actuar y según los medios de comunicación
los honorables legisladores siempre andan consensuando
algo en la asamblea y eso me suena a pecado. Las muletillas
de los comentaristas y periodistas entrevistadores están
a la orden del día, como loros repiten una y otra vez
la misma palabra o frase, para enfatizar lo que dicen,
ratatatá ¿verdad?, ratatatá o sea, ratatatá definitivamente,
etc. hasta marear. Da la impresión que la mayoría de esos
individuos que dominan los medios de comunicación, hace
mucho que no leen un libro y no tienen a se refieren a
personajes del medio político en clara alusión a su sangre
indígena, origen norteamericano de piel blanca o negro
antillano. Cualquier tontería es publicada con gran despliegue,
la mujer que levita inspirada por las visiones que tiene
de su devoción favorita y que desde luego comienza a promocionar
en la forma de estampitas e imágenes milagrosas, el individuo
que se encontró con San Judas cuando transitaba a caballo
por un monte y le dio el remedio infalible para curar
todas las enfermedades, el humilde curandero que con sus
yerbas curó a una mujer de cáncer, la noticia que alguien
en Colombia cura el cáncer con batidos de ortiga o sopa
de estómago de gallinazo. No, no crean que estoy exagerando,
este tipo de noticias aparece con frecuencia con visos
de seriedad y enfermos en busca del milagro que describen,
abandonan su tratamiento y fallecen, cuando su vida hubiera
podido prolongarse con el tratamiento adecuado, no olviden
que soy oncóloga y le achaco a los medios unas cuantas
muertes. Cuando hemos protestado, se nos acusa de ser
elitistas, de creernos superiores. Los periodistas siempre
se disculpan aduciendo que el público tiene derecho a
saber ¿todo? Hemos heredado hasta el chupacabras de la
prensa mexicana y según informó un periódico local algunos
aseguran haberlo visto bailando la mejorana en Guararé
con una difunta en el cementerio local. El periódico favorito
del pueblo, trae a diario en una página entera una foto
a colores de alguna bella y muy joven mujer al desnudo
en una pose provocativa exhibiendo mamas perfectas (como
ginecóloga les puedo asegurar que casi todas son postizas)
y abajo se indica que la foto es únicamente para lectores
"con criterio formado". ¿Lectores con criterio? Mientras
que en primera plana, además de mostrar como de costumbre
fotos de asesinados o ahorcados, algún periodista se rasga
las vestiduras porque se ha detectado que en la ciudad
un grupo de proxenetas se dedica a la prostitución infantil.
A lo mejor ese periodista es honesto en su denuncia y
la línea editorial lo apoya, pero ambos escenarios no
compaginan.
Imagino que durante este
cónclave se comentará la mediocridad, la vulgaridad, la
violencia que predomina en la televisión comercial, aunque
los que tenemos cable por lo menos podemos escoger programas
que nos interesen, hay de todo, clases de cocina, películas
clásicas, aventuras, sesudos análisis políticos, la naturaleza
de todos los rincones de la tierra, religión, arte y hasta
pornografía para los aficionados al pecado de la carne,
que a lo mejor muy pronto será contaminada por la enfermedad
de las vacas locas o la aftosa y ya no pecaremos. Algunos
programas periodísticos producidos localmente en la televisión
se esfuerzan por mostrar el lado feo de nuestra sociedad,
la vulgaridad en todo su apogeo, con la disculpa de que
así somos los panameños, sus protagonistas hablan en una
jerga incomprensible para cualquier extraño que pase por
nuestro país, los reportajes nos muestran como borrachos,
lujuriosos, homosexuales escandalosos, las mujeres dispuestas
a lo que sea, un país sin pizca de cultura o maneras,
dejados a un lado el esfuerzo tan grande que hacen nuestros
pueblos por presentar sus fiestas folklóricas en todo
su esplendor y tradición. Los pocos esfuerzos por llevar
a cabo programas culturales fallecen en la cuna por falta
de patrocinio comercial. Los periodistas acuden semejando
gallotes en pos de carroña a los lugares en donde ha ocurrido
una tragedia dispuestos a asediar a los dolientes sin
ninguna consideración, tomado fotos terribles, metiéndole
un micrófono o una grabadora en la boca a seres desesperados
como preguntas como ¿qué sintió al encontrar a su hijo
asesinado y violado? O ¿qué cree motivó a su hijo a suicidarse?
Para después de cometer semejante falta de tacto y compasión,
si alguien les da un merecido empujón o puñetazo se quejan
que se está violando la libertad de expresión. Nada es
sagrado, no se respeta el derecho que tenemos todos como
individuos a salvaguardar nuestra vida privada, el acoso
periodístico se justifica como el deber del periodista
a buscar la noticia, las preguntas a veces francamente
insultantes, los reportajes muchas veces calumniosos o
tergiversados, son algunos de los males que aquejan al
periodismo moderno sin irnos al extremo de los mundialmente
famosos paparazzi. A veces me parece que a los graduados
en comunicación social en vez de un diploma les injertan
en la mano una grabadora al salir de la Facultad para
que siga creciendo hasta convertirse en micrófono. Cuando
se trata de un muerto anuncian con solemnidad que el cadáver
responde al nombre de Juan Pérez. ¿Se lo habrán preguntado?
O el periodista que al interrogar recientemente al director
de prisión con voz grave preguntó ¿Y me puede decir cual
fue el motivo de la fuga? Vamos, vamos, hay que usar el
sentido común, de vez en cuando. A los periodistas encargados
de leer noticias, les recomiendo tomar clases de teatro
y elocución para que no se queden pasmados o empiecen
a gaguear cuando se les apaga el pronter… ya ven acabo
de inventar una palabra, las nuevas tecnologías lo exigen
aunque alguien me indicó que debería llamarse apuntador
electrónico. Todos nos enfrentamos a la realidad virtual
con palabras como printear, formatear, el maus, chatear,
aunque esta última palabra es muy castiza. El extranjerismo
y el neologismo no son en sí, un mal para el idioma. Lo
que hace falta es que esas importaciones se acomoden bien
al "genio del idioma" como diría Cuervo y se amolden a
las estructuras formales de nuestra lengua. Sobre todo
corresponde repasar la sintaxis a los que vivimos de la
palabra, del uso del lenguaje. Para terminar quiero enfatizar
que no todo es malo, tenemos buenos y acertados columnistas,
educados periodistas culturales, arrojados periodistas
investigadores que son objeto de hostigamiento y persecución
por los afectados, canales de televisión que ofrecen excelentes
programas, pero desafortunadamente aún no tienen cobertura
nacional. A mis amigos periodistas, les pido que consideren
estos comentarios como una crítica constructiva, todos
podemos y debemos mejorar como profesionales y les aconsejo
que se reconcilien con El Quijote, como lo hice yo, cuando
ya entradita en años y carnes y algo de sabiduría, entendí
y disfruté de verdad lo ocurrido en aquel lugar de la
Mancha. |
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|
LOS
RIESGOS DE LOS PERIODISTAS EN DEMOCRACIA |
Por:
Octavio Amat |
Distinguimos
dos grandes categorías de riesgo, una de naturaleza legal
y otra fuera de ese marco que llamaremos extra legal.
Pasamos a abordar uno y otro: |
I.
RIESGO LEGAL. |
1. Riesgo penal o de cárcel: Bajo la denominación
de delitos contra la honra u honor, es decir aquellos
que afectan el patrimonio moral o afectivo de una persona,
la legislación contempla diversas figuras penales que
son castigadas con penas de cárcel. En Panamá dichas figuras
son la calumnia y la injuria. El Código Penal tiene por
calumnia la imputación falsa de un delito a otro ( art.
172) y por injuria la ofensa a la dignidad, honra o decoro
(art. 173). Las penas contempladas cuando el delito se
cometa a través de un medio de comunicación son de 18
a 24 meses de prisión en caso de calumnia y de 12 a 18
meses en caso de injuria (art. 173 ibidem). Con mal criterio,
los tribunales panameños y los agentes del Ministerio
Público encargado de la investigación de los delitos,
suelen hacer extensivas las responsabilidades penales
inherentes a estos delitos, - aun cuando las publicaciones
se hagan bajo firma responsable ajena al medio -, al Director
del medio de comunicación, sus representantes legales;
y en los casos de radio y televisión en el dueño o concesionario
de la frecuencia (en este último caso por virtud del art.
205 del Decreto No.189 de 13 de agosto de 1999), con el
agravante de que no es constitucional crear penas por
decreto siendo una facultad exclusiva, ésto es del poder
Legislativo. En todo caso, una mala práctica tribunalicia
ha hecho que los jueces y agentes del ministerio público
condenen o califiquen adversamente al periodista por el
mero hecho de considerar errada una publicación, con entera
exclusión de si hubo o no mala fe o dolo, y sin consideración
alguna a la fuente identificada, en lo que hemos llamado
un fenómeno de objetivización de la calumnia e injuria.
Como resultado, a la fecha, 72 periodistas panameños,
- uno de cada tres reporteros en ejercicio -, está siendo
procesado por estos delitos, en su 70% promovido por funcionarios
que se han sentido afectados por noticias.
2. Riesgo pecuniario civil: Además de la responsabilidad
de pagar con cárcel la comisión del delito, los responsables
por calumnia o por injuria deben indemnizar daños y perjuicios
civiles por el dolor moral inferido (daño moral) y por
los daños materiales causados (daño material). La jurisprudencia
nacional a partir de 1995 ha venido reconociendo cuantías
cada vez más altas en concepto de daño moral. Sabemos
de un fallo de 30 de abril de 1993 del Primer Tribunal
Superior de Justicia, que fijó una indemnización por ese
concepto de B/3,000.00. Sin embargo, en otra del mismo
grado de 19 de enero de 1994 se establecía una condena
por B/40,000.00; otra de 15 de septiembre de 1995 por
B/100,000.00; otra de 5 de marzo de 1996 por B/125,000.00,
confirmada esta última por la Corte Suprema de Justicia
en fallo de 21 de agosto de 1998; y una más reciente confirmada
por la Corte Suprema de Justicia el año pasado, que viene
del Juzgado Séptimo del Circuito de Panamá desde el 9
de mayo de 1997, establece una indemnización por B/75,000.00.
Paralelo a los daños morales han de sumarse los daños
materiales, los cuales deben probarse en términos de merma
en el patrimonio del agraviado directamente relacionado
con la calumnia o la injuria (por ejemplo, ingresos dejados
de percibir por pérdida de empleo o clientela, gastos
de abogados, sicólogos, etc.). Las condenas pecuniarias
de alto monto son un peligro, en la medida que pueden
tener resultados confiscatorios o comprometer la viabilidad
económica del medio de comunicación. Un ejemplo actual
de ésto lo tenemos con la condena dictada por los tribunales
y la Corte Suprema de Costa Rica el año pasado contra
el diario La Nación, por cuantía de un millón de dólares,
a la que sumó las penas de cárcel y la obligación de publicar
la sentencia de condena por difamación en la primera plana
del diario, lo cual tuvo lugar a raíz de una causa criminal
interpuesta por un diplomático local destacado en Europa,
a quien se le imputó en una noticia ciertos cargos. La
reparación moral que implica la publicación de la sentencia
de condena contra el medio está también presente en la
legislación panameña, por virtud del artículo 1644a del
Código Civil.
3. Riesgo de multa y suspensión de licencia: El
artículo 578 del Código de la Familia prohibe la divulgación
de hechos de la vida privada que puedan causar perjuicios
u ocasionar graves molestias al afectado, aún cuando no
sean calumniosos ni injuriosos, previendo para ello una
sanción de cinco a quince días multa, la suspensión del
ejercicio de la profesión o de la licencia respectiva
por tres a seis meses, y la reparación de daños y perjuicios
civiles.
4. Censura legal: Los periodistas están expuestos
a diversas formas de censura amparada bajo las leyes vigentes,
entre las cuales nos permitimos destacar las siguientes:
a. La Junta Nacional de Censura tiene facultad para autorizar,
clasificar y prohibir películas, espectáculos, publicaciones,
transmisiones radiales y televisadas (Decreto de Gabinete
No 251 de 6 de agosto de 1969). b. El Tribunal Electoral
exige el registro previo a su publicación de las fichas
técnicas de las encuestas electorales (art. 177 del Código
Electoral). c. Es prohibido publicar encuestas electorales
dentro de los 10 días previos a la elección (idem). Del
mismo modo es prohibido publicar encuestas a la salida
de urnas antes de las 3 horas siguientes al cierre de
una votación (art.179 ibidem). En contraste, la Corte
Suprema de Justicia de Canadá sentenció en 1998 la inconstitucionalidad
de una restricción de publicar encuestas electorales en
las 72 horas previas a la elección, dando por asumido
que los votantes tienen suficiente madurez para no dejarse
manipular por consultas amañadas. d. El Código Judicial
obliga a guardar reserva del nombre y señas del imputado
hasta que haya condena firme, bajo el principio de presunción
de inocencia (arts. 2067 y 2099a, Código Judicial). También
existe una norma similar en materia de menores de edad,
respecto a los cuales ni siquiera puede publicarse la
condena (art. 817 No.7 ibidem). La infracción de esta
prohibición expone al periodista a una condena por calumnia,
sin que sea válido invocar como defensa la exepción de
la verdad e. El Código de la Familia prohibe publicar
fotografías de personas, aún en lugar público, sin su
consentimiento, excepto cuando se haga con fines noticiosos,
de interés público y cultural ( art. 577). Se omitió de
la prohibición las publicaciones de índole histórica y
la consideración de figura pública de ciertas personas
(por ejemplo, artistas y deportistas famosos).
5. Riesgo de desacato: Existen diversas normas
legales que facultan a altos funcionarios (jueces, magistrados,
agentes del Ministerio Público y funcionarios con mando
y jurisdicción) para imponer sanciones de multa y arresto
sumario a personas que a su juicio les falten el respeto.
La Constitución de la República prevé esta potestad cuando
el irespeto tenga lugar "en el acto en que estén desempeñando
las funciones de su cargo". No obstante, en la práctica,
se han dado casos de sanciones por desacato aplicadas
contra periodistas sin que el acto (publicación) que las
motivó se haya producido en audiencia o al calor del desempeño
del cargo por el funcionario. Tal fue el caso del Director
del diario El Siglo, Carlos Singares, que el año pasado
fue sancionado con arresto por el Procurador General de
la Nación José A. Sossa, por causa de una publicación
que consideró injuriosa. Entre las normas citadas se destacan
los artículos 386 del Código Judicial, 45 y 827 del Código
Administrativo, el 307 del Código Penal y el 33 de la
Constitución.
6. Riesgo de negativa al acceso a la información: Otro
de las grandes paradojas a que se enfrentan los periodistas
panameños es el de la negativa al acceso a las fuentes
de información oficial. Porque el mismo funcionario que
los denuncia por publicaciones inexactas es el que le
niega la información provocando las inexactitudes. Carecemos
de una ley de acceso a la información pública. Y lo ideal
al respecto sería transplantar el sistema norteamericano
según el cual toda información oficial es pública, salvo
que se diga previamente lo contrario. Un buen ejemplo
de que en Panamá caminamos en sentido opuesto lo constituye
el art. 70 de la Ley 38 del 31 de julio de 2000, por el
cual se regula el procedimiento administrativo. En dicha
norma se limita el acceso a los expedientes administrativos
a los funcionarios que lo tramiten, a las partes interesadas
y a los terceros interesados. Las autoridades han dicho
que dentro del concepto de "terceros interesados" se incluye
a los periodistas, lo cual no es correcto porque la doctrina
jurídica ha desarrollado ese concepto limitándolos a aquellas
personas que sin ser parte de una causa, coadyuvan con
una u otra de las partes. La misma norma limita dicho
acceso, "siempre que no se trate de información confidencial
o de reserva que obedezca a razones de interés público,
que pueda afectar la honra o el prestigio de las partes
interesadas, conforme a las disposiciones legales vigentes".
La norma citada limita la obtención de copias y certificaciones
sobre información confidencial, a las que sean pedidas
por alguna autoridad, el Ministerio Público y los tribunales
sobre asuntos bajo su competencia. La amplitud del concepto
de información confidencial o de reserva es tal, que muy
poco margen deja para el trabajo investigativo del periodista
o los ciudadanos comunes.
7. Riesgo de restricción profesional: Aunque de
capa caída en el mundo, el riesgo de que el derecho de
informar sea restringido o condicionado por requisitos
académicos, profesionales, gremiales o por licencia oficial
siempre existe y asoma de cuando en cuando en legislaciones
obsoletas que ignoran que la libertad de información es
un derecho humano. |
II.
RIESGO EXTRA LEGAL |
Entre
los riesgos ajenos a la legislación que deben confrontar
los periodistas, nos permitimos enumerar los siguientes:
1. Censura editorial: Esta se refiere a las restricciones
que pudieran confrontar los periodistas que trabajan
para medios de comunicación, para abordar temas de interés
personal ajenos a la política editorial del medio. El
remedio para este problema radica en la riqueza de diversos
medios de comunicación de orientaciones distintas. Debe
asímismo mantenerse abiertas las secciones de opinión
para dar cabida a criterios discrepantes de los periodistas.
2. Autocensura: Este peligroso fenómeno hace
que el periodista se abstenga de hacer su trabajo por
temor a represalias externas o internas al medio en
que labora. Este mal debe ser combatido por medio de
una política editorial bien definida y abierta a discusión.
3. Amenazas: Las amenazas personales, económicas
y pecuniarias, sea contra el medio o directamente contra
el periodista, pueden inhibir el buen desempeño de la
labor de informar. El año pasado, 53 periodistas fueron
asesinados en el mundo, 19 de ellos en América Latina
y de éstos, 10 en Colombia, lo cual ilustra la magnitud
de la amenaza. Quizás ninguna profesión u oficio en
el mundo aporta tantos mártires a nombre de sus principios.
4. Concentraciones: La concentración de varios
medios en manos de unos pocos, con menoscabo y exclusión
de otros, aunque sea formalmente legal, constituye un
atentado a la libertad de expresión; y una amenaza para
el trabajo del periodista en su diversidad de criterios.
Eso puede evitarse con una legislación que proteja y
procure la diversidad en el mundo de los medios de comunicación. |
Panamá,
16 de mayo de 2001. |
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RIESGOS
DEL PERIODISTA AL INVESTIGAR CORRUPCIÓN DE DICTADURAS
MILITARES |
Por:
Sylvia Gereda Valenzuela
Directora
Modulo de investigacion de elPeriodico
Guatemala
|
Para conocer los riesgos a que se expone el periodista de investigación
de hoy, es indispensable conocer la Guatemala militarizada
de ayer.
El papel de la prensa y de los periodistas vuelve más tortuoso
en tiempos de guerra. Para apreciarlo en su justa dimensión
basta retroceder veinte años y situarse en la salvaje
y violenta Guatemala de finales de la década de los
años setenta y principios de los ochenta.
En 1954 tiene lugar en Guatemala el derrocamiento del gobierno
del Presidente Jacobo Arbenz Guzman, como producto de
una confabulación internacional promovida por el Departamento
de Estado y la CIA de Estados Unidos. A partir de esta
fecha se desarrolla una vorágine de terror y persecución
contra intelectuales, periodistas, escritores y dirigentes
políticos.
La sociedad estaba llena de radicalismo, se ‘pertenecía’
a la derecha anticomunista o se era marxista; no había
matices.
La democracia política, los derechos humanos,
las libertades públicas, entre ellas la de expresión,
simplemente no existían. El pensar se convirtió en un
hecho peligroso y el escribir en un acto temerario que
representaba la muerte.
Treinta y seis años de guerra nos dejaron mas de 250 mil muertos
y NUMEROS huérfanos. Sin embargo, la historia del periodismo
guatemalteco también esta bañada en sangre.
Durante tres décadas el Estado implantó un aparato de represión
y bajo el pretexto de la lucha contra el comunismo infiltró
y controló a todos los sectores de la sociedad guatemalteca.
El plan consistió en crear oficinas manejadas por personal
militar, que se dedicaban a accesar la información confidencial
de los guatemaltecos.
Se instalaron oficinas de control en todas las
aduanas, finanzas públicas, migración, puertos, aeropuertos
y la compañía de teléfonos.
La Policía Nacional también fue militarizada
y desde sus mandos se dirigieron operaciones de violación
a los derechos humanos, desapariciones forzadas y secuestros
de miles de guatemaltecos, incluyendo periodistas.
El control absoluto que los militares tuvieron
sobre el país, los corrompió y muchos de los que pelearon
la guerra se creyeron con el derecho de un botín. Lo
que empezó con el control de la vida de los guatemaltecos,
se transformó en una red del crimen organizado, en donde
se manejaban contrabando, robo de vehículos, narcotráfico,
secuestros, ilegales, asesinatos por encargo y desaparición
de opositores políticos.
En esta etapa, y en el marco de este dramático
escenario, la prensa y los periodistas intentaron cumplir
con su misión. El resultado fue el asesinato de sesenta
y seis periodistas e interminable resulta la lista de
los periodistas perseguidos, ametrallados en la vía
publica, secuestrados, desaparecidos y exiliados que
milagrosamente escaparon de la orgía de sangre.
Fueron
periodistas con nombre y apellidos, que al ser abatidos
dejaron hijos huérfanos, viudas o padres desamparados
que aun enfrentan el trauma y los conflictos familiares.
Además, en esta época se produjo el cierre de los medios
independientes, se colocaron aparatos explosivos en
otros y se ideologizo la prensa.
Luego vino una segunda etapa, donde la prensa
de manera generalizada optó por la autocensura, que
se tradujo en la publicación de noticias e información
superficial e irrelevante. La prensa como institución
seguía la política del avestruz e ignoraba la realidad
con justificado temor y la población ignoraba en buena
medida lo que sucedía.
En el año de 1,986, Guatemala entra en un proceso
de transición democrática eligiendo abrumadoramente
a un gobierno civil.
Sin embargo, durante estos quince años de democratización,
las estructuras del Estado paralelo militar continúan
intactas y su desarticulación y desintegración dista
mucho del espíritu plasmado en lo que fueran los Acuerdos
de Paz, que se firmo en 1996. Las violaciones a los
derechos humanos persisten, ya no con la crueldad y
la masividad de los anos 70 y 80, pero sí de manera
selectiva y periódica.
Inteligencia militar y sus respectivas dependencias,
mantienen el poder, y si bien su rostro es efímero,
ejercen una presión real tras el trono y han causado
un incremento en la violencia en el país por que se
resisten a los cambios que la sociedad reclama.
Aún en medio de esa vorágine de terror y delincuencia,
la prensa guatemalteca ha roto con la autocensura, y
ha establecido compromisos con la libertad y el fortalecimiento
de un Estado de Derecho.
En estos años de transición la prensa ha ido
incluso, más allá de su función habitual y ha impulsado
esfuerzos cívicos contra la impunidad y a favor de la
depuración de los poderes del Estado, que culminaron
con la renuncia de todos los congresistas y de la Corte
Suprema en pleno, en cambios constitucionales, en renuncias
de funcionarios públicos corruptos, incluyendo poderosos
militares.
Estos y otros esfuerzos de la prensa y de los
periodistas, se han traducido a los largo de los últimos
quince años, en intentos fracasados de los diferentes
gobiernos de turno y de los grupos de poder en agredirlos,
intimidarlos, amenazarlos, hostigarlos, asfixiarlos
financieramente y más recientemente en descalificarlos
y desacreditarlos.
Para fortuna de los guatemaltecos -no obstante
los tropiezos de siempre y los naturales gajes del oficio-
hay prensa y periodistas para rato.
Los riesgos del periodismo
de investigación
Amenazas
El año pasado, la llegada del Frente Republicano Guatemalteco
al gobierno, presidido por el General Efraín Ríos
Montt y otros militares acusados de participar en
el conflicto armado, empeoraron la situación de la prensa.
En lo que a amenazas y riesgos se refiere, ha
existido un retroceso a las épocas de las dictaduras
militares, donde los periodistas que criticaban al régimen
eran amenazados, asesinados o difamados. Las amenazas
y agresiones se han convertido en el pan de cada día
para quienes hacemos investigación.
Como nunca antes, el aparato estatal ha implementado
campañas de desprestigio utilizando todos los canales
de televisión y numerosas radios de corte oficialista,
que son dirigidas por el actual ministro de Comunicaciones,
Infraestructura y Vivienda, Luis Rabbé, que ha
sido acusado de corrupción y es cuñado de quien dirige
el monopolio de los medios electrónicos.
Amenazas de muerte y agresiones
En 1992, durante el régimen del ex presidente Jorge Serrano
Elías, hoy prófugo de la justicia guatemalteca y
residente en Panamá, un grupo militar intentó convencer
al gobernante de dar un autogolpe de Estado disolviendo
el Organismo Judicial y el Congreso.
En estos años Guatemala vivió una de las crisis
más grandes de los últimos tiempos, en la que la prensa
independiente jugó un papel trascendental para el retorno
a la constitucionalidad.
Sin embargo, no haberse plegado al gobierno le
valió al en ese entonces presidente de Siglo Veintiuno,
Jose Rubén Zamora un intento de agresión física
e inclusive ser encañonado por el Jefe del Estado Mayor
del Ejército y otro militar de alto rango.
Esquelas de muerto, arreglos florales de tipo
fúnebre, papeles anónimos y llamadas profiriendo amenazas
de muerte estuvieron a la orden del día. Dos granadas
fueron detonadas frente a las casas de dos directivos
del diario e inclusive atacaron a balazos al presidente
de este medio.
Ocho años después, la situación no ha variado
mucho. El mes pasado tres periodistas del módulo de
investigación fuimos amenazados de muerte. Yo, en lo
personal fui agredida y otro periodista encañonado con
armas de grueso calibre, tras una publicación que sacó
a luz pública que el presidente de un banco del Estado
se enriquecía ilícitamente.
Yo fui agredida por la espalda, cuando salía
de cursar mis clases de Literatura en la Universidad,
por un individuo que me amenazó con matarme a mí, a
mi familia y a los reporteros si continuábamos con los
reportajes.
Días después, cuatro automóviles coparon el paso
de un reportero del módulo de investigación y tras bajarse
del auto pusieron ametralladoras en su cara y lo amenazaron
con darle muerte a él y al equipo de elPeriódico
si continuábamos las publicaciones.
Las denuncias fueron interpuestas en los organismos
competentes, y hemos tenido que llegar al extremo de
mantener a un reportero custodiado con dos patrullas
y cinco agentes de la policía para proporcionarle seguridad.
Asfixia financiera
Durante el gobierno de Álvaro Arzú, y tras la firma de
la paz, surgió un comando antisecuestros que operaba
en forma ilegal y que era dirigido desde el Estado Mayor
Presidencial por militares. Además, muchos de sus funcionarios
y familiares estuvieron involucrados en actos de corrupción
y se enriquecieron ilícitamente.
Cuando elPeriódico denunció estos hechos,
el Presidente de la República enfureció y ejerció presión
sobre los anunciantes publicitarios de elPeriódico
y la Revista Crónica, para que no pautaran más.
El mismo Presidente les enfatizaba que si apoyaban
económicamente a estos medios, se interpretaría como
que estaban en contra del régimen. Ante el temor de
ser descalificados, muchos accedieron llegando a retirar
la publicidad, al extremo de causar casi una asfixia
económica a elPeriódico y la quiebra y cierre
definitivo de la revista Crónica.
Intervenciones telefónicas y seguimientos
El año pasado, a escasos dos meses de haber asumido el gobierno
eferregista, el módulo de investigación de elPeriódico
descubrió que existía una red clandestina de inteligencia
que era dirigida por el jefe de seguridad del Presidente
de la República, un militar acusado de cometer múltiples
violaciones a los derechos humanos durante el conflicto
armado.
Este aparato de inteligencia se dedicaba a hacer intervenciones
telefónicas y seguimientos a los opositores del régimen.
Durante la investigación y tras su publicación,
pudimos observar que vehículos polarizados, algunas
veces sin placas, otras con placas del Estado o robadas,
se paraban a la entrada de las oficinas y hacían seguimientos
obvios con el fin de amedrentar. En muchas ocasiones
se observó dentro de los autos a individuos que fotografiaban
o filmaban a los miembros de la redacción.
Luego, los teléfonos de los periodistas fueron
intervenidos, las llamadas que uno realizaba a las oficinas
del diario eran contestadas por la recepcionista de
la Policía Nacional o de otra dependencia estatal; las
líneas telefónicas se cruzaban e inclusive se llegaban
a escuchar dentro de la conversación el sonido de las
grabadoras y hasta de tonos de faxes. Luego vinieron
las amenazas de muerte.
El fin de estos personajes ha sido espiar los movimientos de sus
opositores, conocer su vida privada y familiar y luego
extorsionarlos o chantajearlos.
Gracias a un mensaje intimidatorio que fue dejado
en mi buzón de mensajes del celular, la Misión para
las Naciones Unidas logró establecer que el número del
teléfono de quien llamó pertenecía a un allegado militar.
Se interpuso una denuncia pública ante el Ministerio
Público, que nunca fructificó.
Desprestigio
Durante el período de Arzú y Serrano inteligencia
militar presentaba reportes falsos al Presidente de
la República y su Gabinete para desprestigiar a los
directores de los medios que les criticaban. Acusaciones
de narcotráfico, supuestos intentos de complot y otros
chismes infundados como el pago de dinero de los opositores,
despertaban la furia de los gobernantes, que se declararon
públicamente enemigos de la prensa. En 1,997, 14 organizaciones
de prensa se unificaron para constituir un solo bloque
de lucha y enfrentar las presiones oficiales.
Sin embargo, durante el gobierno eferregista,
las medidas han llegado más lejos y a extremos nunca
antes vistos. En Guatemala, cuatro canales de televisión
pertenecen al mexicano Ángel Remigio González,
un financista de campaña del ahora Presidente de la
República y cuñado del actual Ministro de Comunicaciones,
Luis Rabbé, quien además fue director de los
noticiarios locales. El otro canal, es estatal.
Aprovechando el monopolio de los medios electrónicos,
el Ministro de Comunicaciones inició una campaña de
desprestigio contra periodistas de elPeriódico
y Prensa Libre, luego de que fue publicado un
reportaje donde se evidenciaba corrupción en el Estado
y se denunciaba el monopolio televisivo.
Los canales reprodujeron entrevistas con personas
afines al régimen o políticos que aseguraban que la
prensa escrita mentía, abusaba y calumniaba al gobierno.
Su objetivo era hacernos perder la credibilidad.
Al tiempo que hacía estos montajes televisivos,
se envió hasta las oficinas de elPeriódico a
una turba de gente que se hacían pasar como simpatizantes
del Ministro Rabbé y que enfurecidos, con papeles
en llamas, palos y botellas en mano intentaron ingresar
a la sala de redacción para agredirnos por difamar supuestamente
al funcionario.
Reporteros, un colegio de párvulos que se ubica
a la par de nuestras oficinas y los vecinos, vivimos
momentos de terror donde creímos que íbamos a ser linchados.
Se pidió protección a la policía, pero ésta acudió hasta
que la turba se había marchado.
Un grupo de reporteros y fotógrafos que se infiltró
con los supuestos manifestantes logró determinar que
los mismos no eran más que trabajadores del Ministerio
de Comunicaciones y que habían sido transportados por
carros del Estado.
El ministro fue exculpado por el Presidente de
la República, la denuncia obra en los tribunales de
justicia y al parecer no se han iniciado investigaciones.
El acoso de Rabbé y el gobierno han seguido
a la orden del día, al extremo que el presidente de
elPeriódico, Jose Rubén Zamora y Gonzalo
Marroquín, de Prensa Libre han sido acusados
a través de los canales de televisión de complotar contra
el gobierno. Montajes de historietas anónimas donde
se les acusa de ser empresarios fracasados, borrachos
y conspiradores, aparecen todos los días en la pantalla
chica.
Un aspecto curioso es que el hermano del Ministro
Rabbé funge como jefe de Inteligencia del Ejército,
y es precisamente a él a quien se le atribuyen estos
montajes con información tendenciosa y falsa.
Junto con esta nueva herramienta antiperiodística,
cabe mencionar que la inteligencia militar de este gobierno
se dedica a fabricar rumores para desprestigiar a los
periodistas y su vida personal. Las mujeres periodistas
son acusadas de ser promiscuas; a los hombres de ser
alcohólicos, degenerados o vendidos a la oposición.
Presión para despedir a directivos de la prensa
Otro riesgo que corre el periodista es la presión que ejerce el
gobierno para que los directivos lo despidan del medio
de comunicación. En épocas de Serrano y de Arzú,
los mandatarios ejercieron presión para que el director
de Siglo Veintiuno, Jose Zamora fuera
despedido. Se citaba a los propietarios de los medios
para exigirles el despido del periodista bajo amenaza
de ser acusados enemigos del régimen. Gracias al apoyo
de la comunidad internacional el esfuerzo de Serrano
fue infructuoso. Pero en época de Arzú, las peticiones
de despido se convirtieron en realidad y tras criticar
al régimen de turno, Zamora fue removido de su
puesto. Posteriormente, el diario entró en una fase
de apoyo gubernamental.
Más recientemente, la emisión televisiva Temas
de Noche, dirigida por José Zarco y el programa
Radial Punto de Encuentro, de Marielos Monzón
fueron cerrados por presiones gubernamentales, tras
criticar a las autoridades.
Elaboración de investigaciones paralelas donde se
implantaba pruebas
En el régimen de Álvaro Arzú, también se creó un ente paralelo
al sistema de justicia, denominado la OFICINITA. Este
aparato que operaba en el Ministerio Público coordinaba
que todas las investigaciones que tuvieran relación
con militares o allegados del gobierno.
Este grupo paramilitar infiltrado en el Ministerio
Público desviaba la investigación, implantaba pruebas
falsas y fabricaban historias para defender a los suyos
y evitar que llegaran hasta los tribunales de justicia.
Por esta época, el hermano de un columnista de
elPeriódico fue asesinado brutalmente a inmediaciones
de una base militar. Hugo Ordóñez, el columnista,
relató que el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, el
general Marco Tulio Espinoza, ofreció favores
del comando antisecuestros e inclusive la liberación
del entonces secuestrado a cambio de que el presidente
de elPeriódico, Jose Rubén Zamora aceptara
conversar con él, pues la línea editorial de elPeriódico
había denunciado los abusos de su gestión. Zamora
no accedió a la entrevista y días después Ordóñez
fue encontrado dentro de un pozo de agua, torturado
y con un tiro de gracia. Las investigaciones posteriores
fueron desviadas, con testigos falsos e implantación
de pruebas, para exculpar a los principales sospechosos,
los militares.
Censura directa
Durante el autogolpe de Serrano las oficinas de Siglo
Veintiuno fueron rodeadas por 200 oficiales que
con sus fusiles amenazaban con disparar. Por varios
días el gobierno envió censores que pretendían revisar
el contenido de las notas, pero éstos fueron rechazados
y no se les dejó ingresar. Los periódicos tuvieron que
circular clandestinamente e inclusive Siglo Veintiuno
publicó una edición denominada Siglo Catorce,
que aparecía en blanco y negro, evocando el regreso
al siglo oscurantista.
Exilio
El periodista Omar Cano fue enviado a investigar tala ilegal
de. A su llegada descubrió que un grupo de la base militar
se dedicaban a la tala y exportación ilegal de los mismos.
Al ser descubierto se inició una persecución en su contra
para exterminarlo y se vio obligado a partir al exilio.
Hace ocho años reside en Canadá. En plena democracia
mas de cuatro periodistas han debido partir al exilio.
Cárcel e implantación de evidencias
En épocas de Serrano el columnista Hugo Arce, de
Siglo Veintiuno, fue detenido en un retén. La
policía le colocó dinamita y cocaína en su carro, luego
sobre la base de estas pruebas formularon un parte policiaco
falso e inmediatamente fue enviado a prisión.
Intervención electrónica
El sistema de computadoras del módulo de Investigación fue intervenido
por personas desconocidas (hackers) para extraer información
y conocer de antemano las publicaciones.
En un caso el ex jefe del Estado Mayor de la Defensa y el director
de la Dirección de Inteligencia tenían en su poder copias
de los documentos que los reporteros estaban elaborando
para una publicación donde aparecían implicados.
En otros casos, principalmente cuando se programaban publicaciones
que involucraban a militares, las computadoras registraban
haber sido judicadas por desconocidos en horas de la
madrugada y los documentos finales estaban alterados,
con datos falsos o modificados.
En un caso extremo, se consiguió borrar un documento en la fase
de pre-edición y cuando ya estaban diagramados y listos
para ir a la imprenta.
Infiltración de Personal
Se ha conseguido detectar personal infiltrado por inteligencia
militar o sectores de poder en distintas áreas elPeriódico,
principalmente en la administrativa. Personas que son
contratadas en bandos medios o bajos y que al tener
acceso a las oficinas conocen Estas conocen los movimientos
de quienes allí trabajan y están enteradas de los temas
que se están elaborando. Por ello fue indispensable
separar al Módulo de Investigación a un lugar privado.
Fafas
o dinero a cambio de favores
El ex presidente Serrano quiso comprar con viajes y posiciones
públicas a varios directores de medios. A otros altos
ejecutivos, les daba una cuota mensual de diez mil quetzales
para detener las críticas en su contra.
Mientras tanto, en el gobierno de Álvaro Arzú se ofrecía
pautar anuncio y hacer contratos millonarios a cambio
de no atacar al gobierno.
Durante le actual régimen eferregista, algunos funcionarios que
han sido acusados de corrupción han intentado desprestigiar
a los reporteros que investigan pregonando que éstos
les pidieron miles de dólares en soborno a cambio no
publicar.
Allanamientos
a los medios y atentados a sus oficinas
En 1,997, la redacción del diario Al Día fue allanada y secuestrado
el material informativo. Ese mismo ano el noticiero
La voz de Peten sufrió un atentado incendiario
Muerte
Durante
el conflicto armado fueron asesinados 66 periodistas.
Durante transición democrática, si bien se ha detenido
el numero de las víctimas, también ha cobrado la vida
de 11 periodistas. En 1, 993, durante el periodo de
Ramiro De León se producen crímenes contra el periodista
Jorge Carpio Nicolle, Director del diario El Gráfico;
Victor Cruz de Radio Sonora y Alberto Antoniotti, corresponsal
de prensa internacional. En 1,997 fueron asesinados
cuatro miembros de radio Campesina tras recibir amenazas.
Cómo protegerse
Triangulación
Cuando existen publicaciones delicadas, que pueden costar hasta
la vida de los reporteros, es recomendable hacer triangulación
con poderosos e influyentes medios de comunicación del
extranjero, principalmente de países desarrollados.
La idea es entregar la información a la prensa
internacional y que ésta la publique en sus páginas.
Luego, utilizando como fuente el medio extranjero se
reproduce en el diario local la nota.
Esta práctica puede dar protección al periodista
y disolver responsabilidades y a la vez no se deja de
publicar temas relevantes.
Cooperación horizontal entre medios locales e internacionales
Otro método es publicar notas de alto riesgo en dos o tres medios
al mismo tiempo. Además, si la nota implica a algún
país vecino se puede trabajar en conjunto con periodistas
extranjeros. La idea es disolver responsabilidades y
en ciertos casos, tener más impacto.
Equipo externo
A través de fundaciones prestigiosas se puede coordinar la visita
de un equipo de periodistas investigadores del exterior.
Ellos podrían desarrollar algún tema muy delicado, permanecer
varias semanas o meses, salir del país y luego enviar
la publicación.
Premios y redes del exterior
Los premios y reconocimientos en el exterior pueden servir para
conseguir algún grado de inmunidad. A los gobiernos
les da cierto temor las repercusiones internacionales
que pueda tener un ataque hacia los miembros de la prensa
que tienen reconocimiento en el exterior.
Construcción Network local e internacional
Es necesario organizar una red de apoyo internacional. Existen
grupos que se dedican a brindar apoyo en los momentos
de crisis. A través de cartas y visitas al país estas
organizaciones logran ejercer presión sobre los gobernantes.
Denuncias ante Organizaciones de Prensa, Relatoría
y Naciones Unidas
El acompañamiento de la comunidad internacional es relevante y
de gran importancia. Ante cualquier amenaza es indispensable
interponer la denuncia en los principales órganos de
la defensa del periodista. Ellos se encargarán de ejercer
presión y medidas cautelares para salvaguardar la vida
de los amenazados. Este extremo es principalmente importante
en los países subdesarrollados y con democracias frágiles.
Giras anuales
Embajadores o miembros de países amigos pueden ser un contacto
para brindar asistencia a los periodistas en riesgo.
A través de giras o congresos auspiciados por estos
gobiernos se puede exponer en los distintos países que
tienen importancia política para el país, la situación
crítica de la prensa. Esto hará que el gobierno se comporte
de manera más recatada y cuide sus pasos.
Seguridad del Estado sugerida por Naciones Unidas
Cuando existen amenazas, el Estado se encuentra en la obligación
de brindarle protección al periodista, cuando los casos
son extremos es necesario solicitar patrullas y equipo
de seguridad para que el gobierno se comprometa frontalmente
a la protección del agredido.
Además, solicitar a la Relatoría de Naciones
Unidas este apoyo ayudará a facilitar los trámites y
garantizará más transparencia.
Solidaridad Gremial
Es indispensable tener contactos con individuos
del gremio periodístico. En foros como estos se pueden
establecer contactos que más adelante darán apoyo en
los momentos de crisis y ayudarán al intercambio de
información.
Es importante que los periodistas aprendamos
a darle el merecido espacio a todos los profesionales
que en su carrera son amenazados y apoyarlos para que
puedan tener la necesaria cobertura internacional.
Sistemas para prevenir infiltración en computadoras
y celulares
El grupo estadounidense CryptoRights, ubicado
en Canadá se dedica a brindar asesoría a periodistas
que tienen problemas de intervención. Mediante un curso
de criptología se enseñan métodos sencillos para evitar
que las señales sean interceptadas. |
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IMPORTANCIA DE LA DISTINCIÓN ENTRE LA LIBERTAD
DE EXPRESIÓN Y LA LIBERTAD DE INFORMACIÓN |
Por:
Pedro Anguita |
En el Panel,
denominado "Derecho a la Información", al
cual he sido convocado me ha correspondido referirme
a la distinción entre la Libertad de Expresión y la
Libertad de Información, específicamente el contenido
y alcance de las libertades de expresión e información,
conforme a la legislación o doctrina latinoamericana.
Para analizar
adecuadamente el tema señalado lo abordaré siguiendo
el esquema que señalo a continuación.
I.
Definir cada una de
dichas libertades y clasificarlas.
II.
Se hace necesaria una explicación sucinta acerca de la evolución
que ha experimentado esta Libertad desde fines del s.
XVIII hasta nuestros días, es decir desde la Libertad
de Expresión al Derecho a la Información, cuyo primer
reconocimiento universal, y de profunda influencia en
el mundo fue la Declaración Universal de los Derechos
del Hombre.
III. Situación actual de dicha libertad pública
en nuestro continente americano, a la luz de la Declaración
Americana de Derechos Humanos o también más conocida
como Pacto San José de Costa Rica.
I.
Definiciones y clasificación.
No es tarea fácil definir lo que se
entiende por cada una de estas Libertades, puesto que
hay tantas definiciones como autores se han dedicado
a su estudio. Los conceptos difieren fundamentalmente
dependiendo a que tipo de cada una de ellas presenta
una serie de significados, fundamentalmente dependiendo
fundamentalmente quienes es el sujeto titular, SUJETO;
cuales son las facultades que se comprenden, lo que
quiere indicarnos cual es el OBJETO.
La primera clasificación
apuntara pues a esto último, es decir definiré las libertades
de acuerdo a las facultades que se comprenden en cada
una de estas Libertades tanto de Expresión como de Información.
La Libertad de
Expresión se puede definir como el ejercicio y/o facultad
de un derecho humano, fundamental, constitucional, (dependiendo
de la concepción que se tenga de dicho derecho) a expresar
y difundir libremente, esto es sin trabas, sin ser molestado,
ideas y opiniones a través
de la palabra, a través de escritos o cualquier otro
método de reproducción, es decir comprendería la expresión
en cualquier tipo de soporte, prensa escrita, radio,
televisión, y a las nuevas tecnologías de la información,
como Internet.
La Libertad de
Información, se puede definir a su vez como el ejercicio
y/o la facultad a comunicar y/o transmitir sin trabas,
sin ser molestado, información por cualquier
medio de difusión y soporte.
De acuerdo a
otras opiniones, la Libertad de Expresión comprendería
la libertad de Información pues el primero, la expresión
sería el concepto más general más amplio más omnicomprensivo
que incluiría la información, es decir no solamente
se incluirían en la Libertad de Expresión, a las ideas,
opiniones sino también las informaciones.
Este parece ser por otra parte el empleo que
se da usualmente a la Libertad de Expresión, en el lenguaje
corriente puesto que cada vez que ocurre algún atentado
a la Libertad de Información, a la que están llamados
a ejercer preferentemente los medios de comunicación
por algún tipo de restricción en su ejercicio se suele
invocar como un atentado a la libertad de expresión.
Así toda los juicios por los cuales la Fiscalía rusa
ejerce contra el dueño del conglomerado mediatico, se
esgrime como un atentado a la libertad de expresión. En este sentido, el corriente, el popular suele comprender a ambos
términos, en los cuales no se precisa si se trata de
opiniones, informaciones o ideas.
II. Libertad de Expresión, Libertad de Información
y Derecho a la Información.
Nuestra cultura,
heredera de las culturas griega y romana, no consagro
libertades o derechos vinculados a la libertad de expresión.
Su concepción de libertad de expresión no dio lugar
a elaboraciones conceptuales como si la hubo en otras
actividades del hombre antiguo, por lo que no se defendió
ni se reguló tal vez por la idea compartida en el mundo
clásico sobre la existencia de derechos innatos, naturales
anteriores al derecho positivo o legislado. La libertad
de expresión la utilizaron los políticos, los autores
de comedias y dramas en el teatro y por los jueces en
aquellos sitios especialmente reservados para que impartieran
justicia.
1.- Etapa de desconocimiento
de libertades fundamentales en los Regímenes Absolutistas.
La libertad de
expresión al igual que los demás derechos y libertades
fundamentales, le son negados a los súbditos. El Estado
Absoluto, donde se organizaba el Antiguo Régimen, ejerce
su poder sin límites ni contrapesos, él detenta y se
constituye como el único sujeto libre para informar,
el resto excluido de esta libertad esta sometido a todo
tipo de condiciones, exigencias, licencias y censuras
previas.
2.- Etapa del sujeto empresario.
El titular de
la Libertad de Información y de Expresión es el dueño
de los medios de comunicación, la
persona que es capaz de reunir grande cantidades
de recursos económicos y humanos, es el sujeto de la
protección, la libertad de expresión es la libertad
de los poderosos, esta libertad de información es la
libertad de informar no la libertad de ser informado.
Esta libertad de los siglos XVIII, XIX y XX, concebida
y plasmada de clara connotación individualista, es la
libertad de una minoría, de una elite como son los propietarios
de los medios de comunicación y a ellos se dirigían
las primeras declaraciones nacionales de derechos, cuya
plasmaciones más representativas son:
En Inglaterra,
La Petición de Derechos de 1628, (Petition of Rights),
la influencia indirecta del Habeas Corpus Act de 1679,
y la Declaración de Derechos (Declaration of Rights
1689), esta última que permitió al Parlamento, a solicitud
de la Cámara de los Comunes, a no renovar el Estatuto
de la Censura que finalizaba en el año 1695.
En EE.UU., La
Declaración de Independencia de 04 de Julio 1776, que
se refiere a ciertos derechos inalienables, enumerando
entre ellos a la vida, la libertad y la búsqueda de
la felicidad, Declaración de Derechos de Virginia de
12 de Junio de 1776, que es la primera que enumera derechos
del hombre, que en el referido a la libertad que nos
ocupa, es el XII, "Que la libertad de prensa es
uno de los grandes baluartes de la libertad y no puede
ser restringida jamás, a no ser por gobiernos despóticos".
La primera enmienda de 1791,
en el Bill of Rights: "El Congreso no dictará ninguna
ley por la que se establezca una religión, o se prohiba
ejercerla, o se prohiba ejercerla, o se limite la libertad
de palabra, o la de prensa, o el derecho del pueblo
a reunirse pacíficamente y pedir al gobierno la reparación
de sus agravios".
La que sin embargo
tiene una proyección e influencia mayor es la que efectúa
La Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano,
en su art. 11, en que lucha al "Antiguo Régimen",
los revolucionarios consagran: "la libre comunicación
de los pensamientos y de las opiniones es uno de los
derechos más preciados del hombre; todo ciudadano puede
por tanto, hablar, escribir e imprimir libremente, salvo
la responsabilidad que el abuso de esta libertad produzca
en los casos determinados por la ley".
3.- Etapa del sujeto Profesional.
En esta etapa
de la libertad de Expresión, el sujeto titular, es el
Periodista. Consagrada y asegurada la libertad de Expresión
de los propietarios de los medios, deviene ahora en
la lucha de los que conforman las empresas periodísticas,
dada la especial connotación de su trabajo, donde predomina
el elemento intelectual, creativo de los trabajadores
de la prensa. La empresa informativa se transforma en
cuanto a su contenidos como a sus formas de difusión
y da paso a grandes organizaciones empresariales. Los
sujetos cualificados en el proceso de la redacción y
difusión de contenidos noticiosos van reclamando derechos,
como el secreto profesional y la cláusula de conciencia,
a través de la elaboración de estatutos, originados
principalmente en Inglaterra y Francia. En definitiva
el sujeto titular de este derecho van siendo en el primer
momento el empresario, y en esta segunda etapa en el
sujeto profesional, aquellos informadores profesionales,
que perciben la importancia y trascendencia de la función
social y pública que desempeñan.
4.- Sujeto Universal.
Las etapas reseñadas,
al colocar a distintos sujetos como titulares del disfrute
de esta libertad fundamental, también puede responderse
de otro modo; ¿Quién es el propietario de la información?.
En esta etapa que según la doctrina se inicia con la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, el día
10 de Diciembre de 1948, que en su artículo 19 proclama:
"Todo individuo
tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión;
este derecho incluye el de no ser molestado a causa
de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones
y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de
fronteras, por cualquier medio de expresión".
Esta declaración
redactada por la Comisión de Derechos Humanos de la
O.N.U., y aprobada por la Asamblea General, de carácter
declarativo y no directamente vinculante con los países
que suscribieron dicha declaración represento el comienzo
de una nueva etapa.
Las anteriores
concepciones de la libertad de Expresión como se puede
apreciar no fueron suficientes para asegurar a todas
las personas y ciudadanos el disfrute pleno de estar
informados, se hace necesario en avanzar sobre otro
fundamento sobre las cuales construir un nuevo derecho
que asegure el ejercicio pleno por la ciudadanía de
este derecho.
Este artículo
proclama por vez primera en la historia del hombre,
que toda persona, todo hombre tiene Derecho a la Información.
Se intenta pues
con esta declaración superar las libertades de expresión
y de información, ya consagradas anteriormente, que
no podían satisfacer el goce de este sujeto universal
a la información.
La libertad de
expresión era una libertad concedida por y desde el
poder y por lo tanto limitable y anulable por este.
La libertad de
expresión era una libertad restringida a un grupo particular
de sujetos: empresarios y periodistas. El derecho a
la información es en cambio un derecho que corresponde
a un sujeto universal, a todos los hombres.
La libertad de
expresión era una libertad individual. El derecho a
la información tendrá una connotación social, un derecho
de todos, del público que dará en muchos casos el fundamento
de prevalecer sobre otros derechos de raigambre individualista
como el derecho al honor o a la fama.
Este nuevo derecho
es redactado en un momento histórico donde aún se haya
los escombros de la mayor guerra que ha existido en
la historia de la humanidad, en términos de vidas humanas
como materiales. Se reconoce en este contexto la función
esencial que posee la información en la construcción
de las sociedades humanas. Las causas de la guerra podía
verse claramente aquella profunda manipulación de conciencias,
gracias a una adecuada información. De aquí en adelante la información deberá ser un vehículo importantísimo
para el aseguramiento de la paz.
Todo esto no
conduce por supuesto a que el concepto de libertad de
expresión deba abandonarse, por el contrario, el derecho
a la información debe descansar sobre la libertad de
expresión.
El Estado como
garantizador de estas libertades debe seguir con su
función abstencionista de anular o amenazar las libertades
ya reconocidas, por sus vías político-administrativas
de modo preventivo, ejerciendo censura, premiando a
aduladores o castigando a sus adversarios.
El derecho a
la información se conceptualiza como aquel derecho que
goza todo sujeto, todo hombre, toda persona, ya sea
física o jurídica, sin consideración de edad, condición,
nacionalidad, ocupación, ni en relación con los bienes
que posea.
Las facultades
que integran este derecho son fundamentalmente:
1.- Investigar
informaciones y opiniones.
2.- Recibir informaciones
y opiniones.
3.- Difundir
informaciones y opiniones.
Todas las cuales
pueden ejercitarse separada o conjuntamente. Este planteamiento
contiene algo muy innovador y original. El ciudadano
ya no será un receptor pasivo de la información, sino
también podrá investigar y difundir informaciones y/o
opiniones. Esta ejercicio ciudadano en la investigación
de la información ha ido fundando un nuevo derecho que
poco a poco va perfilanzose en nuestras sociedades,
como es el derecho de acceso a la información, que no
sólo será exigible frente a los poderes o entes públicos
sino también incluso y con justa razón a empresas privadas
que cumplen determinados servicios domiciliarios a la
población. Existe pues en perspectiva un enorme campo
de fiscalización donde el sujeto de a pie se transforma
en un controlador y vigilante en la transparencia de
la gestión pública.
De tal modo la
información adquiere un rol principal en nuestras sociedades
democráticas puesto que todas las decisiones públicas
requieren como condición fundamental e indispensable
la existencia de una opinión pública libre e informada
para poder conceder legitimidad a dichas decisiones
de lo contrario dada la ausencia de este requisito,
los demás derechos y libertades garantizados por el
sistema democrático queda reducido a simples ejercicios
formales de derechos, en especial los derechos políticos
lo que socava el principio de legitimidad democrática.
III. Derecho a la Información en el ámbito americano.
El derecho a
la información en nuestra América Latina era hasta hace
pocos años como parte integrante del derecho interno
de los estados. Los límites territoriales han actuado
también como fronteras a este derecho a la información.
Tanto la Declaración Universal, como los demás Pactos
y Tratados de alcance regional que han homogeneizado
y establecido ciertos criterios comunes en todos los
países, no han sido hasta hace pocos años, introducidos
al derecho interno de los países, o esto ha sido realizado
parcialmente, lo que en definitiva no se han hecho plenamente
efectivos los derechos y libertades que en dichas convenciones
se han proclamado.
Un cambio fundamental
se iba a producir en nuestro ámbito americano, que empezaría
a cambiar dicho estado de cosas.
Sistema Interamericano
de Protección de los Derechos Humanos.
En el mes de
Mayo de 1948, las naciones de América se reúnen en México y deciden adoptar una declaración sobre Derechos Humanos,
denominada “Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre”, con el objeto que posteriormente
pudiese ser redactada como convención. Esta declaración
constituyó el primer documento internacional de los
derechos humanos en el ámbito americano de carácter
general.
Posteriormente
en Noviembre de 1969, se celebra en San José de Costa
Rica, la Conferencia Especializada Interamericana sobre
Derechos Humanos, en la cual los representantes de los
países miembros de la OEA, redactaron la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, que entra en vigencia
el 18 de Julio de 1978, por el deposito que hace el
undécimo país del instrumento de ratificación de un
Estado adherido a la Convención. Hoy 25 naciones han ratificado o bien se han adherido a la Convención.
La entrada en
vigencia de este Tratado regional representa la culminación
de una etapa que se inicia a finales de la 2ª Guerra
Mundial, con la adopción de la declaración sobre derechos
humanos ya señalada.
Con el propósito
de proteger los derechos fundamentales del hombre en
el continente americano, la Convención determina la
existencia de dos órganos con jurisdicción para conocer
de vulneraciones de los derechos humanos, que son la
Comisión que había sido creada en 1959, e iniciado sus
funciones un año después, al haber aprobado el Consejo
de la OEA su estatuto y elegido su primera integración
y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
La Convención
de este modo define atribuciones y procedimientos tanto
de la Corte como de la CIDH, que con respecto a esta
última conserva facultades adicionales y que son preexistentes
a la Convención y que no derivan de ella, como el procesar
peticiones individuales relativas a Estados que no son
miembros de la Convención.
Estos órganos
tienen como función principal la protección de los derechos
humanos y para ello tiene competencia para conocer los
casos en que alguno de los Estados que hayan ratificado
la Convención o se hayan adherido a ella, sea responsable
de la vulneración de los derechos humanos que estatuye
la Convención.
Existen una serie
de requisitos para la interposición de denuncias, como
toda demanda que reclama resolución, y otras propias
de tratados de naturaleza supranacional de la Convención,
como es el agotamiento de los recursos de jurisdicción
interna en el Estado presunto vulnerador de los derechos
humanos.
La Convención
en lo referido a las libertades de expresión y de información
establece:
Art. 13. Libertad
de Pensamiento y de Expresión.
1. Toda persona
tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión.
Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir
y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin
consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito
o en forma impresa o artística, o por cualquier otro
procedimiento de elección.
2. El ejercicio
del derecho previsto en el inciso precedente no puede
estar sujeto a previa censura sino a responsabilidades
ulteriores, las que deben estar expresamente fijadas
por la Ley y ser necesarias para asegurar:
a. el respeto a
los derechos o a la reputación de los demás, o
b. la protección
de la seguridad nacional, el orden público o la salud
o la moral públicas.
3. No se puede restringir
el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como
el abuso de controles oficiales o particulares de papel
para periódicos, de frecuencias readioelectricas, o
de enseres y aparatos usados en la difusión de informaciones
o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir
la comunicación y la circulación de ideas y opiniones.
4. Los espectáculos
públicos pueden ser sometidos por la ley a censura previa
con el exclusivo objeto de regular el acceso a ellos
para la protección moral de la infancia y adolescencia,
sin perjuicio de lo establecido en el inciso 2.
5. Estará prohibida
por la ley toda propaganda en favor de la guerra y toda
apología del odio nacional, racial o religioso que constituyan
incitaciones a la violencia o cualquier otra acción
ilegal similar contra cualquier persona o grupo de personas,
por ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión,
idioma u origen nacional.
Estos dos artículos
se complementan con loa artículos 1°, que establece
la obligación de los estados de respetar los derechos.
Artículo 1°. Obligación de
Respetar los Derechos.
1. Los Estados partes
en esta Convención se comprometen a respetar los derechos
y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre
y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su
jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos
de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas,
o de cualquier otra índole, origen nacional o social,
posición económica, nacimiento o cualquier otra condición
social.
2. Para los efectos
de esta Convención, persona es todo ser humano.
Por último, otro
artículo que deviene fundamental a la ahora de interpretar
y aplicar la convención es el artículo 2º, que señala.
Artículo 2°. Deber de adoptar
disposiciones de derecho interno.
Si en el ejercicio de los
derechos y libertades mencionados en el artículo 1º
no estuviere ya garantizado por disposiciones legislativas
o de otro carácter, los estados partes se comprometen
a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales
y a las disposiciones de esta Convención, las medidas
legislativas o de otro carácter que fueren necesarias
para hacer efectivos tales derechos y libertades.
Habiendo transcurrido
ya algunos años de funcionamiento tanto de la Comisión
como de la Corte dentro de la Convención Americana de
Derechos Humanos, a través de resoluciones, informes
y sentencias que han ido emitiendo sucesivamente y que
se vinculan al estudio de nuestras libertades de expresión
y de información en nuestro ámbito americano, se puede
afirmar quizás de un modo no temerario, que el denominado
Derecho a la Información ha devenido en nuestros países
americanos, por la aplicación e interpretación que tanto
la Comisión, como la Corte han realizado de la Convención
Americana de Derechos Humanos y no por la consagración
vía constitucional y legal interna, lo que no deja de
ser un hecho novedoso y particular de nuestra América.
Los pronunciamientos
que tanto la Comisión como la Corte han realizado del
artículo que consagra la Libertad de Expresión pueden
citarse como transcendentes, sin que constituya una
enumeración taxativa son:
Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
1. Informe N° 22/94. 20/09/1994.
Solución amistosa.
Verbitsky/Argentina.
2. Informe Anual, año 1994, sobre
la compatibilidad de las leyes de desacato y la Convención
Americana sobre Derechos Humanos.
3. Informe N° 11/96. 03/05/1996.
Caso Francisco Martorell/Chile.
4. Informe N° 55/00. 02/10/2000.
Caso Alejandra Matus y Otros/Chile.
5. Caso Ivcher Bronstein/Perú.
Corte Interamericana de Derechos
Humanos.
1. Opiniones Consultivas.
a. OC-5/85. Colegiación Obligatoria
de Periodistas.
b. OC-7/86. Exigibilidad
del Derecho a Rectificación o Respuesta.
2. Sentencia. “La Ultima Tentación
de Cristo”. 05/02/2001
(Olmedo Bustos y otros vs. Chile)
Por la importancia de la materia
resuelta y por ser la última de las sentencias emanadas
por la Corte en materia de libertad de expresión, explicaré
la controversia, la posición de las partes y los fundamentos
del fallo que comparto plenamente. |
|
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LIMITES
A LA LIBERTAD DE INFORMACIÓN: VERACIDAD Y DIGNIDAD
DE LAS PERSONAS |
Por:
Fernando Lincoln Guier |
Agradezco
a CELAP el honor de esta aquí entre Ustedes,
comentando inquietudes y luchas de toda una vida profesional,
reflexionando con el culto público una serie de temas
que, desde el periódico costarricense LA
NACION,
he ido desarrollando a través de diversas glosas en
la Página
15 de
ese diario, y en multitud de alegatos desperdigados
en muchas querellas penales entabladas contra el periodismo
costarricense por culpa de una legislación caduca, obsoleta
y que atenta y viola el Derecho Humano a la Libertad
de Expresión. La ponencia trata sobre los límites a
la Libertad de Información, supuestamente la veracidad
y la dignidad de las personas, y es un manual de aciertos
ajenos y yerros míos. El tema de hoy trata de una batalla
iniciada específicamente en Inglaterra en el siglo XIII, al promulgarse la Carta Magna
el
15 de junio de 1215 y eliminarse odiosas discriminaciones
a losciudadanos.
Los pueblos adelantan y, con igual empuje,
retroceden. Fue en 1662 cuando recrudeció la lucha
a favor de la libre emisión del pensamiento al promulgar
el Parlamento el "Licensing Act", por lo que John Milton en el clásico folleto
en su defensa, argumentó erigiendo en rango de fuero
superior el principio que cito:
"Dadme libertad
de saber, de hablar, de argüir libremente según mi
conciencia, por encima de todas las libertades"
Esos afanes libertarios cristalizaron posteriormente
con el carácter de norma legal, en "La declaration des droits de l´homme et du citoyen"
redactada
por SIEYES
y adoptada por la Asamblea Constituyente francesa
el 26 de agosto de 1789, cuyo artículo 11 legisló así:
"La libre
communication des pensées et des opinions est un des
droit le plus precieux de l´homme: tout citoyen peut
dont parler, écrire, imprimer librement"
En el otro continente florecieron
las enseñanzas del jurisconsulto inglés Sir William
Blackstone, contemporáneo de la Guerra de Independencia
norteamericana, y la I Enmienda de la constitución de ese nuevo
país
inspirada en su mensaje y redactada incluso
literalmente por Thomas Jefferson, en carta privada
dirigida al constituyente Madison, nació impecable:
"Congress shall
make no law … abridging de freedom of speech, or of
the press …"
Breve enfoque de una historia fascinante que
cuajó en nuestro siglo en diversas constituciones
locales, y todavía mejor en importantes tratados internacionales
de jerarquía algunas veces superior a las propias
constituciones políticas de las naciones.
Enumerémoslos concisamente antes de analizar los más destacados:
el artículo 19 de la Declaración Universal de
Derecho Humanos, del 10 de diciembre de 1948; el artículo
10 del Convenio Europeo para la Protección de los
Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales, suscrito
en Roma el 4 de noviembre de 1950; el artículo 19
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
suscrito en New York el 19 de diciembre de 1966.
Concretamente en este continente merece destacarse, esencialmente
por ser el alma de todo este sistema de protección
al ser humano, al inicio el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales con sus Protocolos adicionales
aprobados en resolución nº 2200 del 16 de diciembre de 1966
de Asamblea General de las Naciones Unidas y, por
último, la obra magna: la Convención Americana sobre
Derechos Humanos
o PACTO DE SAN
JOSE
en noviembre de 1969.
* * *
Además de la obligatoriedad jurídica de aquellas normas,
los más connotados pensadores de esta centuria –y
únicamente cito a Karl Popper por ser su pensamiento
un hito fundamental de influencia avasalladora–, establecen
en síntesis que la democracia se basa cardinalmente
en la comunicación libre, la cual sólo es posible
cuando se lleva a cabo a través de argumentos racionales
que admitan poder ser falsos, procediendo así por
conjeturas y refutaciones. Esa es la espina dorsal
que anima la inviolabilidad del derecho a la información,
y hace trizas la pretendida veracidad en la información.
Entre las mejores delineaciones sobre el derecho de información, merece destacarse la opinión
de Francesc de Carreras según cita que hace Lluís
de Carreras Serra, en el sentido de que en la vastedad
de la libre emisión del pensamiento, la genérica libertad
de expresión, comprende dos derechos fundamentales:
el de la autonomía de la opinión, y el de la libertad
de información, la cual es de doble vertiente según
se analiza luego.
Y así es de preeminente importancia citar al Tribunal Constitucional
español que ha elaborado una terminología cada día
más precisa sobre las libertades de expresión y de
información, diferenciándolas en un cuerpo cada vez
más sólido y completo. Lejos estamos ya, al menos
doctrinariamente, de la decadente tesis de que la
libertad de información es asunto propio del Derecho
Penal. Nació otra rama jurídica –El Derecho a la Información–,
creciendo hoy con empuje y lozanía.
La sentencia 107–88 hizo esa distinción al comentar
la constitución española:
"Nuestra
Constitución consagra por separado la libertad de
expresión –art.20.1.a)– y la libertad de información
–art. 20.1.d)– acogiendo una concepción dual, que
se aparta de las tesis unificadora, defendida por
ciertos sectores doctrinales y acogida en los artículos
19.2 del Pacto Internacional de Derecho Civiles y
Políticos de Nueva York y 10.1 del Convenio para la
Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades
Fundamentales de Roma. Según esta configuración dual
–que normativiza a nivel constitucional la progresiva
autonomía que ha ido adquiriendo la libertad de información
respecto de la libertad de expresión en la que tiene
su origen y con cual sigue manteniendo íntima conexión
y conserva elementos comunes–, la libertad del artículo
20.1.a) tiene por objeto la expresión de pensamientos
y opiniones, concepto amplio dentro del cual deben
también incluirse las creencias y juicios de valor;
y el de la libertad del artículo 20.1.d) el comunicar
y recibir libremente información sobre hechos, o tal
vez más restringidamente, sobre hechos que puedan
considerarse noticiables."
Y para acentuar esos aspectos previo a referirme brevemente
a la Convención Europea
de Derechos Humanos de noviembre de 1950, y la
Convención Americana sobre Derechos Humanos citada, es necesario glosar dos importantes
fallos del referido Tribunal Constitucional español
que con precisión afinan los conceptos.
Invoco dos precedentes del Tribunal Supremo Español.
Las sentencias 12–82, Antena 3 TV, y 51–89, capitán de Caballería, establecieron
según la cita detallada que la libertad de expresión
que proclama el artículo 20 en su apartado primero,
es ante todo un derecho fundamental del que gozan
por igual todos los ciudadanos protegiéndolos frente
a cualquier injerencia de los poderes públicos que
no esté apoyada en la Ley, e incluso frente a la propia
Ley si ésta intentara fijar otros límites distintos
de los que la Constitución admite. De este modo, el
derecho a comunicar y recibir ideas y opiniones son
derechos de libertad
frente al poder,
considerados comunes a todos los ciudadanos.
Las libertades tuteladas en aquella norma no sólo son solo
derechos fundamentales de cada persona, sino que también
encarnan el reconocimiento y garantía de la opinión pública
libre, elemento indispensable del pluralismo político
en un Estado democrático,
que por lo mismo trasciende el significado común y
propio de los demás derechos fundamentales.
Para nuestra satisfacción, el artículo 13 del Pacto de San
José patrocina estos fueros esenciales en forma más
amplia que el artículo 10 de la convención europea,
según la exégesis que hace Eduardo García de Enterría.
Anchuroso
en cambio es el contenido de la libertad de información
y de opinión en la Convención Interamericana sobre
Derechos Humanos según lo predica el artículo 13,
y la vigorosa interpretación dada por la Corte Interamericana
de Derechos Humanos en su Opinión consultiva nº
05–85,
la cual magistralmente analizó todas las vertientes
del derecho de información delimitando sus eventuales
restricciones.
Sus sentencias emitidas en proceso contencioso tienen plena
y total validez jurídica por referirse a los Derechos
Humanos, y recalco por ser de una trascendencia fundamental
que sus opiniones consultivas igualmente son vinculantes,
todo ello según un fallo de la Sala Constitucional
costarricense del 9 de mayo de 1995 que estableció
en síntesis, respecto a una importante opinión consultiva
desdichadamente desdeñada por varios gobiernos:
"… el reconocimiento por la Sala Constitucional
de la norrmativa de la Convención Americana de Derechos
Humanos, en la forma en que la interpretó la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en su Opinión Consultiva
OC–05–85, resulta natural y absolutamente consecuente
con su amplia competencia."
Consecuentemente, es imprescindible profundizar
en los razonamientos de esa opinión consultiva que
resume magistralmente, todo el contenido y los alcances
del derecho de información, el tema fundamental de
este comentario, para dilucidar límites a la información
referidos a la veracidad y a la dignidad personal.
Los párrafos de la precitada opinión consultiva (¶ 66 y 67) sostienen –insisto que en un enfoque diametralmente
opuesto a la normativa europea–, que los principios
esgrimidos en Europa para obstaculizar la libertad
de información, en nuestra Corte Interamericana de
Derechos Humanos más bien son el alma en la tarea
de fortalecer los regímenes democráticos, plenos de
transparencia informativa.
Hago una cita extensa pues estos dos párrafos son la substancia
de un concepto aún más amplio:
la libre emisión del pensamiento condensado por
el ideal de la civilización occidental que se viene
construyendo a partir del genio griego.
"66.- Es posible entender el bien común,
dentro del contexto de la Convención, como un concepto
referente a las condiciones de la vida social que
permiten a los integrantes de la sociedad alcanzar
el mayor grado de desarrollo personal y en la mayor
vigencia de los valores democráticos. En tal sentido,
puede considerarse como un imperativo del bien común
la organización de la vida social en forma que se
fortalezca el funcionamiento de las instituciones
democráticas y se preserve y promueva la plena realización
de los derechos de la persona humana. "67.– No escapa a la Corte, sin embargo,
la dificultad de precisar de modo unívoco los conceptos
de ' orden público' y 'bien común', ni
que ambos conceptos pueden ser usados tanto
para afirmar los derechos de la persona frente al
poder público, como para justificar limitaciones a
esos derechos en nombre de los intereses colectivos.
A este respecto debe subrayarse que de ninguna manera
podrían invocarse el 'orden público' o el ''bien común'
como medios para suprimir un derecho garantizado por
la Convención o para desnaturalizarlo o privarloo
de contenido real (ver art. 29.a de la Convención).
Esos conceptos, en cuanto se invoquen como fundamento
de limitaciones a los derechos humanos, deben ser
objeto de una interpretación estrictamente ceñida
a las 'justas exigencias' de una ' sociedad democrática'
que tenga en cuenta el equilibrio entre los distintos
intereses en juego y la necesidad de preservar el
objeto y fin de la Convención."
Y en esa tesitura que desmoronó los argumentos de diversos
tratadistas y mucha jurisprudencia mundial que invocaba
conceptos indefinidos para restringir fueros humanos,
en el ¶
69 que literalmente inserto, la Corte Interamericana
razonó que el mismo concepto de orden público reclama
que, dentro de una sociedad democrática, se garanticen
las mayores posibilidades de circulación de noticias,
ideas y opiniones así como el más amplio acceso a
la información por parte de la sociedad en su conjunto.
La libertad de expresión se inserta en el orden público
primario y radical de la democracia, razón por la
cual no es concebible sin el debate libre y sin que
la disidencia tenga pleno derecho de manifestarse,
sea veraz o hiera algunas honras personales, limitándose
cualquier restricción únicamente a la vida íntima
de las personas privadas, nunca a los funcionarios
públicos.
*
* *
El derecho a comunicar información por cualquier medio de
difusión, por consiguiente, constituye la vertiente
de la libertad de información propiamente dicha o
libertad de información
activa.
Pero en su doble carácter, el fuero de recibir información
o derecho de recibir información pasiva, tiene ya plena acogida en la
doctrina y en la jurisprudencia mundial.
Ahondando sobre la exigencia de una información veraz, basta con invocar el precedente de la Suprema
Corte estadounidense que eximió de responsabilidad
penal al periodista que incluyó un dato errado o falso,
si ex ante
actuó
con la diligencia profesional debida y la convicción
de ser veraz su noticia, aunque luego se comprobara
el error o la falsedad.
De especial relevancia son las consideraciones que contienen
el famoso fallo New York
Times v. Sullivan –376 US 254 (1964)–. Ese bastión fue ampliamente reafirmado en
nuestra lengua española por el Tribunal Constitucional
español, a partir de la sentencia 67–88 (Crespo).
Para cerrar estas reflexiones nuevamente extracto el ¶ 77 de aquella insustituible opinión consultiva,
en el sentido de que el bien común reclama la máxima
posibilidad de información por ser ejercicio pleno
del derecho de expresión. Resulta en principio contradictorio
invocar una restricción a la libertad de expresión
como un medio para garantizarla, porque es desconocer
el carácter radical y primario de ese derecho inherente
a cada ser humano individualmente considerado, y atributo
igualmente de la sociedad en su conjunto.
Un sistema de control al derecho de expresión en nombre
de una supuesta garantía de la corrección y veracidad
de la información que la sociedad recibe, puede ser
fuente de grandes abusos y, en el fondo, viola el
derecho a la información que tiene esa misma población.
En la Declaración de Santiago adoptada en abril de 1998, los
Jefes de Estado y de Gobierno señalaron expresamente:
“Coincidimos en que una prensa libre desempeña un papel fundamental
[en materia de derechos humanos] y reafirmamos la
importancia de garantizar la libertad de expresión,
de información y de opinión. Celebramos la reciente
constitución de un Relator Especial para la Libertad
de Expresión, en el marco de la Organización de los
Estados Americanos.”
En
esta misma cumbre, los Jefes de Estado y de Gobierno
de las Américas expresaron su compromiso de apoyar
la Relatoría para la Libertad de Expresión. Sobre
el particular, en el Plan de Acción de la citada cumbre
se recomendó lo siguiente:
“Fortalecer el ejercicio y respeto de todos los derechos humanos
y la consolidación de la democracia, incluyendo el
derecho fundamental a la libertad de expresión, información
y de pensamiento, mediante el apoyo a las actividades
de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
en este campo, en particular a la recién creada Relatoría
Especial para la Libertad de Expresión.”
Se reitera aquí el informe de la Relatoría de abril
del año 2000 que hace mención al hecho frecuente de
que, tanto la Comisión como la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, han abordado el estudio del papel
fundamental que juega la libertad de expresión e información
para el desarrollo de la democracia. En la opinión
consultiva ya invocada, la Corte señaló específicamente
que la libertad de expresión e información, “es una piedra angular en
la existencia misma de una sociedad democrática. Es
indispensable para la formación de la opinión pública
(…) Es, en fin, condición para que la comunidad, a la hora de ejercer sus opciones,
esté suficientemente informada. Por ende, es posible
afirmar que una sociedad que no está bien informada
no es plenamente libre”.
Además la Corte ha declarado que, dado que la libertad
de expresión e información y pensamiento es la piedra
angular del sistema democrático y a su vez la base
del debate público, la Convención Americana le otorga
un “valor
sumamente elevado”
y reduce al mínimo toda restricción. Por lo mismo
es interés del “orden público democrático” que se respete escrupulosamente el
derecho de cada ser humano de expresarse libremente
tal como está concebido por la Convención Americana
sobre Derechos Humanos.
En
igual tesitura, la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos ha dicho:
“La aplicación
de leyes para proteger el honor de los funcionarios
públicos que actúan en carácter oficial les otorga
injustificadamente un derecho a la protección de la
que no disponen los demás integrantes de la sociedad.
Esta distinción invierte indirectamente el principio
fundamental de un sistema democrático que hace al
gobierno objeto de controles, entre ellos, el escrutinio
de la ciudadanía, para prevenir o controlar el abuso
de su poder coactivo. Si se considera que los funcionarios
públicos que actúan en carácter oficial son, a todos
los efectos, el gobierno, es precisamente el derecho
de los individuos y de la ciudadanía criticar y estructurar
las acciones y actitudes de esos funcionarios en lo
que atañe a la función pública.”
Y
agregó:
“Es más, la Comisión observa que contrariamente
a la estructura que establecen las leyes de desacato
en una sociedad democrática, las personalidades políticas
y públicas deben estar más expuestas –y no menos expuestas-
al escrutinio y la crítica del público. La necesidad
de que exista un debate abierto y amplio, crucial
para una sociedad democrática, debe abarcar necesariamente
a las personas que participan en la formulación y
la aplicación de la política pública. Dado que estas
personas están en el centro del debate público y se
exponen a sabiendas al escrutinio de la ciudadanía
deben demostrar mayor tolerancia a la crítica.”
La
primera derivación de este sistema dual de protección
es la necesidad de revisar las leyes de desacato y
las otras denominadas leyes de difamación, para adecuarlas
al artículo 13 de la Convención Americana. Al
respecto la Comisión señaló:
“… en conclusión, la Comisión
entiende que el uso de tales poderes para limitar
la libertad de expresión de ideas se presta al abuso,
como medida para acallar ideas y opiniones impopulares,
con lo cual se restringe un debate que es fundamental
para el funcionamiento eficaz de las instituciones
democráticas. Las leyes que penalizan la expresión
de ideas que no incitan a la violencia anárquica son
incompatibles con la libertad de expresión y pensamiento
consagrada en el artículo 13 y con el propósito fundamental
de la Convención Americana de proteger y garantizar
la forma pluralista y democrática de vida”.
Asimismo, la Comisión indicó al
glosar a la Corte Interamericana, que la referencia
constante a la democracia en los artículos 29 y 32
indica que las disposiciones de la Convención son
vitales para la preservación y el funcionamiento de
las instituciones democráticas y las “justas exigencias
de la democracia deben orientar su interpretación”. De manera que la interpretación
de las restricciones a la libertad de expresión e
información deben “juzgarse haciendo referencia
a las necesidades legítimas de las sociedades y las
instituciones democráticas”
dado que la libertad de expresión e información es
esencial para toda forma de gobierno democrático.
La Comisión según
cita de la Relatoría Especial sobre Libertad de Expresión
ya referida, dijo:
"(…) En la arena política
en particular, el umbral para la intervención del
Estado con respecto a la libertad de expresión e información
es necesariamente más alto debido a la función crítica
del diálogo político en una sociedad democrática.
La Convención requiere
que este umbral se incremente más aún cuando
el Estado impone el poder coactivo del sistema de
la justicia penal para restringir la libertad de expresión.
En efecto, si se consideran las consecuencias de las
sanciones penales y el efecto inevitablemente inhibidor
que tienen para la libertad de expresión, la penalización
de cualquier tipo de expresión sólo puede aplicarse
en circunstancias excepcionales en las que exista una amenaza evidente y directa
de violencia anárquica.”
Y en la cardinal EVALUACIÓN SOBRE EL ESTADO DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN EL HEMISFERIO de abril del año 2000, la Relatoría
expuso:
“La libertad de expresión
e información en el hemisferio ha mejorado notoriamente
en comparación a décadas pasadas cuando los regímenes
dictatoriales o autoritarios restringían fuertemente
la libertad de expresión e información. Sin embargo,
en muchos Estados, la libertad de expresión e información
aún se encuentra amenazada, ya que no se ha creado
un clima propicio para su efectiva protección y desarrollo.
Una gran variedad de factores han contribuido a esta
situación. Entre ellos … las leyes contrarias a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y otros instrumentos
internacionales; así como también, la utilización
del poder judicial como mecanismo de hostigamiento
e intimidación de periodistas y la censura previa
… Por ejemplo, en muchos Estados del hemisferio siguen existiendo
leyes que consagran la figura del desacato; se sigue
utilizando el tipo penal de injurias y calumnias para
perseguir judicialmente a periodistas … Sobre el particular, el Relator Especial
quiere resaltar que, de conformidad al artículo 2
de la Convención Americana, los Estados tienen la
obligación de adoptar las “disposiciones legislativas
o de otro carácter necesarias, si no existieren, para
garantizar y hacer efectivos los derechos y libertades
establecidos en la Convención Americana.” Sobre el
particular, la Corte ha dicho que “todo Estado tiene
el deber jurídico de adoptar las medidas necesarias
para cumplir con sus obligaciones conforme al tratado,
sean dichas medidas legislativas o de otra índole.”
Y el informe anual de la Relatoría sostiene el sistema
dual de protección de personas públicas y personas
privadas, lo siguiente:
“El derecho a la libertad
de expresión e información es uno de los principales
mecanismos que tiene la sociedad para ejercer un control
democrático sobre las personas que tienen a su cargo
asuntos de interés público.
Por consiguiente, cuando se restringe la libertad
de expresión e información se impide o limita el control
de la ciudadanía sobre los funcionarios públicos y
se transforma a la democracia en un sistema donde
el autoritarismo encuentra un terreno fértil para
imponerse sobre la voluntad de la sociedad.
La democracia representativa
exige que los funcionarios públicos, o todas aquellas
personas que están involucradas en asuntos de interés
público, sean responsables frente a los hombres y
mujeres que representan. Los individuos que conforman
una sociedad democrática delegan en los representantes
el manejo de los asuntos de interés para toda la sociedad.
Pero la titularidad sobre los mismos se mantiene
en la sociedad, la cual debe contar con un derecho
amplio para monitorear con las mínimas restricciones
posibles el manejo de los asuntos públicos por parte
de los representantes.
La necesidad de un control
completo y eficaz sobre el manejo de los asuntos públicos
como garantía para la existencia de una sociedad democrática
requiere que las personas que tengan a su cargo el
manejo de los mismos cuenten con una protección diferente
frente a las críticas que la que tendría cualquier
particular que no esté involucrado en asuntos de interés
público. La jurisprudencia europea, al igual que la
de Estados Unidos, comparte este principio de distinción
en el nivel de protección otorgada a la persona pública
y privada. En el caso Lingens, la Corte Europea expresó
que “los límites de la crítica aceptable deben ser
más amplios con respecto a un político como tal que
con relación a un individuo particular. Ya que el
primero expone su persona a un escrutinio abierto
de sus palabras y actos tanto por la prensa como por
el público en general y, en consecuencia, debe demostrar
un mayor grado de tolerancia”.
Y en cuanto a la doctrina
de la Real Malicia, acentuó lo siguiente:
“El sistema dual de protección
se traduce en la práctica en la imposición de sólo
sanciones civiles en aquellos casos en que exista
información falsa y producida con “real malicia“.
En el caso The New York Times c/ Sullivan la Corte
Suprema de Estados Unidos dijo: “Las garantías constitucionales
requieren una norma federal que prohiba a un funcionario
público ser indemnizado por razón de una manifestación
inexacta y difamatoria referente a su conducta, como
tal, a menos que pruebe que fue hecha con real malicia,
es decir, con conocimiento de que eran falsas o con
una gran despreocupación acerca de su verdad o falsedad
…
En el informe de la Comisión
sobre las leyes de desacato, si bien no se hace mención
expresa a la doctrina de la real malicia, es posible
concluir que ésta es aceptada por la Comisión, a partir
del momento en que se reconoce el principio de mayor
escrutinio de las figuras públicas y se afirma que
la exceptio veritatis no es una defensa suficiente
para garantizar adecuadamente la libertad de expresión
…”
Acorde con la recia y sana doctrina expuesta se recomendó
la despenalización de las leyes de desacato, difamación
e injurias:
“Una interpretación del artículo 13 y del Informe
sobre Desacato dentro del contexto democrático que
se menciona al comienzo, tiene como consecuencia la
necesidad de revisar principalmente las leyes que
tienen como objetivo proteger el honor de las personas
(comúnmente conocidas como calumnias e injurias).
En el informe sobre desacato se hace indirectamente
referencia a este tipo de legislación cuando se expresa
que: “El
tipo de debate político a que da lugar el derecho
a la libertad de expresión e información generará
indudablemente ciertos discursos críticos o incluso
ofensivos para quienes ocupan cargos públicos o están
íntimamente vinculados a la formulación de la política
pública. De ello se desprende que una ley que ataque
el discurso que se considera crítico de la administración
pública en la persona del individuo objeto de esa
expresión afecta a la esencia misma y al contenido
de la libertad de expresión.”
En
cuanto a la esfera penal, la Relatoría recomienda
que se deroguen las leyes sobre calumnias e injurias
cuando se presenten las circunstancias mencionadas
anteriormente. Nuevamente, la despenalización de estas
figuras es coherente con la interpretación del artículo
13 que hace la Comisión en el Informe sobre desacato.
Indudablemente, la penalización de las expresiones
dirigidas a los funcionarios públicos es una sanción
desproporcionada con relación a la importancia que
tiene la libertad de expresión e información dentro
de un sistema democrático.
Y concluye la Relatoría:
“La mención de la Comisión
al escrutinio mayor de funcionarios públicos o personas
públicas se explicó en la sección anterior. En cuanto
a la aceptación de la exceptio veritatis, es decir
la posibilidad de probar la verdad de lo manifestado,
la Comisión llegó a la conclusión de que ésta no es
suficiente: “Inclusive las leyes que permiten esgrimir la verdad como defensa inhibe
inevitablemente el libre flujo de ideas y opiniones
al transferir la carga de la prueba al que expresa
sus opiniones.”
Y en la DECLARACON de PRINCIPIOS
emitida por la Comisión Interamericana
en su período 108 de sesiones ordinarias, condensó el tema esencial de esta ponencia
–la veracidad y la dignidad–, estableciendo la diferencia
cardinal entre funcionario público, persona privada
actuando voluntariamente en asuntos nacionales, y
persona privada respecto a sus asuntos íntimos, sin
conexión con los intereses generales de una nación.
Expresó que los funcionarios públicos están sujetos
a un mayor escrutinio por parte de la sociedad, y
que las leyes de privacidad o el desacato, y, obviamente
las similares con el fin de ocultarle a la opinión
pública los asuntos públicos mediante la intimidación
penal, infringen el artículo 13 de la Convención Americana. Por lo mismo únicamente es lícita
la imposición de sanciones civiles en los casos en
que la persona ofendida –sea funcionario público o
persona pública o particular, involucrada voluntariamente
en asuntos de interés nacional–, prueba aboliéndose
así la deleznable excepción de prueba de la verdad,
que el comunicador además de la intención de infringir
daño, tuvo pleno conocimiento de que estuvo difundiendo
noticias falsas, o se condujo con manifiesta negligencia
en la búsqueda de la verdad o falsedad de las mismas.
Además, la opinión es libre pues no es ni cierta ni
falsa: simplemente una opinión.
* * *
Estas han sido las inquietudes de mi vida profesional. Nuevamente
invoco aquí el pensamiento más sublime sobre estos
temas gravado, en gruesas letras de bronce, alrededor
de la cúpula del monumento de mármol blanco erigido
a Thomas Jefferson a la par del caudaloso río Potomac
allá en Washington, que resume las aspiraciones y
compromisos de todos nosotros:
"He jurado sobre el altar de Dios, hostilidad
eterna a cualquier forma de tiranía sobre la mente
del hombre."
––––––––––––––
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DIMENSIÓN
SOCIAL DEL DERECHO A LA INFORMACIÓN Y OPINIÓN
PÚBLICA |
Por: Ana María Miralles Castellanos
Universidad Pontificia Bolivariana
Medellín – Colombia
anamira@logos.upb.edu.co
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Los problemas clásicos de la conquista de la
libertad de pensamiento y de expresión han sido superados
de manera casi universal. La defensa de esos derechos
por parte de los profesionales de la información frente
a los gobiernos no es el punto central del debate porque
con algunas intermitencias en algunas partes del mundo,
el momento histórico de universalización y expansión
de esos derechos es hoy incontestable.
Por eso en la actualidad lo fundamental es
la dimensión social , el para qué y el para quién
de esas libertades e incluso se
plantea su defensa
ya no frente a los gobiernos más o menos democráticos,
sino frente a los propios periodistas y medios de
comunicación que no pocas veces resultan conculcándolos.
El desplazamiento que ha habido en la idea
va:
- De
entender esos derechos en cabeza de los medios como
garantes de una idea de democracia que necesita
consolidarse como gobierno representativo de los
intereses colectivos de los ciudadanos, pero que
no contempla la participación.
- Entender
que la democracia lo que requiere es que la información
garantice construir ciudadanía y opinión pública.
Aquí está la nueva relación del derecho a la información
y la democracia: permitir que los ciudadanos puedan
ejercer formas de la democracia participativa porque
hoy es imposible que se gobierne de espaldas a la
opinión pública.
La opinión pública como aspecto central de
la democracia presupone tres condiciones según Giovanni
Sartori: libertad de pensamiento, libertad de expresión
y policentrismo, es decir, pluralidad de fuentes de
información, porque la opinión pública interactúa
con flujos de información, de allí deriva su interés, insumos para construirse
de forma autónoma, aunque el producto resultante sea
mucho que información.
Por eso es tan importante discutir la siguiente
hipótesis: la
información, tal como está siendo manejada en los
medios masivos de comunicación, no es suficiente para
generar opinión pública.
En primera instancia, dar noticia de los hechos
más importantes y por lo tanto poner los asuntos comunes
de conversación es ya una forma de crear el ambiente
propicio para que exista la opinión pública. Lo decía
el sociólogo francés Gabriel Tarde: ese es el verdadero
poder social de los medios.
Sin embargo, el tratamiento de la información
está lejos de lograr justamente que la gran conversación
tenga lugar. Sartori señala acertadamente los tres
grandes problemas de la información periodística:
·
Insuficiencia cuantitativa (o su contracara: exceso de información) : este tipo de problema afecta
a la formación de opinión pública porque en ambos
casos la información no es suficiente: es incompleta,
no abarca los temas necesarios, o confunde y abruma,
por otro lado. Es la pérdida de sentido de la información
para que sea verdad lo que se ha dicho siempre del
periodismo: que es motor del diálogo social, tal como
nos lo enseñaron teóricamente en clase.
·
Tendenciosidad: información parcializada. La defensa frente
a esta crítica se formula desde el principio liberal
del pluralismo. La diversidad de contenidos provenientes
de diferentes medios de comunicación funciona como
la posibilidad de contrarrestar las informaciones
que cada medio no contrasta.
·
Pobreza cualitativa: es señalado por Sartori como el más grave
de los tres.
Justamente desde este tercer punto
de vista, el de la pobreza cualitativa es que se desprenden
los que a nuestro juicio son los 10 principales problemas
que impiden la formación de una opinión pública democrática
desde el ejercicio del periodismo.
1.
Las noticias leen al poder: la naturaleza de las noticias hace
que se orienten hacia el poder: el ejercicio del periodismo
desde el modelo general de la noticia, cuyos protagonistas
están casi siempre en posiciones de poder, sirve sí
para una función pública muy importante, como la de
hacer visible lo que hacen los protagonistas. Visibilizar
al poder frente a los electores es una función clásica
de la información. Pero como eje predominante de la
actividad informativa, ha contribuido a crear espectadores
más que actores. La noticia es el principal producto
de consumo de los medios. En ella los ciudadanos rara
vez salen como protagonistas: la mayoría de las veces
lo hacen como víctimas del poder , de la naturaleza
o de otros ciudadanos. Acaban no sólo mostrando lo
que hace el poder, sino convirtiéndolo en espectáculo,
en algo para ser observado como una realidad que compete
a otros.
Solamente los líderes de opinión tienen
un espacio. Hay una relación simbiótica entre periodismo
y líderes de opinión: suministran el material informativo
atractivo para el consumo de las masas. De cierto
modo, esto produce lo que podría ser una de las perspectivas
de la “espiral del silencio”: hay una opinión
predominante por efectos de los medios y de los periodistas,
que pretende representar toda la realidad cuando solamente
representa una parte de ella. Se produce entonces
la “consonancia irreal”. Una de las tensiones básicas
que esto produce es la de una mayoría silenciosa frente
a la opinión predominante, no necesariamente mayoritaria.
2.
El modelo bipolar de la información. Daniel Yankelovich,
quien ha trabajado toda su vida con los sondeos de
opinión, después de muchos años de experiencia llegó
a la conclusión de que las posiciones extremas, las
dos caras de la noticias, el blanco y el negro son
más las posiciones de los poderes y de los periodistas,
mientras que las opiniones reales de la ciudadanía
están en una zona mayoritariamente intermedia de matices
de gris.
Los
modelos de confrontación bipolar se han creído incluso
la base del concepto de objetividad en periodismo: la forma de
presentar con objetividad los hechos es motrar una
versión y la contraria. No se trabaja con otros aspectos
y con otros actores. Incluso los debates se arman
sobre este modelo bipolar: el que defiende una idea
y el que la ataca. La ley de los opuestos. Se le pide
al periodista entonces que entreviste a la parte
y a la contraparte y entonces la objetividad
resulta de la bipolaridad y no de la proximidad a
la realidad y sus matices. Por estar en el juego de
los dos extremos, la ciudadanía no encuentra sus propias
interpretaciones reflejadas allí y tampoco se siente
partícipe de esa especie de juego de tenis en que
la bola pasa de lado a lado del campo y los espectadores
giran la cabeza permanentemente como único movimiento
posible.
3.
Crisis de la representación política: fomentada desde los medios, la confusión
de lo político e incluso de lo público con lo partidista
ha restringido el ámbito de acción en lo público a
los partidos políticos, esas casas que ya desde la
década de los 50 fueron la evidencia mayor de que la crisis de la representación política estaba
comenzando. Por mucho tiempo fueron dueños y señores
de lo público, con un segundo plano de los periodistas.
Pero la crisis de la representación dejó al descubierto
la debilidad de los partidos para representar ideológica
y políticamente a los ciudadanos. Cada vez más casas
de empleo y fortines burocráticos, la representación
de los partidos políticos en los gabinetes y en los
parlamentos tuvo su apogeo en la época de lucha contra
el poder absoluto de la corona, pero se fue debilitando
a medida que penetramos más en el sistema democrático
que ya no se define únicamente por las elecciones,
sino por la determinación y negociación real de las
prioridades del colectivo o de los colectivos.
En
el contexto de esta crisis de la representación política,
la aparición en escena de la comunicación política –concepto básico
para la autonomía de la opinión pública- se presenta
no como la sustitución de la política sino como la
posibilidad de existencia de la política en las sociedades
contemporáneas. Tres, dice D. Wolton, son los actores
que pueden expresarse legítimamente en público sobre
lo público: los políticos, los periodistas y los ciudadanos
a través de la opinión pública. Ni políticos ni periodistas
representan ya a la opinión pública: es un sector
autónomo de deliberación que
si bien no se agota en los sondeos, tuvo en
ellos el deslinde necesario del periodismo y de la
política. Este es uno de los principales retos que
tiene el periodismo: reconocer la autonomía de la
opinión pública.
4.
El concepto abstracto que el periodismo
tiene de la opinión pública y el temor frente a su materialización sociográfica. Los sondeos apenas si alcanzan a constituir
una excepción en la problemática relación medios de
comunicación- opinión pública. Cuando la opinión pública
no era autónoma del periodismo (en el siglo XVIII)
ni de los políticos, se generó la idea de que ambos
sectores representaban a la opinión pública. Sin embargo,
desde que por los años de la década de 1930 se
hicieron los primeros sondeos de opinión, se
empezó a avizorar que la opinión pública algún día
tomaría una forma autónoma. En principio contratados
por políticos y por periodistas, el auge de los sondeos
ha sido tal gracias a estos dos sectores. Saber las
tendencias del electorado fue una de las primerísimas
tareas de los sondeos. Interesados por los resultados
- como siguen siéndolo hoy en día- para poder moverse
desde la esfera política y periodística en relación
siempre con el poder (más que realmente con la ciudadanía).
Sin embargo, el tomar los sondeos como
punto de llegada y no de partida para mejores análisis
de lo que realmente piensa la ciudadanía, trabajar
con preguntas cerradas de tal manera que se obtienen
respuestas y no opiniones, creer que en la
suma de las opiniones individuales hay una construcción
colectiva es uno de los grandes reduccionismos en
torno a la idea de opinión pública. Tal como reconoce
D. Wolton, los sondeos son importantes para conocer
las tendencias de opinión ciudadana, pero no son equiparables
a la opinión pública. Para el periodismo resultó muy
cómoda desde el principio una postura aún no abandonada
de una noción abstracta de opinión pública que les
servía en sus discursos para enfrentarse o aplaudir
al poder, sin molestarse realmente en establecer qué
pensaba esa opinión pública.
Esa es la incomodidad que ha generado
el periodismo público en el periodismo tradicional:
el primero no supone lo que piensa la opinión pública,
diseña mecanismos para establecerlo y trabajar con
esas visiones. El periodismo tradicional aún trabaja
con una idea de opinión pública que coincida con sus
propias visiones, como una entidad que no tiene materialización.
5.
No entender el problema de los públicos
en opinión pública como una de las tareas
centrales del periodismo contemporáneo. El
periodismo como constructor de públicos más que de
audiencias es la propuesta del periodismo público.
Aún en medio de procesos unilaterales de información,
más allá de los sondeos, más allá del cliente o consumidor
(para pasar al ciudadano), se busca involucrar a los
ciudadanos del común en los asuntos de interés público.
Con información concebida para la participación ciudadana,
los periodistas provocan en los ciudadanos procesos
de deliberación que llevan a la construcción de la
agenda de prioridades de la ciudadanía que buscará
ejercer una influencia sobre el poder. La relación
aquí es clara: la información cambia desde sus objetivos,
sus protagonistas y sus formas narrativas. Todo está
previsto para abrir el debate, la construcción e interacción
de discursos.
El periodismo tradicional, al trabajar
con la noticia como el modelo central para la transmisión
de informaciones, presenta los hechos distantes de
las necesidades de los lectores, telespectadores o
radioescuchas, además de que desde el punto de vista narrativo la noticia es una
historia que ya pasó (en la prensa) o está sucediendo
(radio y televisión), pero los ciudadanos solamente
pueden interactuar a partir de formas de pseudo participación:
vox pop, llamadas telefónicas al aire o sondeos para
responder con un “si”
un “no” o un “no sabe no responde”.
La clave para la construcción de
públicos pasa por un cambio en el ritmo de
la información: se aplica la lupa a un tema de actualidad
y de interés público, se proporciona información y
se abre el debate. Se transforman las estrategias
discursivas al invitar a la ciudadanía a participar
a partir de preguntas abiertas y de conversaciones
ciudadanas cara a cara. Hay un cambio de protagonistas
porque los espacios para las perspectivas ciudadanas
se amplían y las intervenciones del poder y de los
expertos vuelven a su tamaño natural.
En términos de opinión pública, los
públicos son aquellos que proviniendo de la masa de
ciudadanos consumidoras de mensajes de los medios
de comunicación, se interesan por los temas y debates
polémicos de la actualidad . Es un grupo drásticamente
más reducido que el de las audiencias. Es libre de
participar o no y cuando lo hace es voluntario, a
partir de su interés por los asuntos públicos generado
por las nuevas estrategias que se mezclan con el esquema
más clásico de los hechos detonantes y los líderes
de opinión. El interés por participar responde a las
expectativas propias de los ciudadanos sobre lo público
y no a la movilización propia de las Ongs. Por eso
los públicos son grupos transitorios e imprecisos
que entran y salen de lo público y participan en un
proceso que tiene según V. Price
tiene los siguientes elementos: determinación del
asunto, discusión, resolución y disolución. Una vez
logrado el consenso se disuelven.
6.
La información es condición necesaria
pero no suficiente para generar opinión pública. De todos los hechos que suceden y de las noticias que se publican,
solamente unas pocas pasan a convertirse en temas
de opinión pública. Es decir, el debate público se
logra abrir sobre un número muy reducido de temas.
Que la información es condición necesaria para la
generación de opinión pública es indiscutible. Sin
la información no habría en las sociedades de masas
la posibilidad de tener los temas comunes de conversación
que señalaba Tarde. Sin embargo, con la sola información
no se abre el debate. Los requisitos que debería cumplir
esa información consisten en que contribuya a abrir
debates, construir públicos y, en suma, a formar una
ciudadanía activa para la deliberación. Aquí algunas
ideas desde el periodismo público:
·
No
escribir sin antes preguntarse en la nota periodística
¿dónde está lo público y de qué modo está?
·
Escribir
pensando: ¿esto le da insumos al ciudadano que quiera
tener un rol más activo en la vida pública? (sin abandonar
su papel de ciudadano del común).
·
¿Por
qué esto debería interesarle al ciudadano lector,
televidente, radioescucha? Responder esto con información
periodística y a veces con apelaciones directas.
·
¿Cómo
afecta esto al ciudadano?
·
Contextualizar
y ofrecer información de calidad.
Características de la información de
calidad:
1.Sentido de lo público: enmarcar en términos públicos, construir
agenda ciudadana y visibilizar lo que hace el poder.
2.Destrezas:
Reportería (temas, no fuentes; más actores; más investigación
y menos testimonios; observación etnográfica).Redacción
(enfoque y claridad). Contextualización (relaciones
entre hechos y con el contexto)
3.Etica :
profesional y pública.
Si bien los públicos no están todo el tiempo conectados a lo público,
a los periodistas sí se les debe exigir que proporcionen
siempre la información que el ciudadano
necesita para poder participar cuando decida involucrarse
en los debates. El ciudadano puede ser intermitente:
el periodista no.
7.
Las condiciones adversas para la información:
presiones de diverso tipo se ciernen hoy en día sobre
la información. Esto es especialmente visible en el
medio más popular, la televisión, aunque ocurre igualmente
en los otros dos: los gobiernos a partir de la asignación
de espacios y frecuencias, los gremios económicos
a partir de la pauta publicitaria, los dueños de los
medios, los políticos y los violentos ejercen poderosas
influencias sobre los contenidos de los medios de
comunicación. La libertad de pensamiento y de expresión
y por ende el derecho ciudadano a la información (que
por ejemplo en el caso de Colombia está constitucionalmente
amparado como un derecho fundamental tutelable incluso)
hoy no está amenazada solamente por el gobierno sino
por muy variados sectores. Esto hace más complejo
el panorama del derecho a la información. Estos sectores
se sienten de un modo u otro autorizados para intervenir
en el manejo de la información.
Abrir debates sobre el tema de la paz
en Colombia, por ejemplo, puede significar un complejo
juego de equilibrios porque el rol tradicional de
los medios de comunicación no ha sido ser escenarios
para el debate de lo público: los espacios son espacios
de poder. Darles la palabra a unos y a otros no, ha
sido la constante histórica. Las actuales negociaciones
han tenido al menos dos efectos en el panorama general
de la información: ha sido posible empezar a conocer
más lo que piensan sobre cómo lograr la paz algunos
de los sectores involucrados: antes era impensable
que Tirofijo apareciera dando declaraciones en la
televisión: hoy son asunto de regular ocurrencia.
Lo mismo ha pasado, aunque de forma bastante polémica,
con el líder de las autodefensas. Lo que sí está claro
es que el país ya sabe que es importante reclamar
la visibilidad de las negociaciones.
El segundo efecto tiene que ver con
la disputa de los espacios relacionados con los sucesos
del conflicto: como la negociación se ha dado sin
cese al fuego, es muy posible que estemos asistiendo
al traslado a los medios de aspectos de la confrontación
que más allá de representar discursos se convierten
en trampolines para amenazas, justificaciones, distorsiones
de la información. Los violentos entonces presionan,
al igual que el Estado (para la no transmisión de
la entrevista de RCN con Carlos Castaño antes de Semana
Santa, por ejemplo) así como los otros sectores señalados
para incluir o excluir temas de la agenda periodística.
Esto se constituye en obstáculo para tener ciudadanos
adecuadamente informados. Porque lo que es indudable
aquí es que el mito de la ciudadanía apática ha sido
derrotado: hoy la paz en Colombia es un tema prioritario
de opinión pública, así como el sistema de financiación
de vivienda y otros tantos. Sin embargo, la vieja
alianza de medios y poder no ofrece las mejores condiciones
para que haya un debate libre y abierto de posiciones.
Las intimidaciones funcionan cuando
hay fugas frente a la ortodoxia dominante o cuando
nuevos discursos emergen. En este sentido hay que
considerar la reflexión de Sartori: no basta con que
las libertades sean tuteladas jurídicamente, también
es necesario que no haya temor.
8. El
concepto medieval de la verdad en el periodismo: la verdad en el medioevo era algo ya hecho,
de carácter divino y que se informaba al pueblo. Era
el concepto de verdad revelada, el poder de la autoridad,
unívoca, indiscutible e inmodificable. La idea de
verdad en el periodismo tiene algo de eso: la verdad
existe en alguna parte y el periodista tiene que encontrarla.
Una cosa es narrar los hechos ajustados a la realidad
de lo acontecido y otra es pensar que la verdad ya
está hecha y que hay que buscarla siempre en la autoridad
(periodismo oficialista). Una es la referencialidad
de los hechos con la realidad y otra es la opinión
pública que requiere, para que haya realmente democracia
deliberativa, la discusión y el debate.
Es
necesario entender la verdad como construcción social,
que surge del debate de múltiples posiciones y formas
de analizar la experiencia y de derrotar la verdad
basada en las costumbres tiránicas. Los métodos de la reportería tienen que cambiar,
eso es indudable: hay que trascender el esquema de
las fuentes para trabajar temas con enfoques complejos,
múltiples caras y diversos protagonistas. Las rutinas
de investigación periodística se mueven entre los
edificios oficiales, testimonios circunstanciales
de los ciudadanos, y los actores de las noticias.
Pero la verdad sobre el acontecer no se limita a informar
sobre unos hechos aislados sino a permitir que la
ciudadanía se forme juicios críticos.
A eso se refiere Sartori
cuando habla de que la información hay que convertirla
en dominio cognoscitivo.
9.
Transformación de la información en
dominio cognoscitivo.
No se trata de la función de educar que de forma no
aceptada generalmente ha pretendido imputársele a
los medios de comunicación. Se trata de ofrecer los
elementos que puedan hacer competitivos a los ciudadanos
para opinar sobre los temas de interés público. No
es un problema de instrucción, como lo señala Sartori,
ya que las personas que han tenido diversos niveles
de educación no necesariamente están capacitadas para
opinar sobre los asuntos de interés público. Podrán
tener competencias en sus respectivos campos, pero
sus niveles de instrucción no permiten pensar en una
adecuada vinculación como ciudadanos a la vida pública.
Muchas veces la educación los prepara para recluirse
en el ámbito privado, para tener éxito en el mercado
laboral.
Para la competencia ciudadana justamente
lo que sirve es convertir la información en dominio
cognoscitivo logrando ciudadanos interesados,
informados y competentes. Esto requiere partir
de las necesidades informativas de los ciudadanos
para dar las explicaciones necesarias en relación
con la actualidad y el contexto, analizando los posibles
efectos de nuevas políticas (no a partir de quienes
las proponen).Nada tiene qué ver con los programas
de prensa- escuela. Es casi el proceso inverso: no
se aprenden los temas educativos teniendo como texto
a los periódicos, sino que se aprende sobre la realidad
misma: texto y contexto. La competencia del ciudadano
en relación con la vida pública debe llegar al menos
al nivel de dar un debate serio sobre los temas prioritarios
de la agenda pública.
Tener ciudadanos más interesados e informados es más una función
de los medios de que la educación. “Ciertamente, el
dominio cognoscitivo presupone información, es decir,
un conjunto de noticias y datos. Pero ello no es cierto
a la inversa: la información no da, por sí misma,
episteme, o sea, aquel saber que es la comprensión
de las consecuencias de la decisión que vamos a tomar” y este saber lo
da la deliberación, tal como lo ha reiterado Yankelovich
a lo largo de su trabajo con los ciudadanos. John
Dewey, propuso en su momento un sistema informativo
basado en una ciencia social con perspectiva ciudadana
con difusiones ingeniosas en la prensa popular, como
una forma de lograr elevas las posibilidades ciudadanas
de participar con acierto en lo público. Para él lo
fundamental no era la información: “La necesidad esencial,
en otras palabras, es la mejora de los métodos y condiciones
de debate, discusión y persuasión”
10.
La agenda setting: el poder de los medios de comunicación
es realmente el que se ha llamado el primer nivel
de la agenda setting: decirnos sobre qué pensar, mas
no cómo pensar sobre esos temas. Múltiples investigaciones
lo han demostrado de forma sucesiva. Es innegable
este nivel de influencia. Los criterios de selección
de la información se convierten entonces en lo principal,
más allá de reconocer el primer nivel de la agenda
setting. ¿Cómo, con qué criterios seleccionan cotidianamente
los medios los asuntos que de todo el acontecer van
a ser considerados noticia?
Los
criterios periodísticos para la selección de la información
se dirigen más a lo publicable que a lo público y esa es,
a mi juicio, una de las grandes confusiones del periodismo.
El interés informativo no coincide necesariamente
con el interés público definido políticamente.
La noticia responde a los criterios de notoriedad,
a lo inédito, a lo impactante, a lo espectacular,
fuera de lo común, la prominencia, la emoción. Por
el contrario, los criterios sobre lo público no son
tan claros y desde luego no son operativos. Los debates
en los consejos de redacción se dirigen a determinar
los temas a partir de los criterios tradicionales
y a una que otra discusión sobre la trascendencia
de algunos temas. Como lo señalara Victoria Camps, en relación con
el llamado interés general, “es la actividad política,
el reconocimiento de los problemas sociales, lo que
va determinando el interés común”. Por lo tanto, aceptar
el primer nivel de la agenda setting es reconocer
el formidable poder de los medios sobre la opinión
pública. justamente en lo que la opinión pública debe
tener más rol: la prioridad de los temas para la agenda
pública. Ante la fuerza de la agenda setting, el ciudadano
se concentra en la tarea del orden de prioridades,
fuente legítima de todo proceso de deliberación en
términos de opinión pública.
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TELECOMUNICACIONES:
INGRESOS E INFORMACIÓN |
Por:
Enrique Buttini |
El territorio de
los medios de comunicación es muy complejo y de modificación
sustancial en los últimos cinco años por efecto tanto
tecnológico como económico en igual proporción.
La abundancia de
la información esta mostrando un mosaico de estamentos
que se vinculan en forma aleatoria e imprevisible,
sin la cohesión necesaria para fundar un concepto
perenne y contundente que pueda quedar instalado en
la opinión publica
Así la permanencia
de una información se relativiza y es habitualmente
desplazada por otra noticia que muchas veces no tiene
similar valor sino que gana espacio por su inmediatez
y vigencia.
Grandes temas quedan
olvidados en poco tiempo y solo recobran trascendencia
cuando se cumplen los aniversarios.
La despiadada competencia
por la actualidad privilegia lo urgente antes que
lo importante y muchas veces corresponde a campañas
perfectamente diseñadas para modificar el estado de animo de la comunidad.
En este cuadro de
situación es indispensable hacer una autocrítica de
la función del periodista que debe reconocer que mantiene
muchos mitos de un pasado intelectual y bohemio que
ha dejado paso al pragmatismo y la supervivencia en
la profesión en un juego de reglas y pactos muy claros
pero poco aceptables.
El primer mito que
conviene enfrentar es el de la independencia y la
credibilidad.
Lo real es que toda
labor periodística si bien es un servicio es una actividad
rentable y comercial que muchas veces supera los objetivos
básicos de informar para solo ser vehículos de una
estructura poderosa.
La creación de los
multimedios modifica las bases de sustento del trabajo
periodístico: el profesional debe entonces
conocer los códigos de todos los medios audiovisuales
y se transforma el mismo en un multimedio con funciones múltiples
donde debe perder la especialidad y /o la exclusividad
de un medio para poder responder a las exigencias
de la estructura.
Existen periodistas
que desarrollan una actividad destacada en los diarios
o revistas que cuando ingresan a la radio o la TV
deben aprender los códigos de comunicación de cada
uno y muchas veces se desdibujan en su capacidad por
no saber llegar a la audiencia
En este escenario
los dueños de los medios son realidad empresas -muchas
transnacionales- que buscan un intereses puramente
económico.
Hace años los medios
se creaban por ideología, intelectualidad o política
hoy es solo por negocios donde el único objetivo es
el resultado financiero o la complementacion dentro
del mismo multimedio para que el universo de las telecomunicaciones
sea un solo negocio.
Los contenidos se
modifican: los diarios se hacen audiovisuales, la
radio se hace comunicación telefonica, la TV se hace
radio, la red Internet unifica todos los medios en
una Web y reemplazan los artefactos convencionales
Ls formatos comunicaciones
también sufren el impacto y se modifican buscando
la segmentación como única medida de supervivencia.
En función de la
división de frecuencias AM y FM se evidencia una separación
cada vez mas especifica para buscar un publico definido
por intereses comunes donde se puede lograr una interacción
más directa y poder alcanzar mejor impacto comercial
La radio debe reconocer
que ya no
es excluyente en la actividad de escuchar sino que
se transforma en una compañía mas mientras se hace
otra labor. En décadas anteriores se decía "voy
a escuchar la radio", hoy se dice "lo escuche
en la radio".
Y suele suceder que
lo hizo mientras manejaba, caminaba con un radiocasete
portátil, trabaja o incluso navegaba por Internet.
Hoy hay menos opinión,
menos ideología, menos razón pero más información
con el agregado del entretenimiento como nexo y valor
agregado.
Como contrapartida
crece el fenómeno del periodismo mordaz o critico
que con ironía y humor reemplaza el formato clásico.
Otro mito que debe
aclararse es el propósito de la tarea periodística
y de las empresas. En la actualidad el primer propósito
de los medios es el consumo no la credibilidad que
puede seguir siendo un precepto de los periodistas
pero que también se lesiona por efectos económicos.
Nace así el grave
problema de la corrupción de la publicidad o promoción
encubierta que en el argot de la prensa argentina
se denomina chivos
Ni en los medios
ni en las organizaciones
existen los códigos de ética dejando librado
al libre albedrío la disposición de actuar según las
circunstancias.
Esto es a cambio
de algún favor tanto monetario como en especie el
periodista realiza una nota que debe parecer una información
Tanto los medios
como los periodistas los realizan. los medios como
bonificación a las pautas, los hombres de prensa
como sustento anexo que puede muchas veces
superar los ingresos habituales
En algún caso la
permisividad de las empresas a los chivos constituye
una moneda de cambio para no brindar incrementos salariales.
Este artilugio se
institucionaliza y se vuelve cultura que afecta la
credibilidad y la imagen de los particulares y del
conjunto
Lo más insólito que
muchas empresas cuentan con periodistas amigos que
agasajan permanentemente con distintas retribuciones
para no solo tenerlos como canal de salida de información
de la empresa sino para ser informantes y muchas veces
para tenerlos de contención silenciosa.
Se llega a pagar
mas por no hablar que por hablar bien.
En la actualidad
puede decirse que son muy pocos los hombres de prensa
que puedan disponer de todos los recursos necesarios
para poder "pagar su pasado" y blanquear
su presente para crear un futuro.
Conociendo entonces
este sistema debe ahora declararse que la libertad
de prensa no existe como bien supremo sino como objetivo
que difícilmente pueda sobrevivir en una profesión
de alto poder económico y de extrema dirección hacia
el consumo como medio
de subsistencia.
La concentración
de audiencia es clave: el medio mas consumido es la
televisión que es el menos creíble
La actitud critica
es la que más resulta
creíble por el desgaste de las instituciones
Se consume un medio
desconfiando o desde la oposición de ideas y es un
ejemplo que programas de mucha repercusión son los
mas odiados
No existe el periodismo
independiente por que no hay independencia económica.
El periodismo es
una actividad rentable y una empresa que realiza pactos
con el poder que necesita mas de los medios que los
medios del poder y la convivencia es salvaje
La política depende
mas de los medios que los medios de ella.las estrategia
de comunicación de la política no pueden prescindir
de los medios
Se incumplen los
pactos de off de récords y las fuentes de información
son cada vez más inconsistentes
El periodismo sé
desvirtúa con referentes comunicacionales que tienen
amplia adhesión como actores o conductores
que reciben a políticos o ironizan sobre la
actualidad desde su posición de espectadores calificados
pero desconsiderando el análisis cultural el sentido
de la preparacion.se pregunta desde el reflejo y no
desde la razón
El pragmatismo y
el nihilismo se insertan en la concepción del periodista
que deja la función de ordenar para solo proveer y
reponer información sin detenerse a evaluar el impacto
de lo efectuado.
Nacen los periodistas
neutros que prolijamente informan pero no provocan
la reflexión o en el pensamiento desde la coincidencia
o el discenso.
Es un periodista
sin posición firme en temas específicos, componedor,
conservador y reconciliador.
Los medios ocupan
un lugar que dejo vacío la institución oficial, en
la actualidad son fiscales o jueces o abogados de los problemas
ciudadanos, por lo cual la tibieza es obvia dada la
falta de especialidad donde el periodista es un improvisado
en áreas de alta preparación.
La globalizacion
es solo una estrategia de consumo o de intereses económicos
que poco aporta a la cultura que sigue manteniendo
la universalidad como valor contradictorio.
Si mal no recuerdo
alguna vez se dijo que"si pintas tu aldea pintaras
el mundo" pero son
pocos lo que tienen hoy la visión de colores
básicos de un pequeño lugar que tiene miles de lugares
iguales en el mundo.
También es real que
la verdadera cultura debe ser popular y puede encontrar
en las similitudes la magnitud de lo universal pero
no puede descartar por imperio de lo masivo las tradiciones
y las raíces de toda la historia de un pueblo.
En este marco los periodistas deben entender
que no se puede seguir con valores y estrategias del
pasado.
En los inicios del
nuevo siglo se debe fundamentalmente "refundar
o recrear" la profesión y aclarar los limites
dentro de una estructura dinámica de consecuencias
algunas previsibles y otras de alta posibilidad.
Cuando se considere
la refundacion del trabajo periodístico será necesario
dar prioridad a la actitud corporativa y ordenada
a través de la colegiacion profesional que prolijamente
pueda proteger, custodiar, reglamentar, capacitar
y si es necesario sancionar a quienes desprestigian
la actividad.
Dentro de una colegiacion
se puede instrumentar un mecanismo de actualización
tecnológica, ética
y cultural para poder adaptarse a un mundo
que desde el personalismo y la individualidad no podría
hacerlo.
En pleno mundo virtual
donde la realidad es contundente por la división cada
vez mas pronunciada de las clases sociales y donde
los valores primarios de la humanidad se modifican
por hedonismo, materialismo y posiciones dominantes,
el periodista asiste como un ciudadano mas al desequilibrio
de las formas olvidándose del fondo de su misión.
Recomponer la idea
de adaptar el orador al publico, representar y comprometerse,
destruir los mitos de otras épocas y tal vez crear
nuevos mitos, agruparse, solidarizarse y educarse
son las claves para resistir y crecer.
Enrique Buttini
Buenos Aires-Argentina
mayo 2001
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El
IMPACTO DE LAS TELECOMUNICACIONES EN LA RADIO |
Por:
Carlos Manfroni |
Quiero
agradecer al CELAP y a sus autoridades por la oportunidad
de participar de un encuentro organizado por una institución
tan prestigiosa y compartir estos momentos con colegas
tan distinguidos.
Cuando hablamos de “dilemas éticos”, no sólo del periodismo,
sino de dilemas éticos en general, la primera tentación
que tenemos es la de referirnos a la ética de los
otros. La calificación de los demás es un deporte
que nos apasiona, y esto no ocurre únicamente en el
campo de la ética.
Afortunadamente está muriendo la era de las ideologías,
que llegó a su pico en el siglo XX y durante la cual
todo el mundo era calificado de algo en relación con
una posición política: éste es de izquierda, éste
es de derecha, éste es un progresista, éste es un
conservador... Y precisamente tales calificaciones,
además de provocar los más sangrientos episodios de
la Historia, pospusieron el gran debate ético que
el mundo se debía a sí mismo, ya que no importaba
tanto cómo una persona actuara, sino de qué modo pensaba
políticamente, cómo podía encasillársela. El bien
y el mal no se juzgaron en orden a la moral sino a
la correspondencia del pensamiento con ideologías
de Estado.
Hoy que el Estado tradicional ha llegado a la quiebra
debido a la exacerbación
de su propio poder y a la corrupción, el debate ético
renace, ya que los pueblos, comunicados más que nunca
en la aldea global, buscan el reencuentro con pautas
comunes de convivencia.
En esa comunicación que los pueblos mantienen recíprocamente,
el periodismo tiene una importancia medular y es por
eso que resulta tan importante reflexionar sobre la
ética de los periodistas pero, al
mismo tiempo, poner al periodismo al resguardo
de los que están siempre inclinados a regular desde
afuera la ética de la información.
¿Es que el periodismo
no vela por la ética de los otros? ¿No denuncia precisamente
el periodismo la falta de ética de los gobiernos o
de los candidatos políticos?— podría alguien preguntar.
El
periodismo informa sobre la ética o la falta de ella
respecto de determinadas acciones, pero no regula
esas acciones, no es el encargado de prohibirlas o
de sancionarlas— podríamos, ante todo, responder.
En cambio, cuando se
habla de regular desde afuera la ética del periodismo,
siempre se está pensando en alguna norma o institución
que ponga límites a la libertad de prensa. En tal
sentido, no por repetida deja de ser cierta la frase
que dice que la mejor ley de prensa es la que no existe.
Aun a riesgo de soportar graves faltas de ética por parte
de algunos periodistas, la inexistencia de una ley
de prensa conformará siempre la situación más deseable
en orden al bien común. Si aceptamos que el Estado
puede contar con alguna injerencia sobre la libertad
de informar, aunque sea para casos extremos, no podremos
después impedir otros avances, y otros, y otros, hasta
que la libertad sea solamente una declaración muerta,
una caricatura de sí misma.
Los gobiernos tienen un “conflicto de intereses” para
controlar la ética del periodismo, precisamente porque
el periodismo tiene la misión de informar sobre la
ética de los gobiernos.
La situación no es mejor cuando el pretendido control
ético se hace desde tribunales corporativos, con el
argumento falaz de un control de los periodistas por
los propios periodistas.
En primer lugar, un periodista no tiene por qué controlar
a otro periodista, salvo el orden jerárquico interno
de los medios, y aun este control jerárquico está
sujeto a ciertos límites, que es la ética del editor.
Además, cuando existe afiliación forzosa a una entidad
corporativa, suele ocurrir que no son los mejores
profesionales, ni los más prudentes, ni los más atareados,
quienes dirigen esa institución, sino aquellos que
pueden dedicar mucho tiempo y dinero a su propia campaña.
De ahí a la manipulación del colegio periodístico
por los gobiernos, por los partidos políticos o por
el narcotráfico mediante aportes económicos, hay solamente
un paso. Y aun sin llegar a esta situación, debe preverse
que un colegio profesional reúne intereses demasiado
cercanos entre sí, sin la distancia suficiente de
la competencia y
de la rivalidad entre colegas como para suponer que
puede haber imparcialidad.
En la Argentina sufrimos el triste ejemplo del Colegio
Público de Abogados de la Capital Federal, que es
una institución que aglutina obligatoriamente a decenas
de miles de matriculados y que ha abierto causas disciplinarias
a muchos profesionales, incluido quien les habla,
por sus opiniones vertidas en los diarios o en otros
medios de comunicación. En mi caso, por haber criticado
ciertos aspectos del sistema judicial argentino, que
facilita la impunidad así como infinidad de estrategias
de los abogados para dilatar indefinidamente los procedimientos,
el Colegio de Abogados consideró que se trataba de
una opinión que lesionaba la dignidad de la profesión
y me inició una causa disciplinaria en la que debieron
retroceder después de una reacción contundente de
la prensa libre de mi país. Sin embargo, otros abogados
no tuvieron la misma suerte, les aplicaron fuertes
multas o suspensiones en la matrícula y a mí mismo
me advirtieron sobre nuevas causas que iban a iniciarme.
Si el periodismo cede a la trampa de un colegio profesional,
se termina su libertad.
Ahora bien, no creo que ninguno de nosotros suponga que
la ausencia absoluta de censura de la que debe gozar
el periodismo signifique la inexistencia de límites
éticos o, mejor dicho, de deberes éticos, que es decir
más, porque los límites se entienden más bien como
barreras a la acción y muchas veces la ética nos obliga
precisamente a la acción.
Permítanme que diga algunas cosas sobre esta materia
desde un punto de vista sinceramente modesto, casi
en inferioridad de condiciones, porque no soy un periodista
con todas las letras sino simplemente alguien que
escribe con alguna regularidad en los periódicos pero
que ama profundamente al periodismo.
El primer deber ético del periodismo es la verdad, y
esto es decir algo muy obvio; pero cuando de la actividad
periodística se trata, el servicio a la verdad no
resulta una tarea tan sencilla. Los periodistas no
cuentan con todo el tiempo ni con todo el espacio
que quisieran para describir acabadamente la verdad.
Siempre se ven obligados a hacer síntesis, a cercenar
un relato, a destacar algunas cosas en desmedro de
otras o a dar prioridad a algunas noticias y postergar
informaciones que pocos minutos atrás parecían prioritarias.
Este procedimiento lo llevan a cabo personas que,
como tales, tienen sus propios sentimientos, sus propias
ideas y sus propias simpatías. Todos sabemos que la
más clara de las verdades, según cómo sea presentada,
puede culminar en la mayor de las injusticias. Por
eso es que un periodista nunca debe poner la ética
entre paréntesis cuando informa ni aun cuando opina.
Decir la verdad significa —lo mismo que en las películas—
decir toda la verdad y nada más que la verdad.
Decir toda la verdad implica —a su vez— revelar honestamente
la totalidad de los datos imprescindibles para que
el lector común pueda formarse un juicio justo, un
criterio equilibrado del asunto que se está editando.
No se trata de ofrecer hasta los detalles más superfluos
pero sí las circunstancias que pueden inclinar la
balanza hacia un lado distinto al que nosotros quisiéramos
o hacia una conclusión distinta a la que el propio
público desearía.
Hay un ejemplo típico que se describe en algunos manuales
de ética periodística sobre un político británico
que llegó a New York. Apenas arribó, un reportero
corrió para interrogarle: “¿Visitará clubes nocturnos
en New York?” El político preguntó a su vez irónicamente:
“¿Hay clubes nocturnos en New York?” Al día siguiente,
la edición del reportaje comenzaba de esta forma:
“’¿Hay clubes nocturnos en New York?’ Esa fue la primera
pregunta que hizo el político entrevistado al llegar
a nuestro país...”
El relato era exacto, pero el contexto constituía una
gran mentira porque ocultaba la pregunta del periodista.
Hay también maneras de cercenar la verdad que pueden
estar cercanas al delito y esto ya no se vincula con
regulaciones a la libertad de expresión sino con violaciones
al derecho común. A veces leemos en algún periódico,
en el contexto de un relato, algo que parece insinuar
una acusación a alguien, a veces es una señal casi
imperceptible, o una foto sin demasiado sentido aparente.
Transcurre el tiempo y nunca más se publica nada.
La mayor parte de los lectores se olvidan del asunto;
pero otros se preguntan qué ha ocurrido. ¿Se trató
de una extorsión o de un simple apresuramiento del
periodista? ¿Si se trató de una extorsión, se dejó
de publicar porque la extorsión tuvo éxito o porque
era tan infundada que fracasó por completo?
La ética nos obliga a ser honestos y también a parecerlo.
Un medio que insinúa, pierde prestigio y credibilidad;
o publica o no publica: ésa es la ética de un buen
periodista.
Por cierto, los ejemplos citados revelan un cercenamiento
evidentemente malicioso de las noticias, aunque quizá
se registren con mayor frecuencia de la que quisiéramos
suponer.
Existen otras distorsiones de la verdad que no son provocadas
con tal grado de perversión pero sí a causa de una
falta de equidad en el juicio del periodista. La falta
de equidad, a su vez, puede derivar tanto de la investigación
en sí misma como de su interpretación o de ambas cosas
a la vez. Muchas veces, ni siquiera son faltas de
equidad malintencionadas sino que derivan de un consenso
colectivo sobre determinados hechos o personas.
Durante un encuentro sobre ética en Buenos Aires, un
invitado que tenía por entonces importantes responsabilidades
en la campaña de uno de los candidatos a la presidencia
se quejaba del trato desigual que, a su juicio, los
periodistas daban a su líder y de la imagen que a
consecuencia de eso —según él— se había formado la
gente. Decía el disertante que si su candidato ingresaba
en un banco con dinero para depositar, la gente pensaba
que iba a asaltar el banco, y que si el otro candidato
ingresaba al banco con una pistola en la mano, probablemente
la gente creyera que estaba buscando una caja de seguridad
para depositar el arma.
Al margen de las exageraciones
y de mi propia opinión sobre ambos candidatos, la
cual me reservaré pues estamos hablando sólo de ética
periodística, lo cierto es que hay personas que por
alguna razón resultan más creíbles que otras. Posiblemente
las razones para semejante distinción sean generalmente
válidas, pero también debemos aceptar que cuando una
persona es creíble, tendemos a creerle todo y cuando
una persona no es creíble, tendemos a no creerle nada.
Es un mecanismo humano, pero un periodista debe estar
más allá de estos mecanismos.
Paul Valery ha dicho que “la buena redacción es el arte
de un profundo escéptico” y esta es la base de la
disciplina de un periodista eficiente; no porque los
periodistas deban ser filosóficamente escépticos pero
sí porque deberían serlo en sus métodos y no dar nada
por supuesto.
Sobre esto, ustedes lo saben mucho más que yo, los medios
de comunicación prestigiosos, y aun muchos otros que
no son tan conocidos, poseen códigos de conducta o
de estilo que indican la cantidad de fuentes que deben
consultarse antes de editar, la procedencia de esas
fuentes, su equilibrio, etc. A menudo, los periodistas
se ven tentados a publicar rápidamente la versión
de la fuente que favorece sus propias hipótesis que,
a su vez, son las hipótesis que harían más interesante
la noticia.
Un poco más allá de esta tendencia casi natural a la
falta de equidad que tenemos todos los seres humanos
cuando relatamos algo, y no sólo los periodistas,
está el conflicto de intereses.
Muchas veces, tanto desde sectores públicos como privados
me han pedido una definición del conflicto de intereses
no en relación con el periodismo, pero sí del conflicto
de intereses en general—, de modo que no tuve más
remedio que elaborar algo:
Creo que un conflicto de intereses
es una situación de confrontación objetiva, previsible,
directa y significativa entre los deberes de un cargo
o una posición y los beneficios que la persona que
ocupa ese cargo u otras personas allegadas a ella
obtuvieren o pudieren obtener mediante el ejercicio
de otra actividad o mediante la adopción de ciertas
decisiones.
Una confrontación significa que hay dos intereses que
están en pugna y que no se puede satisfacer uno sin
por lo menos el riesgo de menoscabar el otro.
Tal apreciación debe
ser hecha desde el criterio de una persona razonable
y no la suposición de un conflicto de intereses derivado
de interpretaciones subjetivas sobre la manera de
pensar del periodista. Por eso decimos que la confrontación
debe ser objetiva; es decir, una situación tal que
podría ser apreciada como una confrontación, cualquiera
fuere la persona que estuviese en el lugar del periodista.
La confrontación, para constituir un conflicto de intereses,
debe ser además previsible. Esto significa que debe
ser de naturaleza tal que objetivamente cualquiera
esté en condiciones de anticipar que el periodista
tiene serio riesgo de no ser equitativo durante una
investigación o edición. Para poner un ejemplo extremo
y casi irreal: si un periodista es enviado a investigar
a su propia esposa, cualquiera puede prever la existencia
de un conflicto de intereses. Si, en cambio, durante
una entrevista, por ejemplo, se genera una corriente
de simpatía o de antipatía entre el periodista y su
entrevistado, no puede hablarse de conflicto de intereses.
La confrontación que genera un conflicto de intereses
debe ser también directa. Esto quiere decir que lo
que el periodista haga en sus funciones debe afectar
directamente sus intereses o los de personas muy allegadas.
Si un periodista integra el directorio de una compañía
está en conflicto de intereses para manejar información
sobre esa empresa o sus competidores. En cambio, no
puede considerarse que hay conflicto de intereses
porque un periodista maneje información vinculada
con la corriente política con la cual simpatiza, aunque
en estos casos el periodista debe hacer un mayor esfuerzo
por ser objetivo.
Finalmente, la confrontación debe ser significativa.
Si el fondo de inversión de un periodista está integrado
por una pequeña proporción de acciones de una compañía,
no puede decirse que hay conflicto porque el periodista
publique algo respecto de esa empresa o de sus competidores.
En relación con este aspecto debe tratarse también el
tema de los regalos. Al respecto, me atrevería a decir
que la aceptación de un regalo, por regla general,
ablanda la voluntad, aunque sea un poquito. Aunque
el que hace el regalo no pida nada a cambio, si alguien
es bien agradecido, no puede negar que tiene en principio
una predisposición de simpatía hacia quien le hizo
el regalo. Naturalmente, siempre podrá hacer un esfuerzo
para contrarrestar esa predisposición inicial, pero
la ética no consiste únicamente en no hacer cosas
malas sino en no colocarse en situación de riesgo
de hacerlas. Es lo que la teología diría: “No ponerse
en ocasión de pecado”.
Ahora bien. ¿Qué regalos tienen magnitud suficiente como
para que deban ser rechazados y no generar así un
conflicto de intereses? Por regla general, todos,
y a partir de esa regla habrá que analizar excepciones.
El típico regalo que los periodistas reciben son los
viajes. Por cierto, si una compañía paga un viaje
para que el periodista escriba algo sobre la propia
compañía, es muy claro que ese viaje no debe ser aceptado.
Si, en cambio, se trata de un curso de perfeccionamiento,
hay que evaluar las circunstancias en atención a quién
paga el viaje, las perspectivas que razonablemente
existen de publicar algo que esté vinculado con el
que paga, sobre todo en orden a los acontecimientos
que se viven en el momento en el que el viaje se realiza
o que puedan razonablemente preverse para el futuro
(es lo que hablábamos al referirnos a la posibilidad
de prever el conflicto).
En cualquier caso, evaluada con estricto criterio la
cuestión, siempre el medio y el periodista deben dejar
perfectamente aclarado a su sponsor que la beca no
implica compromiso de publicar o dejar de publicar
y hasta se puede firmar algún acuerdo al respecto.
Entre el conflicto de intereses y la natural tendencia
humana a la subjetividad hay una categoría que no
llega a ser conflicto pero que genera algún riesgo
de faltar a la equidad, que son los prejuicios ideológicos.
Este problema lo observamos mucho en el periodismo
de América latina e incluso en el europeo y no tanto
en el periodismo de los Estados Unidos.
Creo que la calidad de un periodista es mayor cuando
es capaz de criticar con justicia a la corriente ideológica
con la cual simpatiza o de publicar hechos que favorecen
a la corriente ideológica con la que no simpatiza.
Hay una materia que causa especial sensibilidad en este
campo, que es la de los Derechos Humanos. Las agencias
de los Estados Unidos y el periodismo de ese país,
en general evalúan y manejan con gran objetividad
esta materia. Cuando el presidente Carter hizo de
los derechos humanos el núcleo de su política exterior,
alentó organizaciones que se opusieron a las dictaduras
de América latina pero también otras que confrontaron
con el comunismo, detrás de la cortina de hierro.
Las corrientes más conservadoras de América latina trataron
a Carter de filo—marxista pero las corrientes denominadas
progresistas se ocuparon de ocultar bastante el hecho
de que también se luchaba por los derechos humanos
en contra de gobiernos comunistas, con lo cual unos
y otros han coincidido, en los hechos, en mostrar
a los derechos humanos como un instrumento de las
izquierdas. Todavía hoy, muchos medios periodísticos
han reaccionado airadamente frente a la reciente condena
a Cuba por violaciones a los derechos humanos.
Cuando se pretende utilizar una herramienta noble solamente
contra algunos, se bastardea la herramienta. Los derechos
humanos dejan entonces de ser una causa en sí misma
para convertirse en un mero instrumento político,
que es lo peor que puede ocurrir.
Me parece que cada
periodista debería ser más exigente con su propia
pluma cuando escribe sobre temas con los que está
en desacuerdo políticamente.
Hay otro aspecto de la ética periodística que no se vincula
con la equidad sino con el modo de obtener la información.
Este es un tema bien interesante para quienes desde
distintos ángulos abordamos el grave problema de la
corrupción, ya que los hechos que se relacionan con
la corrupción generalmente están ocultos y los periodistas
deben recurrir a diversas estrategias para investigarlos.
¿Hasta dónde se puede llegar para obtener una información
que revela un caso de corrupción, narcotráfico o irregularidades
de cualquier género: robar información, invadir la
intimidad, engañar a las fuentes? Todo esto, dicho
así, suena muy feo, pero veamos algunos de los matices
que estas acciones pueden presentar.
Naturalmente, la mayoría de nosotros rechazaría el procedimiento
de forzar la cerradura de una casa, ingresar en ella
y robar documentación. ¿Pero qué ocurre si los documentos
son suministrados por otra persona que no podría razonablemente
tener esos documentos en su poder?
En la Argentina, un juez acaba de condenar a un conocido
periodista por publicar la declaración de impuestos
de un funcionario público actualmente detenido por
varios casos de corrupción. El periodista publicó
esa declaración para demostrar que no coincidía con
la declaración patrimonial que el funcionario había
presentado ante el propio gobierno.
Las declaraciones patrimoniales
de los funcionarios están abiertas al público en la
Argentina. En cambio, las declaraciones tributarias
de cualquier persona tienen carácter secreto.
El periodista alegó que él no violó el secreto sino la
persona que le suministró la información. Como la
fuente periodística está constitucionalmente protegida
en la Argentina, el periodista no está obligado a
revelarla, pero el juez lo condenó de todos modos.
La prensa de la Argentina reaccionó contundentemente
frente a esa condena.
¿Procedió bien o mal el periodista al publicar algo que
la ley declara que es secreto?
Entiendo, por un lado,
que quienes tienen la custodia de un documento secreto
son responsables por ese documento y que un periodista
a quien le llega una información que pone en evidencia
un enriquecimiento ilícito no puede dejar de publicarlo.
Por otro lado, me parece moralmente repugnante que un
funcionario público pueda conservar en secreto sus
declaraciones de impuestos cuando sus declaraciones
patrimoniales deben ser públicas.
Debemos suponer que las declaraciones de impuestos dicen
lo mismo que las declaraciones patrimoniales, si fueron
hechas con sinceridad. Entonces, si las declaraciones
patrimoniales son públicas, no debería haber agravio
si también se publican las declaraciones de impuestos
de los funcionarios.
¿Y qué ocurre con las notas o las fotografías que revelan
la vida privada de los funcionarios públicos? ¿Es
ético, ante todo, que se revelen aspectos de la vida
privada de un funcionario?
En la mayor parte de los países de América latina tenemos
legislado el delito de enriquecimiento ilícito y ahora
la Convención Interamericana Contra la Corrupción
obliga a todo el hemisferio a legislarlo.
El delito de enriquecimiento ilícito consiste en la imposibilidad
para un funcionario de justificar con ingresos legítimos
el aumento que haya registrado su patrimonio durante
el ejercicio de su cargo. Por cierto, los funcionarios
corruptos tratarán de disimular en la mayor medida
posible un aumento desproporcionado. Sin embargo,
rara vez consiguen hacerlo totalmente.
Siempre digo que nadie roba para sus nietos. Si los funcionarios
corruptos tuvieran la capacidad de esconder su dinero
y vivir austeramente mientras ahorran para las generaciones
futuras, no serían corruptos. El corrupto quiere tener
un buen nivel de vida, gozar de sus bienes y, si es
posible, ostentarlos dentro de ciertos círculos. La
sociedad tendría pocas defensas si no fuera por la
tarea del periodismo de investigación, cuya misión
es investigar incluso y fundamentalmente en la vida
privada de los funcionarios para determinar su nivel
económico.
La investigación en la vida privada no sólo puede apuntar
a esos datos, sino también a relaciones que los funcionarios
tengan con determinados empresarios que contratan
con el gobierno, a fin de revelar conflictos de intereses.
Jack Andersen fue muchas veces criticado por publicar
aspectos de la vida privada de los funcionarios, pero
él sostenía que publicaba esos aspectos expresamente
para incomodarlos. Decía Andersen: “Creo que es bueno que se
inquieten. Considero que es un ejercicio extremadamente
saludable que el funcionario de gobierno anónimo,
de vez en cuando se sienta un poco incomodado. He
visto a los poderosos llegar a parecerse tanto a los
dioses, que se olvidan de que se supone que viven
bajo las mismas leyes y reglamentos que el resto de
nosotros...”
¿Hasta dónde pueden llegar los periodistas con esas investigaciones
sobre la vida privada? ¿Pueden introducirse en una
casa sin autorización? La respuesta, en mi opinión,
sería “no”. ¿Pueden fotografiar hacia el interior
de una casa sin autorización? Creo que, no para cualquier
caso, pero precisamente en la investigación de delitos,
un periodista debe fotografiar todo cuanto pueda sin
violentar el domicilio o forzar barreras naturales,
como puertas o ventanas. Por ejemplo, no veo obstáculo
para que un periodista haga una toma con un teleobjetivo
del parque de una casa desde un edificio de departamentos
si lo que busca ese periodista es descubrir, por ejemplo,
una reunión entre un funcionario de gobierno y un
narcotraficante. No tengo la misma opinión si se tratara
de un “papparazzi” que intenta fotografiar a una mujer
mientras toma un baño de sol en el jardín de su casa.
Hay que evaluar las circunstancias. Si la mujer está
en la cubierta de una embarcación en medio del mar,
el asunto es más dudoso.
Personalmente, no me
gusta que se quebrante la intimidad de una mujer en
ninguna circunstancia.
En mi país, hubo una fotografía famosa que creo que todos
ustedes conocen y que se supone que llevó a la muerte
al fotógrafo que la tomó. El fotografiado era un personaje
que manejaba varias empresas aparentemente ligadas
a negocios con el crimen organizado. Nadie conocía
su cara hasta que una revista la exhibió en la tapa.
Supongo que esa fotografía debe haberle traído a este
personaje varios problemas con sus socios.
La fotografía fue tomada en la playa mientras él caminaba
con su esposa. La acción del fotógrafo fue impecable,
pero el fotógrafo fue brutalmente asesinado tiempo
después.
Respecto del tema de la obtención de información, hoy
la tecnología abre cientos de nuevos interrogantes.
No podemos pensar ya que la única forma de obtener
documentos subrepticiamente es con una ganzúa o forzando
una puerta. Desde que existe Internet, existen también
los hackers.
Los grandes expertos en seguridad informática nos dicen
que hoy ni siquiera hace falta ser hacker para “perforar”
un sitio confidencial. En los web—sites que los propios
“hackers” publican en la red hay gran cantidad de
soft disponible en forma gratuita y mediante el cual
cualquier persona puede invadir el sitio o el correo
de otras.
¿Qué límites tiene un periodista para utilizar estas
nuevas herramientas? Desde ya, no debería introducirse
en el correo de nadie, bajo ninguna circunstancia.
¿Podría en cambio introducirse en un web—site? Creo que
si se trata de un web—site del Estado o de una organización
legítima, aunque allí pudieran obtenerse datos importantes,
un periodista no debería hackear esos sitios. Hay,
en cambio, sitios construidos especialmente para el
delito; sitios que utiliza el terrorismo o el narcotráfico
para coordinar determinadas operaciones. No veo inconveniente
ético para que un periodista acceda por cualquier
medio a estos sitios, porque no representan el patrimonio
de ninguna institución sino que constituyen nada más
que herramientas del delito. Eso sí, les sugiero que
tengan cuidado, porque así como podemos hackear un
sitio, también podemos ser detectados.
Tampoco veo ningún inconveniente para que alguien construya
un programa de inteligencia que, reuniendo información
a la que puede accederse en distintos sitios, nos
permita sacar conclusiones sobre determinados hechos
de corrupción.
Otras técnicas que
en general se han considerado éticas cuando se trata
de investigar hechos de corrupción son las estratagemas,
tales como el engaño a una fuente que no es honesta,
al propio involucrado.
Hay periodistas que entrevistaron a funcionarios públicos
y les anunciaron que poseían información sobre determinados
hechos que comprometían al entrevistado.
En general, relatan hechos más graves o más
numerosos que aquellos en los que verdaderamente
está involucrado el funcionario. Hay personas
que, ante la presión de esa acusación, confiesan su
verdadera responsabilidad. No se ha considerado ético,
en cambio, el engaño a una fuente honesta. Por cierto,
todo esto tiene que ser evaluado en cada circunstancia.
La cámara oculta, la ficción de hacerse pasar por cliente
o consumidor para detectar una práctica desleal, la
acción de un reportero que finge ser un empresario
y acude a un funcionario público en busca de una solución
a un supuesto problema, para saber si el funcionario
pide un soborno, son todas acciones que deberían considerarse
éticas.
¿Qué ocurre con la responsabilidad de los periodistas
frente a publicaciones que pueden poner en peligro
una investigación o generar un problema de seguridad?
No hablamos ya de la forma como se ha obtenido esa
información. Supongamos que se obtuvo legítimamente
pero igual el editor sabe que puede causar daño. Me
parece que hay que evaluar cada circunstancia.
En la Argentina suele suceder que los periodistas publican
las preguntas que hará el fiscal a un imputado aun
antes del momento en el que el imputado deba presentarse
a declarar. Por cierto, eso es como anticipar a un
alumno los temas de un examen. ¿Está eso bien o mal?
Creo que, en casos como estos, quienes deben cuidar el
éxito de la investigación son los fiscales y los jueces
y no los periodistas. De hecho, si los periodistas
en la Argentina no siguieran las causas judiciales
tan de cerca, estoy seguro que los resultados serían
bastante peores y que los jueces, que no precisamente
una maravilla, ocultarían muchas cosas para no desenterrarlas
jamás.
Hay gente que piensa que nunca se debe ocultar una información,
en ninguna circunstancia. John Hess, por ejemplo decía
que “ocultar noticias es jugar a ser Dios”. Este criterio,
muy respetable, sostiene que si el periodista está
en conocimiento de algo, ese conocimiento le pertenece
también al público y el periodista no es quien para
retenerlo. Les confieso que tengo dudas —simplemente
dudas— de que esto pueda funcionar así en todos los
casos, aunque la frase de Hess tendría que constituir
el criterio general. Sin embargo, ¿debería un periodista
revelar la identidad de un testigo protegido en un
caso de narcotráfico? ¿Debería revelar un secreto
que ha obtenido y que compromete gravemente la seguridad
de su país? Cuanto menos, no pareciera prudente hacerlo,
y me parece que la prudencia también forma parte de
la ética.
Para finalizar, quiero hacer una breve reflexión sobre
los tiempos que estamos viviendo en relación con la
lucha contra la corrupción y el crimen organizado.
En América latina estas fuerzas constituyen un poder
tan grande que no podríamos ya decir que actúan clandestinamente
en contra del Estado sino que a veces se confunden
de tal manera con el poder público que son una misma
cosa. A menudo, los regímenes corruptos son los que
fabrican las leyes y, de hecho, fabrican infinidad
de leyes imposibles de cumplir para después “cotizar”
las excepciones o aplicar su rigor a quienes les incomodan.
Esta circunstancia también ha de tomarse en cuenta
cuando se evalúa la ética de los periodistas en América
latina. No estoy hablando de una excusa para que los
periodistas violen las leyes, pero sí de una necesidad
de examinar la razonabilidad de una prohibición y
examinarla en orden a la ética, porque una prohibición,
generada por un funcionario corrupto, puede ser nada
más que su propio encubrimiento.
La prensa libre, la información, es la única defensa
con la que los pueblos cuentan frente a la corrupción
de sus funcionarios. No hay ninguna otra, porque cuando
la corrupción es muy grande, la administración toda,
la justicia y hasta parte de la misma sociedad se
corrompen.
Quisiera terminar repitiendo una frase que escuché en
esta misma ciudad el año pasado de boca de un periodista
panameño que participaba en un seminario de la Federación
Interamericana de Abogados: “Los funcionarios corruptos
se parecen a los perros, porque unos y otros aprenden
a costa de periodicazos”.
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PERIODISMO
MORDAZ E INVESTIGATIVO EN MEDIOS TELEVISIVOS |
Por:
Sergio Elguezábal |
Los
periodistas somos provocadores profesionales. A través
de nuestros trabajos incitamos las emociones, causamos
indignación, promovemos discusiones... a veces también
indeseables querellas. “La verdad siempre es revolucionaria”,
nos ha dicho con sabiduría el periodista y escritor
Rodolfo Walsh desaparecido durante la dictadura militar.
Y las revoluciones, sabido está, incordian al establishment.
Es bueno ejercitar la provocación… y también las revoluciones.
Entre otras cosas, si ha sido bien hecha la tarea,
bloqueamos la tendencia pasiva que cualquier espectador
de televisión asume frente a un emisor que en la mayoría
de los casos no le permite pensar. Movilizar a esa
masa quieta para que asuma su condición ciudadana
nos corresponde. Para lograrlo hay que ir al límite.
Desde la planificación de las acciones, pasando por
el lenguaje y la utilización de las herramientas tecnológicas.
Nosotros intentamos hacerlo en Telenoche Investiga
desde que se conformó el equipo de investigación,
hace 7 años. Pensamos que los periodistas no tenemos
poder individualmente, el verdadero poder lo detenta
la opinión pública. Nos lo delega con una condición:
que no perdamos nuestra credibilidad. Nos pide que
digamos la verdad. Es aquí dónde debemos fijar los
límites y ejercitar la responsabilidad. Nos sentimos
comprometidos con una actitud ética frente a la información
y los ciudadanos. Reivindicamos el concepto de justicia
y equilibrio, cuya mejor base es la precisión en los
datos.
Consideramos
que la ética es una cuestión personal y que tiene
que ver con la calidad de las acciones de cada integrante
del equipo. No obstante tenemos un código de ética propio que enmarca el trabajo
diario y facilita
la toma de decisiones. Nuestro código incluye la utilización
de cámaras ocultas en circunstancias muy precisas
y que detallaremos mas adelante. Respetamos la intimidad
de las personas como premisa fundamental pero pensamos
que ningún derecho es absoluto: Si alguien me extorsiona
no tiene derecho a la “intimidad” de esa extorsión.
Funcionarios municipales, policías, y hasta un juez
federal pretendieron escudarse en ese recurso judicial
para esconder su conducta espuria y soportaron la
cárcel por no poder discutir contra sus actos, contra
la firmeza de la imagen y la revelación de las acciones
que los condenaron en el juicio oral y público donde
posteriormente debieron comparecer.
Para
lograr la revelación de lo escondido nos valemos de
requisitos básicos propios del periodismo de investigación:
a)
La investigación periodística debe ser producto de
una investigación genuina y no de otras investigaciones
ya hechas.
b)
Debe responder al interés y preocupaciones de la gente.
c)
Ser el reflejo de algo que alguien quiso ocultar
d) Tenemos
que probar lo que decimos.
Las
Técnicas de inclusión
El
trabajo de campo para reunir los datos y efectuar
las comprobaciones nos lleva el mayor tiempo. Con
ese circuito relevado nos ocupamos de la parte final
que incluye la novedad de un tipo de trabajo donde
el periodista produce la prueba principal de su nota.
La metodología tiene como característica particular
que el periodista intercambia su lugar con el principal afectado por una
situación irregular, de abuso económico o moral. Generalmente
ocupa el lugar de la víctima, y es el periodista,
personificando a otro individuo, quien obtiene un
registro sin intermediarios sobre las características
del hecho elegido. En el caso de la televisión, esta
metodología permite
documentar la escena natural del hecho que se
intenta relevar, conservando la contundencia de su
veracidad y toda su acción dramática.
Obtener una prueba
contundente fortalece la posición del periodista frente
a su nota. Ya no será la palabra u opinión de uno
contra otro. El periodista seguirá siendo testigo
de los hechos, pero contará con una prueba para que
la opinión pública considere la veracidad de sus dichos:
mostrará al funcionario "in fraganti" y
toda su argumentación de defensa será una discusión
contra sí mismo.
Por
supuesto que contar con una prueba de esta magnitud
acompañada por documentos, testigos y un reportaje
a fondo vuelve la situación casi categórica, inmodificable,
pero sólo frente
al tribunal de la opinión pública, donde el periodista
es, además, un testigo de los hechos que narra. Un
testigo presencial que también lo será en los tribunales
judiciales. Su investigación y sus pruebas serán reclamadas
por el juez que decidió abrir un proceso en el que
tendrá que declarar. Más tarde será testigo de cargo en los juicios orales
si la causa prospera. Y hasta podrá ser acusado de
falso testimonio si se comprueba que manipuló su investigación
o fraguó la prueba. La modalidad encierra un compromiso
que lo involucra enteramente.
El
Periodista de investigación debe valerse de técnicas
y estrategias para lograr su cometido. El trabajo
de campo, la compilación de datos precisos y la búsqueda
de situaciones novedosas son imprescindibles. Reconocer
códigos y condiciones nos llevará tiempo, pero serán
la llave para practicar las técnicas de inclusión que nos permitirán
ser parte del ámbito deseado, formar parte de la escena.
La creación de un personaje determinado, de un rol
a jugar para lograr el objetivo, requiere una investigación
previa. Sin ella es imposible y sumamente peligroso
intentar encender una cámara oculta.
Criterios para su utilización:
a) Cuando la información obtenida es de gran
importancia y de interés público, como el descubrimiento
de una gran falla en el sistema, o la prevención de
graves daños a las personas.
b)
Cuando estamos dispuestos a difundir la naturaleza
de la inclusión encubierta y la razón por la cual
se la utilizó.
c)
Cuando completamos el trabajo de campo y cumplimos
un proceso de toma de decisiones significativo, junto
al análisis de las cuestiones éticas y jurídicas.
Cuando no se justifica el
recurso:
a)
Para conseguir la información con menos gasto de tiempo
y dinero.
b)
Utilizarla en cuestiones menores invadiendo la privacidad
de las personas.
La rigurosidad del trabajo se completa con
un seguimiento exhaustivo de los casos. La gente quiere
saber qué pasó y si la investigación ayudó para que
el problema planteado se solucione.
También hay que prepararse para las diferentes
reacciones, pero esta etapa suele ser muy divertida
si el periodista cuenta con la suficiente información
como para desvirtuar cada uno de los argumentos maliciosos
con que seguramente los afectados pretenden emporcarlo.
El Guión
El secreto es saber contar la historia, el quid es la precisión
en la utilización de las palabras, la clave está en
la simpleza. En este proceso la imagen es lo más importante.
Sin imágenes no hay televisión. Al relato entonces,
hay que pensarlo desde la imagen. No hay que escribir
a través de las imágenes, sino para las imágenes.
Las palabras deben acompañarlas aportando información
o reforzando climas, pero es necesario evitar contar
lo obvio. Es muy molesto repetirle a la gente lo que
el video le está mostrando. La emoción de un niño
no se describe. Viéndola, el espectador tiene todos
los elementos para entender la situación. No es necesario
cubrir el informe entero con palabras para crear una
atmósfera determinada, ni hay que temer a las pausas
o los silencios. Hay que dejar “respirar” a las imágenes.
Si tenemos la experiencia directa del caso, el guión
nos saldrá mejor. La primera oración será vital. Si
es aburrida la audiencia perderá interés. Ej. : “El gobierno difundió estadísticas de prostitución de menores en la Argentina”.
La formulación es cierta, pero no atrae. Lo que
realmente interesa es si aumentó o no, cuáles son
los lugares donde se ejerce, quienes no controlan
para que esto ocurra y qué explicación da el estado
ante la desprotección de la infancia.
Debemos
utilizar un lenguaje simple y claro, que no signifique
falto de profundidad. Ej. : “Este
hombre miente…” Aquí la expresión es sencilla,
pero contundente y fácil de interpretar. Las
complicaciones surgen cuando el periodista quiere
demostrar su conocimiento. Háblele a la audiencia
en un lenguaje que entiendan y usen. En lo posible
hay que evitar la jerga, a muchos periodistas se les
cuela como un virus. Es común para los policías hablar
de “sujeto masculino”, “afirmativo” o
“el occiso”. Debemos traducir esos términos
al habla común para que su significado llegue adecuadamente.
La
televisión no da la posibilidad de releer el párrafo
y el público no está concentrado escuchando cada una
de las frases. El aparato puede estar encendido, haber
varias personas, y si algún periodista se atreve a
preguntar qué vieron o escucharon… se deprimirá. Hay
que atrapar la atención, y no perderla porque es muy
difícil de recuperar.
El informe debe ser puntual. Demasiados hechos en una nota corta
son contraproducentes, y muchos números empeoran la
situación. Ej. : Es más contundente decir “ Hay 65.000
chicos desnutridos en el Gran Buenos Aires, una cifra
similar a la capacidad total de la cancha de River…”
que mencionar la cifra desprovista de una comparación
cercana a la gente. En televisión cada palabra cuenta
en razón de la síntesis que exige el medio. El contenido
total de palabras utilizadas en un noticiero de una
hora en televisión ocuparía sólo la portada del diario
La Nación impreso en tamaño sábana y con el desarrollo
de unas 10 o 15 noticias principales. Sin embargo
el hecho de la brevedad no debe distorsionar la historia.
Consideraciones finales
La oficina de los
periodistas es la
calle. Un ámbito donde el clima es destemplado. Con
olores fuertes, repulsivos, y otros aromas tan excelsos
que no podrían encontrarse en ninguna redacción. Donde
es posible ver la variedad de colores desgastados
que mira la mayoría. Un sitio donde ocurren realmente
las cosas y pueden escucharse los sonidos discordantes.
Un espacio que exige estar alerta y desconfiado. Para
morar con dignidad esa “oficina” hay que tomar contacto
con la gente, las situaciones que vive diariamente
y escuchar con humildad. Obtener todos los matices
y conocer sus expectativas. Cuando un periodista detecta
con facilidad qué le interesa a la gente, tiene un
largo trecho recorrido en su favor. Es imperdonable
que desconozca, o sea insensible, ante los hechos
de injusticia manifiesta porque su compromiso es asumir
como propia la defensa de los más débiles. El efecto
de esa vivencia, de la investigación en el campo,
quedará reflejado en la nota que produzca. Debe tomar
contacto con el problema, pero no mezclarse para que
su mirada no sea gris, sombría y sin salida. La independencia
y cierta distancia le permitirá ser corrosivo, áspero
y picante, requisitos indispensables para su tarea
de provocar buscando cambiar el estado de las cosas
Investigar,
contribuir a “revelar la verdad escondida” es un trabajo
apasionante. Los riesgos que asumimos a menudo tienen
que ver con las características de nuestra profesión,
pero son infinitamente menores a la orfandad y el
desabrigo que sufren millones de ciudadanos comunes
a merced de timadores, ventajeros y corruptos que
todavía en la Argentina detentan cargos en la función
pública, las dependencias de gobierno, la justicia
y la policía.
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PERIODISMO MORDAZ
EN LOS MEDIOS TELEVISIVOS
LOS GRANDES RETOS DEL
PERIODISMO INVESTIGATIVO |
Por:
Ileana Gólcher |
La comunicación social representa para la ciudadanía la fuerza impulsora y estratégica para disfrutar plenamente
de las posibilidades que ofrece la
modernidad.
El tema
que hoy nos convoca en este encuentro
regional de comunicadores 1qasociales promovido
por el equipo humano del Centro Latinoamericano de
Periodismo CELAP, nos debe permitir tomarle el pulso
a una de las profesiones más riesgosas, polémicas
y a la vez comprometidas con el bienestar de la sociedad.
A la vez reflexionar colectivamente con sentido regional sobre los grandes temas de nuestro
tiempo; en consecuencia encontrar alternativas para
desafiar lo que a primeras luces puede resultarnos
inevitable.
Vivimos hoy día los
retos impuestos por la modernidad, por un mundo de globalización, de integración regional y de mercados... una época
estremecida por realidades virtuales, ofertas infinitas
de información a través de las posibilidades de la
ciencia y la tecnología. Nunca antes como ahora nuestras
sociedades se han visto provistos de accesibilidad,
inmediatez pero a la vez de las grandes distorsiones
que pueden derivarse del uso inapropiado de
los medios de comunicación social.
El tema asignado
Periodismo Mordaz en los medios televisivos
resulta polémico pero a la vez orientador, lo
afirmamos sobre
la base que la televisión representa hoy día
uno de los escenarios
de mayor impacto y potencial para el cambio
en las sociedades latinoamericanas. Nos proponemos
abordarlo de manera crítica sobre la base de dos vertientes: por una parte debatir sobre el significado del periodismo
investigativo en el cual se inserta la televisión
y como complemento preguntarnos qué tipo de ofertas
programáticas se nos ofrecen cotidianamente y cuáles son sus motivaciones.
1. Periodismo : un
compromiso por la verdad.
Podemos afirmar que
el periodismo en una de sus concepciones más modernas
significa la búsqueda y transmisión de la verdad;
esta responsabilidad social por su propia naturaleza exige que sea una actividad fundamentalmente
investigativa, ya que la verdad no surge fácilmente,
de manera tal que pueda efectuar un periodismo serio,
contextualizado y con el correspondiente seguimiento.
Tal como lo indica
Juan Jorge Faundes en su ensayo sobre Etica y contexto
del periodismo de opinión se entiende por periodismo
de opinión la búsqueda y difusión de información acerca
de sucesos con valor periodístico ( es decir con grados
considerables de improbabilidad de ocurrencia del
hecho, y de probabilidades altas de impacto histórico y
psicológico del mismo) eventos
e información que otros (individuos,
grupos, empresas, instituciones, organizaciones
gubernamentales o no gubernamentales, clases sociales
o el sistema mismo en su conjunto) mantienen
ocultos y quieren impedir que sean conocidos
y difundidos en el ámbito social mayor que aquel circuito de los que están enterados.
Es decir, la materia del periodismo investigativo, su objeto, es la información oculta, reservada, secreta y
sus fuentes aquellas que están
cerradas. Estas últimas características ( información
oculta y fuentes cerradas) diferencian al periodismo
investigativo de cualquier otro tipo de formas periodísticas,
aunque sena de denuncia, pero que trabajen con información
socialmente disponible a través de fuentes
abiertas.
Puede afirmarse que
todo periodismo debe
suponer investigación. El periodista que no acepta
la misión de investigar simplemente no es periodista.
Su primer mandato es relatar la verdad profunda de
los hechos.
Trabaja con los mismos
principios de toda
disciplina académica, y sus reglas son las del periodismo
en general. Debe ser capaz de superar los intereses
políticos y comerciales, indignarse ante los abusos
del poder y de la corrupción y estar dispuesto a mantener
intacto su principal activo ante la opinión pública:
su credibilidad.
La agenda de trabajo
del periodismo de investigación
latinoamericano se ha enfrentado de manera
audaz -y muchas veces con un alto costo de vidas humanas-
con las violaciones a los derechos humanos en una amplia gama de alternativas, los peculados,
la corrupción, las crónicas de mercenarios y políticos
corruptos, el poderío militar, la memoria subversiva
de la opresión, crónicas de miseria y lucha, la violencia
y las investigaciones sobre fraudes y defraudaciones
fiscales.
El periodista, a diferencia
de otras profesiones se enfrenta a un factor que le
imprime un sello peculiar. El tiempo necesario para
obtener la noticia, procesarla e insertarla en sus
respectivo código de difusión. Sin duda, esa celeridad
de la información y la urgencia con que el público
requiere ser informado, vuelve compleja la misión
del periodista por desarrollar de manera permanente
una práctica laboral sistemática.
Por lo general una
gran cantidad de periodistas trabajan fundamentalmente
con las declaraciones de los funcionarios públicos,
con las notas de prensa, deberán acudir a las conferencias
de prensa y solicitar
información a diversas
fuentes para poder redactar la noticia. No es nada
fácil optar por el periodismo investigativo. Su ejercicio
implica aprender a perder el miedo, a enfrentar las
represalias del poder, a defender la verdad como conquista suprema
de los valores sobre los que debe asentarse un sistema
democrático.
En lo que respecta
a la investigación existen en el ámbito de la comunicación
– sobre todo en América Latina- algunas confusiones
respecto a las implicaciones de cada campo investigativo
asociado a la comunicación. Veamos :
v Periodismo
es investigación: Cualquiera que sea la naturaleza del género que se ofrezca
la información, todo periodista requiere de indagar
los elementos fundamentales para la elaboración de
una nota periodística.
v Unidades
Investigativas: Se refiere a la conformación de un equipo de profesionales
de la comunicación que disponen de los suficientes
recursos logísticos, de tiempo, económicos y técnicos
para trabajar
la información con mayor detenimiento. Su misión es
develar ante la opinión pública los trasfondos de los grandes temas que aquejan
a una sociedad. En esta categoría se ubican las Unidades
investigativas de prensa, radio y televisión que aborda
temas complejos y de gran impacto ante la opinión
pública.
v Investigación
cualitativa de la percepción de los mensajes: Su ejercicio va más allá
de la práctica periodística y es realizada por profesionales
de la comunicación o bien por especialistas en psicología
quienes miden y ubican tendencias en cuanto a los comportamientos
sociales de los grupos sociales, diagnósticos de comunicación,
y percepción de hechos sociales.
Es dentro de este contexto
que debemos distinguir tres grandes corrientes de
periodismo de investigación:
1. El
que desata suciedades y escándalos para nutrir el
negocio sensacionalista .
2. El
que investiga con propósitos de mostrar el lado insólito,
esotérico, de personajes y temas. Busca
industrializar el morbo popular, presentar
con insistencia el país de la crónica roja y de la
fatalidad.
3. El
que está dispuesto a problematizar e investigar desde
su propia perspectiva cultural periodística determinados
termas con el mayor grado de profundidad posible y
ofrecer alternativas colectivas.
Hoy es posible
abordar y profundizar
en temas que hace escasos diez años eran impensables
siquiera en las mesas de redacción. Sin embargo el
tiempo suele limitar
la profundidad en el tratamiento noticioso.
Puede afirmarse que el periodismo investigativo sólo
funciona cuando existen sectores sociales críticos
y responsables ante su tiempo. De lo contrario por
muy esmerado que sea, finalmente se perderá
en la sobra de la indiferencia ciudadana, el juega
vivo y tantos vicios más que lesionan el adecuado
clima democrático.
Puede afirmarse que
el periodismo investigativo trabaja para conocer a
profundidad la verdad que se aparece ante el ciudadano
común como superficial o descontextualizada. La verdad
que se oculta ante los grandes intereses de los grupos
que detentan el poder económico y político. Con estas
responsabilidades como agenda de trabajo cotidiano
el periodista actúa en la práctica como un detective
en busca de las piezas perdidas, deberá sortear una
serie de peligros para poder encontrar las diferentes caras ocultas de la información.
Busca denunciar la corrupción, dar a conocer los hechos
dolosos, integrarlos en una lógica
de comportamiento social y orientar a la ciudadanía
para el logro de las transformaciones
sociales para beneficio de la sociedad. En esta sentido
el periodismo cumple
una función fiscalizadora al más alto nivel.
Acudamos a algunas
definiciones brindadas por algunos periodistas
relacionados directamente con el ejercicio de esta práctica:
“Es una modalidad de periodismo que capta la noticia o la información no porque
se ofrezca espontáneamente sino porque la busca, la
investiga en las fuentes donde está, por lo general,
intencionalmente escondida por personas de mala fe
interesadas en
que algún ilícito no salga a la luz pública”. Arturo
Guerrero
“ Lo más importante en periodismo es dar al público la información que el gobierno menos
quiere que se sepa”. Brit Hume.
“ El periodismo de investigación asume
la parte más delicada y difícil en esa misión de transparencia
democrática, al sacar a la luz los casos, a menudo
ocultos e invisibles por su propia naturaleza” Luis
María Ansón Director del diario ABC.
“ Es aquel en el cual el reportero descubre
o destapa o desentraña unos datos de importancia social
que alguien procura mantenerlos escondidos. Denunciar,
deshacer entuertos, exponer hechos torcidos: todo
esto constituye el periodismo investigativo” Daniel
Samper Pizano.
Las anteriores afirmaciones
nos permiten agregar que si los medios de comunicación
de masas contribuyen
a construir el marco interpretativo y orientador de la realidad social e inciden en la conformación de la opinión pública, el periodismo de opinión contribuye en esta tarea al aportan nuevos temas para la agenda nacional,
ampliando el espectro de los acontecimientos noticiosos.
Una investigación
periodística, por su naturaleza de ir a buscar
aquello que se resiste a ser revelado, descubre o
crea el acontecimiento. La publicación de historias
de investigación es un acontecimiento
en sí misma y normalmente introduce, agrega
o revive temas en la agenda cotidiana.
Una revisión de la
bibliografía actual sobre el periodismo coincide en
señalar que sólo el periodismo de investigación logra
efectivamente iluminar las zonas oscuras de la sociedad,
conquistar el conocimiento a propósito de algo y disminuir
la incertidumbre colectiva.
En las democracias
modernas, es a través del periodismo investigativo
donde se produce una comunicación social de mayor
calidad.
Sin embargo este enfoque
encuentra sus detractores en quienes subrayan que
el ejercicio periodístico es una actividad de escaso
rigor intelectual y con marcada tendencia a la simplificación.
El trabajo periodístico se ejecuta
sin la reflexión y el sosiego que son deseables
en una adecuada labor crítica ( Martínez Albertos).
En el ámbito televisivo,
los formatos informativos tradicionales deben brindar la posibilidad de reflexionar, de buscar más
allá de lo evidente, de explicar los entramados sociales.
Y sobre todo cumplir con un compromiso: asegurar el
seguimiento temático, más allá de los vaivenes vividos
en las respectivas salas de redacción.
Podemos establecer
entonces las primeras aproximaciones
de periodismo investigativo:
v Descubre los trasfondos que se mantienen ocultos por intereses creados.
v Tiene relación
directa con temas de interés para las grandes mayorías.
v Es un periodismo
fiscalizador.
v Procura
cambios o beneficios de corte social.
v Demanda
mayor nivel de profundidad en el tratamiento de las
fuentes.
v Implica
un alto grado de responsabilidad social
v Está orientado por un permanente sentido ético en
el tratamiento
informativo.
Esta práctica periodística
supone el extremo más osado de la libertad de expresión:
una prensa que investiga y denuncia a las propias
instituciones que garantizan su libertad.
Requerimos de dichas estrategias de investigación para superar
el periodismo de transcripción; formas de investigar
al gobierno, a individuos y organizaciones que están
minando a la sociedad, requerimos de técnicas investigativas
que conduzcan a nuevos
hallazgos y a no simples resúmenes interesantes
para observar asuntos baladíes, poco eficaces para
contribuir a una mejor sociedad.
Ante tales responsabilidades
el gran peligro es restringir el ejercicio profesional a un periodismo sensacionalista, de denuncia,
activado por
la inmediatez y la superficialidad, sin propuestas
constructivas. Esta situación es común en una gran
cantidad de países en los que
los medios de comunicación
aún no tienen claro el rol que les corresponde
cumplir y se olvidan de la ética que trasciende los
espejismos de
la profesión: el éxito personal, el aumento de los
niveles de sintonía o las ventas.
Otro ángulo de análisis
nos indica que los embotellamientos de mensajes
televisivos simplemente
aumenta la confusión del público y en muchas circunstancias
puede provocar un deterioro a la comunicación .
Es dentro de este contexto
que surgen a través de las cadenas de televisión una
serie de noticieros
que funcionan repetitivamente las 24 horas y que disponen de escasos minutos para cubrir
un mundo inmenso, desordenado y complicado. Las consecuencias
son la superficialidad e incomprensión ( Deaking,
1991).
2. Las trampas del
periodismo de investigación:
Como defensoras del
periodismo de investigación, como una de las misiones
que contribuye al enriquecimiento de las democracias
modernas, deben señalarse los riesgos que entraña
este papel y el efecto perverso ( Hirschman, 1991)
que puede llegar a cumplir el periodismo en
la sociedad.
La práctica negativa
del periodismo investigativo puede conducir a empañarla,
al confundirla con un fin y no como un medio para
el descubrimiento de la verdad.
Que los medios de comunicación-
y un grupo de periodistas –
asuman el papel de jueces.
Que los medios impulsen
campañas para cumplir un determinado objetivo político
más allá de la simple difusión de hechos.
Es dentro de este contexto
que debemos abordar el tema central que nos ocupa
y es el denominado periodismo mordaz
desarrollado por la televisión:
3. Televisión: ¿ Sólo
informar y entretener?
Es válido recordar
que la televisión se inicia en América Latina en diciembre
de 1950. Brasil, México y Cuba fueron los primeros
países en adoptar la nueva tecnología. Es sistema
privado comercial es el predominante en todos los
países de América Latina. Dicho sistema privado
coexiste como un sistema mixto público privado
en que los intereses estrictamente económicos se mezclan con ciertas
preocupaciones de orden socio cultural y político,
y en otros, en fin, como un sistema de monopolio único
con financiación exclusivamente pública.
Ningún otro medio de
comunicación ha sufrido mayor número de innovaciones
a fin de lograr capturar la atracción de las audiencias
de todas las edades y de todos los estratos socio
económicos, creando una nueva forma de entretenimiento:
el imperio de la cultura audiovisual
Al cumplirse cincuenta
años de producción
y emisión televisiva, un primer ejercicio
de reflexión es oportuno y necesario si consideramos
que actualmente vivimos el reinado de la televisión.
En efecto, la expansión cuantitativa de la televisión
impacta a otros medios de comunicación, provocando
alteraciones en diversos órdenes y colocándose en
la primera fila de sintonía masiva:
v Baja relativa
en la exposición de los medios escritos clásicos(
libros, periódicos, revistas.
v Crisis de
las librerías como agente de multiplicación y acceso
a la información.
v Baja progresiva a las salas de cine
v Dificultades
de comprensión en lecto escritura: dificultades expresivas relacionadas con la palabra hablada escrita; descuido
de la retórica discursiva, ortografía y redacción.
v Las inversiones
públicas y
privadas en la industria televisiva prevalecen por
sobre las inversiones en otros medios. Mientras que
existen disponibles
161 televisores por cada 1000 habitantes, en América
Latina la
disponibilidad de teléfonos
sólo alcanza a 71 por cada mil habitantes.
v Alteración
del prestigio social de los medios; la televisión ha adquirido un atractivo y fascinación sólo comparable al prestigio
del cine en la década del 30.
En el centro
de la transformación del sistema televisivo se reajustan
los clásicos elementos
que regulan el medio:
n Los propósitos:
nuevos objetivos industriales y comerciales se suman,
de forma contradictoria con las funciones tradicionales
atribuidas a la televisión: informar, orientar y entretener.
n Los sistemas
legislativos: nuevos modelos de reglamentación nacional
e internacional, crean en la actividad televisiva,
una situación competitiva frente a la cual la televisión
pública era con escasas excepciones, ajena.
n Los actores:
nuevos protagonistas públicos y privados ingresan en las funciones de control, producción, transmisión
y de programación, obligando a las cadenas productoras
a modificar sus métodos y contenidos de producción.
n El público:
paso de usuario de un servicio a la de consumidor
de
un producto.
Por lo tanto, su capacidad adquisitiva llega a ser
más importante que sus necesidades socio culturales.
v Los medios de transmisión: Nuevos canales
de comunicación han sido posibles, debido a
una mejor gestión de los satélites y las redes de
cable visión, de los nuevos soportes de video casete.
Todo esto
modifica la relación entre la oferta y demanda de
productos audiovisuales, rompiendo las barreras de
los mercados nacionales.
Hay algo
inquietante en el reinado de la imagen sobre todo
el planeta, en la hegemonía cultural de la televisión
porque son fenómenos que en buena medida escapan a
nuestra comprensión. Genio ambiguo y proliferante,
transmisor de la mayor cantidad y calidad de signos
y símbolos, instrumento explosivo, una nueva red nos
une y nos desmitifica; lo audiovisual es a la vez
más todopoderoso de lo que se cree.
Se trata
de un imperio planetario. La televisión por su naturaleza
misma, produce un mensaje
que no solo consiste en palabras, ni en pensamientos,
ni en meras imágenes, ni en una simple duplicación
de la realidad, sino en una compleja mezcla de todo ello. Tan complejo resulta el medio que nadie está
en condiciones de controlarla totalmente.
El potencial globalizante de la televisión que ahora cruza nuestras fronteras
gracias a las posibilidades de las antenas parabólicas,
se multiplica en los satélites y se burla de todas
las censuras y barreras jurídicas y ha
sido y seguirá siendo
un factor
de primer orden en los grandes acontecimientos
nacionales e internacionales.
Basta recordar
la guerra del Golfo, o el problema político familiar
del niño cubano Elian, el affaire del Presidente Bill
Clinton y el delirio televisivo que acompañó a cada
uno de estos acontecimientos,
los que lograron demostrar que incluso en los sistemas
democráticos, la opinión pública podía quedar momentáneamente
paralizada o neutralizada políticamente por la superabundancia
de imágenes.
Tal como
lo explica Jean Claude Guillebaud en su ensayo La
fuerza subversiva de la televisión “ Esta incontestable
fuerza de manipulación explica el hecho de que la
televisión sea, en todos los
países del mundo, un mecanismo político de
primer orden. Debe recordarse que decenas de países
la actividad audiovisual está sometida a un control
directo y legal del Estado. En todos ellos, el poder democrático jamás renuncia
a ejercer su dominio en la pantalla chica
y transforma los cimientos del funcionamiento
mismo de la democracia.
La televisión
puede menoscabar
la influencia de los cuerpos intermedios y
de las democracias representativas; impulsa a los
intereses políticos y publicitarios a recurrir
al sensacionalismo y al mercantilismo, a divulgar
los sumarios de procesos judiciales. Y se podrían
añadir ejemplos a esta primera enumeración indefinida.
Las reflexiones
anteriores nos permiten concluir
que sin que el aparato escolar haya anulado
su acción, y frente al debilitamiento de las relaciones
inter familiares, la principal fuerza educativa que
conduce nuestras sociedades
ha sido rápidamente desplazada de las aulas
escolares, de los escenarios familiares a la red de
los medios de comunicación masiva, particularmente
de la televisión.
En América
Latina, el modelo televisivo responde salvo honrosas
excepciones al esquema norteamericano, bajo el régimen
de propiedad privada. Sigue funcionando divorciado,
distanciado de
las grandes necesidades del cuerpo social, ya que
mientras vivimos una profunda crisis socio económica
y del creciente deterioro de los valores morales, la televisión presenta una franja
compacta de programación que orienta a la opinión
pública a pensar, a ocuparse en la trilogía del consumo
irracional, la ideología de los espectáculos y los
melodramas telenovelescos. Las dietas anuales de los
canales televisivos – en la gran mayoría de los países-
ofrecen miles de horas de programación centradas en
telenovelas, noticieros inclinados hacia el sensacionalismo,
el mundo mágico e insólito, lo no dicho, el mundo
de la violencia y el asalto que pareciera reforzar la idea de los latinoamericanos
como seres marcados por la fatalidad de la miseria,
de la creatividad que opera para delinquir, un territorio
sacudido por los desastres naturales, la perversidad,
los afanes de lucro como únicos móviles de los sociedades
modernas.
Con la mundialización
acelerada de la actividad audiovisual se asiste en
el mundo entero y en América Latina y el Caribe en
particular a una apertura de las fronteras
intelectuales y geográficas, a una relativización
de los puntos de vista, a un acercamiento permanente
entre la sociedad y las culturas.
Como contrapartida,
a través del predominio de ciertos modelos de programas
televisivos, se observa una “ preferencia obsesiva”
de imágenes de violencia, la chabacanería y
el humor vulgar, y, tal vez de manera más solapada
de esquemas nacionalistas, marcados por la xenofobia
e incluso racistas. ¿ Es posible conciliar las exigencias
de la apertura y de la libertad
de expresión con la necesidad de impedir los excesos, sin
caer no obstante en la censura?
4. La
información como espectáculo
Otro bloque de programación
está regido bajo el bloque de la información como
espectáculo. Dentro
de este contexto se destacan las grandes cadenas televisivas
norteamericanas y europeas que han construido un imperio
sobre la doble base de la información y de las noticias
internacionales. A la vez no descuidan por ello la
crónica de sucesos ni el mundo de los negocios, que
son el blanco favorito de las grandes redes de televisión
norteamericana. ( ABC, CBS y NBS).
La Red CNN comprende
varios canales de televisión con audiencias que llegan
a decenas de millones de telespectadores. En el centro
de Atlanta trabajan cientos de periodistas y técnicos
pertenecientes a dos canales, los cuales se encuentran
conectados por satélite con una docena de centros
regionales y una veintena de oficinas extranjeras.
Sus imágenes, retransmitidas por más de doscientos
cincuenta estaciones independientes de Estados Unidos
y por más de cuarenta canales asiáticos, europeos
y latinoamericanos, figuran en todos los boletines
de información.
Tal como lo expresa Mouny Berrah en el citado ensayo “ No cabe duda de que la CNN constituye la mayor empresa de información., organizada hasta nuestros días, pero la universalidad
de su audiencia plantea de todos modos, tanto a los usuarios como a los profesionales, una serie de problemas sobre
todo de naturaleza ética.
Desde el punto de vista
de la democratización de la información, sus conquistas
son indiscutibles: acceso
del máximo número de personas
a informaciones sobre la vida política y social que hasta ahora quedaban reservadas
a las élites y a los especialistas.
Posibilidad
para los telespectadores
que viven en países donde la información se
halla sometida al control de disponer de comentarios
y de análisis elaborados
por especialistas independientes, libertad editorial que confiere la información contínua y en directo sobre un acontecimiento;
ventajas todas ellas garantizadas por la conjunción
de la democracia y de la tecnología
y que aseguran a la prensa su estatuto de “
cuarto poder”.
Sería muy útil y responsable
dimensionar los
valores que prevalecen en las noticias, la imagen
que prefieren divulgar sobre nosotros los latinoamericanos
a tal grado que se ha creado una tipificación de muchos
países, nos pretenden etiquetar, sin derechos a reclamos:
: los colombianos como seres exclusivamente corruptos
y marcados con el sello del narcotráfico, los cubanos
diezmados, asfixiados por el sistema socialista, los
peruanos y ecuatorianos enfrascados en el país político,
de corrupción en corrupción; centroamérica la región de los desastres naturales,
hay ausencia de quienes producen, crean y trabajan
para vencer la adversidad, los caribeños despreocupados
y festivos, Brasil
samba y fiesta, Venezuela
con líderes políticos populistas, Panamá es
un Canal y un centro bancario en que se lavan grandes
fortunas procedentes del narcotráfico, de Africa siempre
se ve la hambruna y conflictos tribales con una enorme
cantidad de víctimas. en fin, las imágenes han llegado
a convertirse en comunes y se concluye que vivimos
dentro de continentes como un caso social que nunca
es capaz de enfrentar un presente mundo globalizado
por sus propias fuerzas, que siempre requiere ayuda,
que actúa siempre de forma irracional.
Comienza así una espiral de indiferencia ciudadana
y de resignación a ultranza en la que los estereotipos
se convierten en
mercancías que saturan las programaciones televisivas,
con un solo denominador común.
El verdadero dueño
del juego es el público. El fenómeno es cada vez más
evidente. Las cadenas difusoras se multiplican. La
ofertas de programación se diversifican: los grandes
canales nacionales, las emisiones fronterizas, las
grandes cadenas noticiosas, los servicios tarifados, los canales religiosos
que se ofertan al igual que la incipiente programación
cultural y educativa.
Somos de la opinión
que los medios de comunicación deben optar por la
vida y no por la muerte del país al cual afirman servir.
Si no forma conciencia sobre los conflictos nacionales
se inclina por la muerte de la sociedad. Para construir
ese proceso efectivo
e integral es necesario intentar responder a las siguientes
interrogantes:
¿ Qué tipo de programación es la que debe generarse
en nuestros medios de comunicación?
¿ Cómo convocar a través de los medios de comunicación
a los principales sectores del país alrededor
de un solo proyecto de crecimiento y de identidad
nacional que le otorgue una nueva fuerza histórica
al Estado latinoamericano?
¿ Qué tipo de insertos publicitarios deben
emitirse en nuestros países que confrontan un alto
índice de analfabetismo, desempleo, violencia social,
desmotivación y desvalorización de su propia cultura?
¿ Qué tipo de proyectos culturales hay que promover mediante la oferta de los
medios de comunicación
para rescatar la memoria histórica latinoamericana
y contribuir a formar nuevas generaciones de latinoamericanos
seguros ante las olas de la globalización y preparados
ante los retos de los modelos neo liberales.?
¿ Qué tipo de población no se refleja aún
en los ofertas de los medios de comunicación? ¿ Por
qué se guardan silencios cómplices ante las grandes
demandas sociales?
¿ Qué informaciones hay que producir para
recuperar la deteriorada vida rural en América Latina
y que nos amenaza con convertirnos en sujetos rehenes
de las grandes trasnacionales comerciales?
¿ Qué contenidos
deben ofrecer los medios de comunicación a
una población con elevados niveles de analfabetismo
real y funcional
ante el avance de los cambios tecnológicos
en que vivimos ... qué cargas
culturales hay que producir para crecer internamente y
no para convertirnos en meros sujetos consumistas
.
Ante esa realidad las
interrogantes pueden continuar... ¿ Qué sentido tiene que la televisión comercial nos inunde con
“ horas de espejismo “ ¿ Qué le reporta a nuestras
convulsionadas sociedades priorizar dentro
de sus espacios de programación el periodismo mordaz
y muchas veces descontextualizado
desvinculado de nuestros problemas nacionales?
Si la televisión se conforma sólo en informar,
entretener y promover el consumo pero no contribuye
a la transformación moral y social de la sociedad.¿
Qué la puede justificar?
Por las anteriores
consideraciones, puntualizamos que con la misma cantidad
de técnicos, los mismos estudios, escenografías
y horarios de programación y con las mismas
energías que se consumen diariamente para producir
televisión se pueden
generar nuevos paradigmas de programación televisiva que propicie,
que contribuya a profundizar el desarrollo del país.
Tres alternativas parecen inevitables:
v La presencia
real de sectores de opinión pública que reclamen calidad
de información, calidad de programación, es decir
aquella que se vincule directamente con la realidad
socio económica de
nuestros países.
v Una nueva
responsabilidad de la clase empresarial que auspicia
determinados programas y se muestra
indiferente ante las necesidades de cultura,
educación, orientación ciudadana de las grandes mayorías
de cada país.
v La voluntad
política de los dueños de los medios de comunicación
que deberán modificar, transformar sus criterios de
costo beneficio, su obsesión por las mediciones muchas veces manipuladas de
los raiting y su regreso al convencimiento de
la responsabilidad social que les corresponde
a los medios de comunicación social en general.
5. ¿ Se cumplieron las promesas?
La televisión tiene
ya medio siglo de existencia. ¿ Ha cumplido o defraudado
las promesas de sus años iniciales?
La respuesta es simple
si revisamos la bibliografía de los años cincuenta.
La televisión no prometió nada más que abrir una ventana
al mundo. Debemos reconocer que dicha ventana ha mejorada
sus posibilidades y hoy día no deja de asombrarnos
su avance tecnológico. ¿ Qué esperanzas ha traicionado?
Las de visionarios como Malraux que le
vaticinaron poderes transformadores al igual
que la imprenta. La gran apertura que se ha producido
no solo ha
cambiado el mundo sino también los modos de vida.
Actualmente en la gran
mayoría de los países de América Latina, la pequeña
pantalla absorbe como mínimo cuatro horas de la vida
cotidiana de un telespectador medio. Ese tiempo de
esparcimiento electrónico ha logrado remplazar casi todas las prácticas individuales de convivencia social, familiar
y ciudadana. Como diría McLuhan vivimos ahora en una
aldea global.
La tiranía del mercado
ha invadido en gran medida a muchos medios de comunicación
en los que la oferta de programación es concebida
únicamente como una mercancía con valor de mercado.
El rol de los medios de comunicación se encuentra
marcado por un sinnúmero de regulaciones jurídicas
tanto nacionales como una serie de convenciones internacionales
que nuestros países se han comprometido cumplir.
La democracia se expresa,
por algunos signos exteriores inconfundibles: las
elecciones libres y la alternabilidad del poder, la
separación de los poderes y en el mundo de la información
la presencia de medios de comunicación y periodistas
dispuestos a librar las mejores batallas por ejercer
su función con el mayor grado de responsabilidad social.
Tal como lo afirmaba
ese gran adalid de los procesos de paz en Colombia
Augusto Ramírez Ocampo en el Primer Congreso Latinoamericano
de Periodismo realizado en nuestro país en 1997.
“ El ejercicio
de esa responsabilidad
social compromete seriamente a los
comunicadores
que no pueden ser instrumentos de mercado,
por lo tanto no pueden seguir contribuyendo a difundir
como únicas noticias los actos terroristas, las masacres,
las batallas del narcotráfico, los accidentes y los
desastres de la naturaleza y todas las huellas de
la descomposición que afectan el tejido social. “
Se requiere reorganizar
la programación televisiva en función de una audiencia deseosa de mantenerse informada, y a la vez
de evadirse de las condiciones mateirales de su existencia
al encender el televisor ( Fuenzalida 1990). Una audiencia
que no es ni buena ni mala, simplemente es humana.
Ese es el gran reto y la gran tarea de
la cual debemos todos participar”
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